lunes, 30 de junio de 2008

El Lado Oscuro

Advertencia: si no eres un friki, o no te has visto la saga de Star Wars, o no te acuerdas, no sigas leyendo. En serio, no pierdas tú tiempo, porque además de no enterarte de nada tu opinión sobre mí va a bajar muchos enteros. Y no queremos eso, ¿verdad que no, mi tesssoro?

"UNETE AL LADO OSCURO y consigue una galleta gratis. . ."


La mitad de la historia que sé la he aprendido jugando a rol, bueno, documentándome para preparar partidas. La mitad de la filosofía que sé la he sacado de libros de fantasía y ciencia ficción. Por eso párrafos como los que os voy a traducir a continuación me hacen reírme a carcajada limpia, descojonarme con la absoluta seriedad del asunto. Luego me paso el día sonriendo. Si es una sonrisa divertida o cínica es cuestión que dejaremos para otro día; aunque, ¿cuál es la diferencia? Dentro de un momento me lo contáis. Que os aproveche:

¿El Lado Oscuro es más rápido de aprender, más fácil e igual de poderoso? ¿Dónde hay que firmar?

Y para aquellos de vosotros que estén diciendo, "Ya, pero dominará tu destino para siempre", tengo que preguntaros una cosa: ¿Os parecía el Viejo Emperador Palpatine en absoluto dominado cuando estaba friendo la calavera de Luke con rayos azules? ¿Habéis visto a Yoda o a Kenobi hacer el truco del rayo azul? No creo. ¡Él era el soberano absoluto del Universo! ¡Venga! Si eso es estar dominado, aborrecería ver la "libertad".

Oh, espera. Es cierto. Libertad es vivir en un paramo desierto asustando a Moradores de la Arena por diversión. O tal vez pudrirse en un pozo de fango escondiéndose del chico grande con armadura negra que puede matarte con un giro de muñeca. Ya sabes. El que tiene su destino dominado. El que tiene su propio Destructor de Estrellas.

La reflexión es de John Wick, que para entendernos, si el artista antiguamente conocido como Todopoderoso decidiese volver a darse una vuelta por este planeta y, en vez de encarnarse en carpintero, esta vez quisiera ser diseñador de juegos de rol, sería John Wick. Por suerte, dudo que eso vaya a ocurrir, porque la última vez que vino le dio por follarse a una virgen y mirad la que se ha liado, dos mil años depués todavía hay quien habla de ello. . . A lo que iba, John Wick, en un libro de obligada lectura para cualquier rolero: Play Dirty.

Yoda y Kenobi nos tenían engañados. No sé ustedes, pero un servidor se pasa al Lado Oscuro. . .


Imagen: Me la encotró Google en el blog de Bri.

jueves, 26 de junio de 2008

Tradiciones ancestrales

Fue una noche de San Juan, Beltaine, solsticio de verano o como más les plazca a vuesas mercedes llamarla, tranquila. El tiempo no acompañaba y aquí, que son un poco frikis, como el martes había que trabajar muchas de las hogeras las enciendieron a media tarde y las apagaron al anocher. ¡Herejes!

Menos mal que hay cosas que uno lleva en la sangre y, con hoguera o sin ella, era la noche más corta del año, noche de conjuros y trasgos, brujas y diaños, noche para escuchar gaitas y dejar que la magia se cuele por la ventana. A Curro y a un servidor nos dio igual que la danesa nos mirase raro y la catalana creyese que estábamos grillados, a medianoche apagamos las luces y dejamos sólo un par de velas sobre la mesa, nuestro nuevo fuego particular. A falta de aguardiente usamos snaps. No lo había en grano pero sirvió el café molido. Un cazo de acero inoxidable se convirtió por arte de magia en perfecto cuenco de barro. Limón y azúcar se encontraron sin dificultad. Y las partes del conjuro ancestral que no teníamos en nuestras memorias las recordamos gracias a Google, magia del siglo XXI:

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas.
Demos, trasnos e dianhos, espritos das nevoadas veigas.
Corvos, pintigas e meigas, feitizos das mencinheiras.
Pobres canhotas furadas, fogar dos vermes e alimanhas.
Lume das Santas Companhas, mal de ollo, negros meigallos, cheiro dos mortos, tronos e raios.
Oubeo do can, pregon da morte, foucinho do satiro e pe do coello.
Pecadora lingua da mala muller casada cun home vello.
Averno de Satan e Belcebu, lume dos cadavres ardentes, corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernales cus, muxido da mar embravescida.
Barriga inutil da muller solteira, falar dos gatos que andan a xaneira, guedella porra da cabra mal parida.
Con este fol levantarei as chamas deste lume que asemella ao do inferno, e fuxiran as bruxas acabalo das sas escobas, indose bañar na praia das areas gordas.
¡Oide, oide! os ruxidos que dan as que non poden deixar de queimarse no agoardente, quedando asi purificadas.
E cando este brebaxe baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa ialma e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume, a vos fago esta chamada: si e verdade que tendes mais poder que a humana xente, eiqui e agora, facede cos espritos dos amigos que estan fora, participen con nos desta queimada.



