sábado, 30 de septiembre de 2006

Paralelo 60N: Fabes y Metal

Llevo una semana de locura... Desde el miércoles pasado que decidí en el último momento irme a pasar el finde con Hugo a Helsinki, hasta hoy, sábado y la luna en creciente... El viaje a Finlandia lo definiría como in extremis; sobre el resto de la semana no me preguntéis.

Fue una risa de viaje: compré los billetes menos de cuarenta y ocho antes. Casi pierdo los aviones, para ir y para volver. Tuvimos que hacer malabares para que llegarse a casa de Hugo, su avión llegaba de Budapest tres horas más tarde que el mío; aunque al final se le retrasó y fueron cinco. Lo dicho una risa... Sobre todo la me que dio a mí cuando llegué a la carrera al aeropuerto de Copenhague con un cuarto de hora para embarcar y ví la cola de tres horas que había en el control de seguridad. Good luck..., me dijo la mozina de facturación con una sorisilla pícara. Pero más que una cuestión de suerte era de echarle focico. Es muy fácil, nada de estresarse o poner cara de pena, pa'qué? Tú caminas con paso decidido a lo largo de la triple cola. Te saltas la valla junto al control de seguridad que se supone que está allí para que no te la saltes. Sonries a la persona que hasta que llegaste estaba apunto de posar sus cosas en la cinta, pones las tuyas dándole las gracias y te quitas a la carrera todo lo que pueda pitar en el detector de metales (un poco de teatro nunca viene mal). Miras con confianza y otra sonrisa al guardia de seguridad que, a la vista de que nadie se queja, no tiene muy claro si increparte o no.
Como lo último que quieres es que el tipo tenga tiempo a pensar, le entregas el DNI y la tarjeta de embarque con un dedo acusador indicando la hora del inminente despegue. Tengo mucha mucha prisa. Vuelves a sonreir y tiras pa'lante sin volver a mirarlo. Recoges tus cosas al otro lado y sales cagando leches hacia puerta de embarque. Sencillo. Y si multiplicáis la jugada por dos, ya sabréis lo que hice para no perder tampoco el avión de vuelta.

Helsinki es una ciudad pequeñita, desparramada sobre una península, las islitas de la bahía y las colinas que la rodean. Limpia, tranquila, con personas amables y niñas de sonrisa fácil, como todas las cuidades escandinavas que conozco. Y sin embargo, es diferente: demasiado nueva, los monumentos y las estutas no asaltan a cada paso; pero sobre todo lo es por la música. Sí, la música. Rock y Metal por todas partes: Metalica en el autobus, Hellowing en el hilo musical de los centros comerciales, Iron Maiden en las cafeterías, Nightwish en Mango y un montón de góticos y jevitorros por las calles. Tiendas que no tienes muy claro si son de ropa o de disfraces para Hallowing, mueblerías de diseño donde las lámparas son esqueletos y los ceniceros calaveras de dragones. Bares superpijosdelamuerte donde braman las guitarras y truenan las baterías. Qué menos estando en el país de Lordi... Ah! Esto tengo que contároslo: sabíais que tiene su propia marca de refresco de cola? Adivináis como se llama?

LORDI COLA!!!!!

(En cuanto Hugo me pase la foto de la botella os la pongo :)

El fin de semana, quitando breves interludios turísticos para visitar la cuidad (la Catedral Blanca, las islas-fortaleza de Suomenlinna y las tiendas míticas), fue una sucesión de bares, fiestas y comilonas. No nos quedaba otra opción, había que despedir a Hugo en condiciones y terminarse toda la comida que le quedaba en la nevera. Entre las pechugas al cabrales, las tartas de chocolate, las empanadas y demás, lo más memorable fueron la fabada y el arroz con leche del domingo. Como todo en este viaje, fue in extremis, habíamos cocinado para cinco y al final nos juntamos nueve; menos mal que contabamos con que los cinco repitieran dos veces.

Memorable fue también la fiesta que dio comienzo al sábado noche en casa de un amiguete de Hugo. Oye, esta fiesta es un poco rara, no? Esto me lo dijo una rubita muy mona. Le respondí que no, que por qué. Porque sólo hay mujeres finlandesas y hombres españoles. Le dije que no acavaba de ver el problema, que más bien me parecía perfecto. Tras pensárselo unos segundos y darle un tiento a la cerveza concluyó con un sí, supongo que sí... Y aún así, ese fin de semana se me escapó, in extremis, por supuesto, el as finés de mi poker escandinavo. Mecagüen...

Ah! Cómo no? el domingo, después de otra cenorra, nos fuimos al Hevimesta, el karaoke heavy que hay al lado de la Catedral Blanca. Un puntazo de sitio. Si os dejáis caer por Helsinki, aunque no sintáis especial predilección por ese tipo de música, visitad el Hevimesta.

Bueno, me dejo muchos detalles, muchas anécdotas y sería difícil recordar cada risa; pero creo que os hacéis una idea de como fue la cosa. Por cierto, os he dicho que los finlandeses son más raros que los daneses? No tienen timbrés en las puertas, con lo que las visitas improvisadas con complicadas si no tiras de móvil. Nunca alquilan los pisos amueblados porque les da repeluzno usar los muebles de otro; aunque la ciudad está llena de anticuarios y mueblerías de segunda mano. (???) Vamos, raros, raros. Será el efecto pernicioso de tanto heavy metal agitando las neuronas...

Ahora, me esperan la cena y la noche danesa. Miedo me da a la vista de la semana. Bueno, miedo, lo que se dice miedo... Pasadlo bien!

Nenita, disfruta tu último finde en Helsinki. Espero que hallas solucionado el marrón de los muebles. Nos vemos en Osaka ;)

sábado, 23 de septiembre de 2006

Fotos de Oslo, y algo más, desde Helsinki

Estoy en casa de Hugo, en Helsinki, esperando a que llegue de Budapest. No sólo me he colado en su casa sino que he conseguido hackearle la password de administrador del portatil, asi que voy a ver si os pongo una sesión de fotos varias que no me dio tiempo a enseñaros antes de salir de CPH. Para variar no las ha sacado el que escribe; nos las presta Paco. Son del fin de semana pasado, vinieron un par de amiguetes suyos (Jota y Knocte, cómo va eso, fieras?), anduvimos liándola por aquí, bueno por allí, y luego como favor especial se fueron a Oslo a sacarme las fotos que no pude hacer cuando fui hace un par de meses. Y hablando