Bebimos a queimada, brindamos polo bran e os amigos. E, mentras baixábame pola gorxa quentándome as tripas e o ialma, dábale voltas a esos derreiros versos que anda aquela noite non habíanme chamado a atención. . .

Je. . . Mi gallego está menos oxidado de lo que creía; aún soy capaz de escribir algo que se le parezca ;)

lunes, 23 de junio de 2008

Magny-Cours 2008: De donde no hay. . .

Podríamos enfadarnos, desesperarnos, berrear y patalear, pero nos iba a dar lo mismo. En Renault están haciendo el esfuerzo y Alonso algún que otro milagro, pero de donde no hay, no se puede sacar. El R28 nació cojo y eso es difícil de arreglar; sobre todo para una escudería de tamaño medio como Renault. Ha habido demasiados cambios en demasiado poco tiempo como para que su presupuesto les permitiera adaptarse al ritmo de los grandes. El cambio de Michelin a Bridgestone el año pasado, las restriciones en los kilómetros de test, la nueva centralita electrónica, la desaparición del control de tracción, la marcha de Alonso y tener que educar un nuevo debutante por temporada, Heiki la pasada y Nelsinho esta; además de la fuga de patrocinadores (léase dinero) que acompañó la salida de Alonso y el recorte de presupuesto hecho desde las altas esferas de la compañía, que de cara a la galería dicen apoyar su presencia en la Fórmula 1, pero a Briatore le quitan dinero cada año. Y así, por muchas genialidades que se gaste Alonso, y lleva unas cuantas esta temporada, por mucho que Briatore se empeñe que su equipo se comporte como Campeones del Mundo, por mucho que cada mecánico e ingeniero se deje la piel y las neuronas, sin dinero no se puede hacer un coche ganador y, a veces con él, tampoco (que se lo digan a Toyota).

Lo que ocurrió en el 2005 y 2006, que un equipo con presupuesto medio, trabajando a caballo entre dos factorías (Viry en Francia y Enstone en Inglaterra) y con un piloto brillante al que nadie conocia se merendase primero a la contundente McLaren y luego a la legendaria Ferrari fue una de esas cosas que ocurren rara, rarísima vez en Fórmula 1. Cuando la incertidumbre se mide en milésimas de segundo hay poco margen para las sorpresas. Renault, Michelin y Alonso rompieron las estadísticas, los pronósticos y la lógica dos años seguidos. Estó da valor añadido a sus logros, a esos dos Campeonatos del Mundo, esos dos ases que el asturiano lleva en el casco, y al mismo tiempo vuelve más amargo ver a los heroes de nuevo en su sitio lógico, ver al equipo medio, a sus entregados ingenieros, a su peculiar lider y al piloto brillante luchando por arañar algún punto carrera tras carrera; escaso consuelo para lamerse las heridas hechas tras cada caída del podium.

Eso fue lo que vimos este domingo: un equipo lamiéndose las heridas. Intentaron lo imposible cuando todo lo posible ya ha fallado. Se la jugaron a una estrategia a tres paradas confiando en la genialidad de su piloto; pero para que funcionase tenían que haberle dado un coche capaz de defender en la salida la tercera posición que se ganó, cuchillo entre los dientes, en la clasificación del sábado. Dijo Alonso que no tenían el mapa de motor adecuado para la salida en ese asfalto con aquella temperatura, que no habían conseguido encontrarlo, que ya sabía que la salida no iba a ir bien. Después de aquello sólo les quedaba volver a la estrategia convencional de dos paradas y minimizar los daños, sabiendo que los de delante están en otro planeta y los de detrás tienen combustible para entre cinco o diez vueltas más que ellos. Todo aquello dejó a Alonso otra vez teniendo que luchar vuelta a vuelta, sin un respiro, por el premio de consolación, viendo incluso, como al final, un error del piloto al que trataba de doblar le hacía perder su posición frente a Piquet. Es la primera vez que el novato consigue terminar por delante del campeón, esa es la mejor medida de todo lo que arriesgaron en Renault este domingo y de lo mal que les salió. Tienen al mejor piloto del mundo, tienen un héroe que ya ha logrado lo imposible; pero mandarlo a la batalla en un caballo cojo y con una espada oxidada es pedirle demasiado. Alonso puede hacer un milagro por día, y lo hace cada vuelta que consigue que el R28 ruede a medio segundo de los Ferrari, los McLaren, los BMW-Sauber, cada vez que pone el R28 en la Q3, pedirle que se saque otro medio segundo de la manga para hacer que funcione una estrategia descabellada es. . . Estúpido.

Este Gran Premio vimos que las mejoras en el R28 son simples parches puestos a un barco que hace agua desde el principio. A veces da el pego y parece que funciona, pero cuando las cosas se ponen serias la verdad sale a luz. Alonso se está impacientando, desesperando si queréis, con la situación; ya no sólo porque este año no vaya ni la mitad de bien de lo esperado, sino porque con el vuelco en el reglamento del año que viene, a Renault más le valdría dejar de gastar dinero en el arreglar lo que no tiene arreglo y construir algo capaz de subirse al podium en el 2009.

A parte de la catástrofe Renault, el Gran Premio de Francia estuvo marcado por la igualdad; quiero decir, igualdad entre todos menos Ferrari que corrió su propia carrera y, aún con un coche renqueante, Kimi completó el doblete quedando segundo a casi treinta segundos de un sorprendente Trulli. Lo dicho, dejando a un lado a los Ferrari, la igualdad entre el resto fue asombrosa. Ya en las rondas de clasificación vimos a trece pilotos marcando sus vueltas en un margen de 0.7 segundos (!!!). Y en carrera, daba igual que fue un Reb Bull o un Toyota, un McLaren o un BMW, todos se calcaban los tiempos en una de las carreras más igualadas que he visto. Cierto es que esa es la tónica está temporada, donde las diferencias entre los equipos son ridículas y los errores se pagan caros; pero lo de Magny-Cours fue inaudito.

Hablando de pagar por los errores, voy tener que abrir una sección especial dedicada al chico maravilla, que sigue hablando y dando que hablar más de la cuenta por motivos opuestos a los que les gustarían a él y a su televisivo progenitor. En Magny-Cours no nos defraudó y volvió a hacerlo, como la penalización de diez puestos por la cagada de Canadá le parecía poca, decidió que adelantar a Vettel saltándose una chicane y luego no dejarle pasar de nuevo era la mejor manera de darle emoción a una carrera que él se veía con opciones de ganar (no coment). "Sólo tengo que adelantar unos cuantos coches", dijo. OK, de acuerdo moreno; pero la próxima vez asegúrate de que los adelantas de forma legal, que este año los comisarios tiene algo de vergüenza y no le pasan a nadie ni media, como tiene que ser. Otra carrera tirada a la basura a pesar del favor que le hizo Heikki dejándote adelantarlo; más te valdría haber seguido su ejemplo que, a la chita callando, con constancia y temple llevó el McLaren número 23 hasta la cuarta posición tras salir decimo primero. Y tú acabaste, ¿cómo? ¿Décimo? Cero puntos, ¿no? Qué pena. . .

Lo que de verdad me da pena es ver al mejor piloto de la parrilla teniendo que desesperarse para conseguir un miserable punto; pena me da siendo este uno de los campeonatos más reñidos de la historia, estando, después de ocho carreras, los cuatro primeros pilotos en un margen de diez puntos.


Imágenes: TheF1.com y Autosport.

viernes, 20 de junio de 2008

Flujo turbulento


Estos días me cuesta sentarme a escribir, me da pereza. Me apetece, sigo disfrutando cada segundo que me paso frente al teclado sacándome cosas de dentro; pero estos días, los momentos, las horas de tranquilidad que necesito para hacerlo me rehuyen, posponiéndose en la agenda, corriendo en el reloj una zancada más allá de mi alcance. Luego, luego me siento a escribir. . .

La palabra clave no es escribir, es sentarse. Sentarse, detenerse, estarse quieto el tiempo sufiente para que las ideas reposen, precipiten en estructuras coherentes y cristalicen en frases y párrafos es anatema estas semanas. Fluyo, fluyo día tras día en una rutina caótica. Navego un flujo turbulento sin apenas acercarme a puerto. Aguas y vientos que arrastran libros y citas, cruzan en mi derrota cenas y conciertos, cafés a media tarde y visitas inesperadas. Encuentros y reencuentros casuales en mar abierto, tardes al sol arrullado por árboles y pájaros, noches estrelladas a través ventanas abiertas. Sentarme, deternerme, echar el ancla y pensar parece fuera de lugar con los vientos que soplan, cuando el sol está en lo alto y la vida fluye rápida bajo la quilla.

En estos días largos, días de veinte horas de luz todo se mueve, crece, florece, brilla, dormir es pecado, quedarse en casa duele y sólo sueño tranquilo cuando el cansancio me arrastra a los brazos de Morpheo, cuando duermo acunado por las olas.

Es hora de volver a cubierta, a largar trapo para el fin de semana. Las cartas muestran espacio inexplorado a proa, como casi siempre. . . Rumbo a donde sople el viento.

¡Arriba sobres y sosobres! ¡Desplegad alas de mayor y trinqueta!


Imágen: Yale Spring Photo Contest 2007.

domingo, 15 de junio de 2008

Hoja de ruta

Viernes 4 de Julio, 20:35 h, volaré a Madrid; hora de llegada: 23:55. Me pasaré el fin de semana con Vitor. Habrá que hacer reencuentro con Paco después de casi un año y alguna comilona con otro expatriado que por azares del destino también andará por Madrid. Espero que, además de para juergas y reencuentros, tenga tiempo para quitarme la espinita de Praga y pasearme por un verdadero centro cultural europeo, la vieja capital del imperio, sus museos y algo de la historia que no se han cargado los cantamañanas y soplagaitas.

Domingo 6, 18:30 h, me cojo un tren a Gijón; sí sí, habéis oído bien, voy en tren. Estoy hasta el moño de aviones, mostradores de facturación, aeropuertos y la madre que los pario a todos. Viajar en tren es un lujo, es cómodo, tranquilo, agradable y vas viendo paisaje. Además, voy a tardar lo mismo (unas cinco horas), me sale más barato y me cuadran mejor los horarios. Llegaré a las 23:39 h, minuto arriba, minuto abajo.

Me quedaré en Asturias hasta el jueves 17, sin más plan que tomármelo todo con mucha caaaalma y tranquilidad, difrutar de la familia, los amigotes y la playita si el tiempo y las autoridades lo permiten. Y calma y tranquilidad me van a hacer falta para lo que me espera el día 17.

Jueves 17, 7:15 h, vuelvo a subirme en un tren de vuelta a Madrid; hora de llegada 12:29. Tengo cosa de una hora para llegar de Chamartín a Barajas y buscar la terminal de mi vuelo a Bruselas. Salgo a las 15:40 h, llego al aeropuerto de Charleroi a las 18:00 h. A eso de las 19:00 h vendrá Luisja a buscarme con un coche que aún no hemos alquilado y, según meta el equipaje en maletero salimos para Hockenheim, cerca de Frankfurt. Contamos llegar hacia medianoche, hechos polvo, pero sonrientes y contentos, dispuestos a disfrutar de un fin de semana de Fórmula 1. Sí, sí, sí, gasolina y decibelios :-D

El domingo 20, según termine la carrera, arrancamos de vuelta a Bruselas. Al día siguente, lunes 21, debería regresar a Copenhague de alguna manera. Ciertas compañias aereras son un poco incompetentes y me han reservado un billete que no me podían vender, así que ahora tengo que buscarme otro vuelo; aunque me temo que con aquel horario tan wonderfuloso y a aquel precio va a ser imposible. . . Voy a tener que pasarme el día en Bruselas escribiéndoos el comentario de la carrera ;-)

Imagen: Old World Auctions.

miércoles, 11 de junio de 2008

Me ha dado que pensar

Hacía una temporada que el señor Pérez-Reverte no me daba que pensar. Ha seguido siendo divertido, mordaz y haciendo reflexiones de esas que casi todos hemos hecho pero que es bueno que nos recuerden de vez en cuando, que nos las pinten desde otra perspectiva o nos revuelvan los higadillos y las conciencias un poco. Pero con su último artículo en XLSemanal, ese suplemento que acompaña a muchos periódicos españoles cada domingo, a vuelto a darme que pensar.

Ya sé que muchos tenéis la misma costumbre que un servidor y ya lo habréis leído; para los que no, aquí os dejo la transcripción completa y el enlace a la fuente original:

VÍSTETE DE NOVIA Y NO CORRAS

Me van a volver diabético, entre tanto gilipollas. Nunca hubo tal cantidad de soplacirios en la política, el sindicalismo, la cultura, el feminismo, la sociedad. Empieza a alterarme la salud tanto buen rollo y buenas intenciones, tanta mermelada a todas horas, tanta propuesta de besarnos masivamente en la boca para que las cosas vayan bien, tanta certeza de que con demagogia y corderitos de Norit triscando saltarines por el prado conseguiremos una España, un mundo, un universo mejor y más justo. Eso está bien para los jóvenes, cuya obligación antropológica, por edad y hormonas, es batirse en defensa de todo eso y de algunas cosas más. En tales lides se desbrava uno, y con el derroche de energía, si sobrevives a ello, y con la estiba que la realidad sacude en el morro, al final terminas madurando, camino de la serenidad, la experiencia y el razonable respeto a ti mismo, a lo que fuiste, eres y acabarás siendo. Ni más ni menos que la vida, en suma. El trámite obligatorio.

Por eso me hace echar la pota el comportamiento y discurso de tanto simple, de tanto cantamañanas y de tanto golfo apandador entrado ya en experiencia y años. Toparte en cada telediario, en cada programa de radio, en cada titular de prensa, con simplezas propias de colegas de bachillerato dichas por pavos con canas en la barba, o por tordas con edad de ser abuelas, lleva a la inevitable conclusión de que, o estamos rodeados de retrasados mentales, o se trata de que los resortes sociales han sido secuestrados por una legión de embusteros y sinvergüenzas. Aunque también puede ocurrir que todo sea lo mismo: con frecuencia, un tonto al que nadie pone límites termina convirtiéndose, por puro hábito del ejercicio, en resabiado y contumaz sinvergüenza. Y más cuando, como ocurre ahora con triste frecuencia –antes sólo ocurría con la política–, es posible hacer de cualquier ideología un rentable medio de vida.

No se trata sólo de España, claro. Lo nuestro es simple contagio. El mundo –el occidental, al menos– apunta por ahí: cantamañanismo como espíritu universal. Eso, con la que está cayendo; aunque tal vez la que está cayendo –y la que va a caer– provenga precisamente de que, cada vez más, los resortes que mueven la vida y la sociedad están en poder de perfectos tontos del haba en el sentido parmenidiano –me parece que era ése– del asunto: redondos, compactos y sin poros. Hasta no hace mucho, teníamos el consuelo de saber que, en el fondo, nadie se creía de verdad lo que circulaba como moda o tendencia; más o menos lo que pasa en Italia con la política. El problema es que ahora ya no es así. Ahora, la gente empieza a creérselo todo en serio. Y a actuar en consecuencia. En la sociedad actual, la línea más corta entre dos puntos es la estupidez. Y la dictadura que, a la larga, nos impone.

Hay un símbolo reciente de todo eso. Pensaba en ello hace un momento, cuando empecé a teclear estas líneas: Pippa Bacca, la artista italiana de treinta y tres años que hace dos meses decidió viajar, vestida de novia y haciendo autostop, por algunos de los lugares más peligrosos del planeta, en nombre de la paz, para demostrar, decía, que «cuando uno confía en los demás recibe sólo cosas buenas». Lo del traje nupcial, ojo al dato, era «metáfora de un matrimonio con la tierra y con la paz, del blanco y del femenino»; y lo del autostop, «ponerse en manos de otros viajeros y fiarse de la gente». Con tales antecedentes, a lo mejor a alguien le sorprende que, a poco de empezar el viaje, Pippa Bacca fuese violada y estrangulada en la frontera entre Turquía y Siria por un fulano con antecedentes penales. A otros, que somos unos cabrones suspicaces y mal pensados, no nos sorprende en absoluto. A los sitios peligrosos se los llama así precisamente porque hay peligro. Y el principal peligro se llama ser humano, sobre todo cuando nos empeñamos en creer que los valores que predicamos en nuestras confortables salitas de estar, discursos políticos y tertulias de la radio y la tele, son los mismos que manejan un talibán cabreado con un Kalashnikov, un africano hambriento con un machete, o cualquier hijo de puta con pocos escrúpulos y ganas de picarle el billete a una señora. Por ejemplo.

Dice el recorte de prensa que tengo sobre la mesa que a esa pobre chica la mató un turco desaprensivo. Pero, en mi opinión, el recorte se columpia. La mató la estupidez. La suya y la de la sociedad occidental, cada vez más idiota y suicida, que la convenció de que el mundo, en el fondo, es un lugar simpático que sólo necesita un traje de novia para convertirse en el bosquecito de Bambi.
Arturo Pérez-Reverte,
XLSemanal, 8 de Junio de 2008.


Imagen: Pippa Bacca haciendo autostop en una carretera italiana, Los Angeles Times.

lunes, 9 de junio de 2008

Montreal 2008: Bravo, bravissimo. . .

Robert Kubica, polaco, veintitres años, vencedor del Gran Premio de Canadá 2008 y lider del Campeonato a los mandos de un BMW-Sauber. Fue la crónica de una victoria anunciada. Anunciada y merecida desde que, allá por el extraordinario Gran Premio de Hungría 2006, compitió por primera vez en Fórmula 1. Sobradas muestras ha dado de su calidad, sólo ha necesitado un poco de suerte (ya iba siendo hora) y que BMW le diese un coche a la altura de su talento. Y lo han hecho, los de Hinwil llevaban dos temporadas amenazando, ayer, cuando fallaron los grandes, cumplieron la amenaza: primera victoria y su primer doblete gracias a una estrategia perfecta que llevó a Heidfeld al segundo puesto. ¡Bravo, Kubica! ¡Bravo, Heidfeld! ¡Bravo, BMW-Sauber! ¡Bravo, bravissimo!!!

Cierto que Kubica va a tener que darle las gracias al chico maravilla por haber elegido estamparse contra Kimi en vez de contra él; aunque no le quite mérito a su victoria, ganada a base de construir una ventaja de veinte segundos en las siete vueltas que se vio libre de tráfico. Lo de ayer no lo había visto nunca: dos coches terminando su carrera a la salida de boxes por culpa de un error estúpido. Además esos dos coches eran un Ferrari pilotado por el Campeón del Mundo y un McLaren en las manos del lider del campeonato. Dijo Hamilton que no vio el semáforo en rojo. . . Vamos a decir que ni miraste, anda; que te temblaron las manos cuando te Kimi y Robert te adelantaron en boxes y volviste a perder los papeles, como en Shanghai, como en Brasil. De todas las hamiltonadas esta a sido la más ridícula, la más bochornosa, la más estúpida: no ver un semáforo y llevarte por delante a otro coche en la calle de boxes, bonita manera de terminar una carrera. ¡Bravo, bravissimo, Lewis! Y es que, de tal palo. . .

Alguien podría objetar que la victoria de Kubica fue gracias a las órdenes de equipo, que no hubiera ganado si Heidfeld no le hubiera dejado pasar. Y es cierto, no hubiera ganado; pero la decisión de BMW para que Nick se dejase adelantar no fue para regalarle la victoria a Robert, sino para asegurarse el doblete, para colocar sus dos coches en el podio sin importar el orden, para que a su piloto lo le pasase lo que le pasó a Alonso.

Alonso, después de una clasificación heroica el sábado (cuarto, a milésimas de Kimi y con más gasofa que él), volvió a sufrir otro error de estrategia de Renault, como aquellos que le hicieron aún más cuesta arriba sus dos títulos mundiales. ¿Por qué teniendo aún combustible para siete vueltas le hicieron repostar cuando apareció el coche de seguridad? ¿Por qué no hicieron como los de BMW con Heidfeld? Nunca lo sabremos. . . Pero el resultado final es que Alonso se vio atrapado por enésima vez detrás del alemán. Ya he perdido la cuenta de las carreras que Alonso se ha pasado pegado al difusor de Nick. Desesperante, sobre todo cuando sabes que te queda un repostaje y al de delante no.

Por activa y por pasiva, en las frenadas y a la salida de las curvas, por cojones y por técnica, Alonso atacó de todas las maneras para deshacerse de Nick; pero con el R28 no hay manera. Cuando ya vas al límite, no hay más de donde sacar, y para llevar el R28 donde lo lleva Fernando ya hay que ir un poco más allá del límite, donde los errores acechan amenazantes en cada curva. Y contra el muro terminó el bicampeón, probando una trazada insólita para lograr lo imposible; pero eso en Montreal está prohibido, si te sales de la trazada limpia terminas en el muro.

¿Qué hubiera sido sin el error de estrategia? Esta temporada no me atrevo a decirlo, no con este coche, no estando como están las cosas, pero hubiera sido grande, muy grande. Hubiera salido del repostaje delante de de ambos BMWs. . . Y hasta aquí puedo leer. . .

Al final, como es habitual en Canadá, una carrera trepidande; llena de adelantamientos, el doble de Massa a Barrichello y Kovalainen es para enmarcar; llena de momentos entrañables, he disfrutado viendo a Coulthard otra vez en el podium después los años y el horrendo principio de temporada; llena de héroes, Glock, Barrichello, Vettel y, por encima de todos ellos, recogiendo el fruto de años de trabajo y talento a raudales, desde lo más alto de podium: Robert Kubica.

¡Bravo, bravissimo, Robert!!!



Imágenes: TheF1.com y Autosport.

viernes, 6 de junio de 2008

Postre: Copenahgue


Porque una cena sin postre es como follar y no correrse; puede estar bien, pero no es lo mismo.

Y para disfrutar de un buen postre no me va a hacer falta salir de Copenhague; con el tiempo que está haciendo desde hace un mes da pena irse a cualquier lado. No me lo creo, nunca jamás he visto cosa así en mi vida, hasta hoy, que ha aparecido algunas tímidas por el horizonte, llevaba siete días sin ver una sóla nube en el cielo, ni el más mínimo rastro de ellas, cielo azul e inmaculado del amanecer al anochecer y plagado de estrellas por las noches.
¡Increible! Y raro, muy raro para alguien del norte, para quien cielo es sinónimo de nube, pequeñas o grades, muchas o pocas, pero en mis cielos siempre había habido nubes.

Además, el martes me enteré que ayer era fiesta, día de la Constitución danesa, qué cosas; y hoy he decidido hacer puente, por esos días de vacaciones que nadie me va a pagar. Así que sí, fin de semana de cuatro días para disfrutar de los veinticinco grados, con menos de cincuenta por ciento de humedad, y esa ligera brisa que siempre sopla por estos lares. Sol, playita, chapuzones (no, el agua no está fría), barbacoas, cervecitas frías en las terrezas soleadas y relax, muuuucho relax todo el fin de semana, relax para disfrutar de esta ciudad que cambia de cara en verano.

Esta noche tenemos cenorra en casa. Zoltan, mi compañero de piso a invitado a diez amigotes, casi todos húngaros como él (aunque me ha prometido alguna japonesita y una estona ;). Van a hacer algo típico de por allá a'lante; hace un rato que ha vuelto de comprar tres kilos de carne. . . Miedo me dan.

Mañana nos han invitado a la barbacoa-cumpleaños de un amiguete de Nueva York y este fin de semana hay un festival itinerante que se va moviendo por los barrios de la ciudad, cada noche en uno, hoy toca en el nuestro. ¡Ja! Por si fuese poco, el domingo hay Fórmula 1, toca Canadá, y en el circuito Gilles Villeneuve la diversión siempre está asegurada.

Fin de semana redondo. El postre perfecto para tanto viaje y ajetreo :)



Curiosidad: Un servidor vive bajando unos doscientos metros por esa calle que se ve a la derecha junto a la aguja de la iglesia :)


Imágenes: Arriba, otra vez Nyhavn; abajo, el planetario Tycho Brahe y los edificios de Gammel Kogensvej reflejados en las aguas de Sankt Jørgens Sø; ambas son de Fleming Bo Jensen.

domingo, 1 de junio de 2008

Segundo plato: Praga


Mirándola desde el el Puente de Carlos, a uno se le olvidan los avatares que hubo que sufrir para llegar hasta ella. Las aguas del Vlatva fluyen abundantes y tranquilas bajos los arcos centenarios del puente; descifrar la historia de cada una de las treinta y una estatuas que flanquean su paso sobre las aguas sería el trabajo de una vida. Vigilando ambos estremos se alzan dos torres oscuras, puertas a las dos orillas de la cuidad vieja. A la derecha del río, Stare Mesto, calles enrevesadas a la sombra de edificios barrocos, iglesias, sinagogas, un museo al aire libre, cada fachada una obra de arte conservada con mimo; a la izquierda, Mala Strana, se alzan dos colinas, una con un inmenso bosque convertido en parque, la otra es el pedestal el Castillo de Praga, Hradcany, dominando orgulloso la ciudad. Aunque este castillo poco tiene que ver con el de Carcassone, aquí no hay ni murallas ni almenas, el recinto es un complejo de palacios adosados unos a otros, entreverados de salones, monasterios y conventos, y surgiendo del adoquinado del enorme patio central se alza hacia los cielos la catedral de San Vito, más alta que ningún palacio, más imponente que todos ellos, burlándose con su elegáncia gótica de los aspavientos barrocos de sus vecinos, sus agujas como espadas al cielo recordando a los nobles de antaño quien era el único y verdadero señor. Incluso hoy en día, creáis en lo que creáis y estéis en donde estéis, esa dama elegante vigilará vuestros pasos por las calles de Praga, engalanada de sol, vestida de brumas o resplandeciendo en la noche, siempre te la encuentras al alzar la cabeza.


Allí, apollado en el parapeto de piedra del Puente más antiguo de
Praga, contemplando la hermosura de la ciudad, la sucesión de puentes río arriba y río abajo, la absoluta belleza de la linea de edificios que se asoman a las orillas, uno decide que ha merecido la pena haberse pasado una hora perdido en la noche por las autovías que rodeán la ciudad tratando de encontrar el aeropuerto para ir a recoger a Vitor, él cansado de esperar y Ángela y un servidor cansados, después de haber conducido desde Copenhague, de buscar señalizaciones que no existen en cruces trampa. Allí, unidos al afán fotográfico de la marea de turistas, recordamos riéndonos la cara del policía que nos quiso multar por entrar, perdidos y cansados, con el coche en la plaza del palacio real; menos mal que al ver mi pasaporte español, mi carnet de conducir danés y la matrícula sueca del coche se le puso un ojo bizco y se le quitaron las ganas de rellenar la multa. Allí, dudando si echar a correr o no con las primeras gotas de una bendita tormenta que dejó a la ciudad limpia de turistas, aún nos preguntábamos incrédulos si todo había sido una conspiración de Murphy y su madre para que nos largásemos de Praga. Por si hubiera sido poco con la aventura de encontrar el aeropuerto, por si habernos librado no sé como del madero checo no hubiera sido emocionante de sobra, aún tuvimos que pasarnos cuarenta minutos perdidos por las calles llenas de direcciones prohibidas inoportunas para encontrar el hotel. Al final encontramos las calle, que era la que tenía que ser pero el cartel de la esquina decía otra cosa; encontramos el edificio, que tenía el número adecuado pero ni letrero de "Hotel" ni leches. A esas alturas, casi medianoche, ya no sabíamos si cortarnos las venas o dejárnoslas largas. Hasta que Vitor se dio cuenta. ¿Por qué los letreros de las calles son como los de París? ¿Porqué en aquella esquina pone "Braserie" y en frente "Tabac"? ¡¿Por qué los coches aparcados tiene matrículas francesas?!

- Oiga, disculpe, ¿es esta la calle Kozi?

- Sí, sí, es esta.

- Pero es que el cartel de la esquina pone otra cosa, oiga. . .

- Ya, ya, es que estas calles de por aquí están decoradas para el rodaje de una película ambientada en París.

Al oir esto no nos queríamos creer, pensamos que entre la mezcla de checo e inglés marrullero del tipo, no nos se habíamos enterado; pero sí, era verdad, habíamos entendido bien y tipo debió pensar que estabamos chiflados cuando nos largamos mentándoles a la madre a los checos y no sabiendo si llorar o reirmos. Lo último, inaudito. . . O eso creíamos.

Porque siempre te pueden pasar más cosas, como que por fin llegues al hotel y te lo encuentres cerrado y tengas que esperar una hora a que lleguen los dueños, un chulo barriobajero venido a más y una tipa chunga, que además de reñirnos por llegar tan tarde nos cobraron extra y mir'usté, o me cobra extra por llegar tarde o me riñe, pero las dos cosas no, oiga. También puede pasar que te quieran cobrar de más, que te pidan justificantes de la reserva que ni tienes ni tienen porque pedirte, que las habitaciones que te quieren dar no se ajusten a lo que has reservado, que no puedas pagar con tarjera de crédito y tengas que ir a buscar un cajero en una ciudad que no conoces a la una de la madrugada o que te quieran timar con el precio del aparcamiento del coche. Te pueden pasar todas esas cosas antes de que consigas meterte en la cama, y no voy a hablar de cómo era la cama; pero al final, las preciosas calles y plazas de Praga hacen que se te olvide. . . Hasta que entras en un restaurante, cervercería o hagas cuaquier cosas que te obligue a inteactuar con los checos; la ciudad será bonita de cojón de pato, pero los checos son unos caraculos y nos maleducados, no sonríen así los mates y te miran como si les debieses dinero, o algo. Así fue, que el único camarero amable y sonriente que nos encontramos consiguió que fuesemos a cenar a su restaurante todos los días, y muy bien que cenamos, por cierto.

Praga, además de imágenes preciosas y grandes momentos con tres amigos, me ha dejado una espinita clavada, me ha dejado la impresión de ser como un Jaguar, o sea, como una señora fea vestida de Armani. Esa espina me la voy a tener que sacar la próxima vez que vaya a España. Si las autoridades y el tiempo lo permiten, me voy a hacer una paradita en Madrid, para devolverle la visita a Vitor, y para darme un paseo por todos los lugares y museos memorables que pueda de entre los que abundan en capital, porque estoy seguro cualquiera de ellos merecerá más la pena que cualquiera de los lugares a los que pagé por entrar en Praga, ya va siendo hora de poner las cosas en su sitio, histórica, cultural y patrióticamente hablando.


Imágenes: robadas a Ángela, a Vitor y a Wikipedia.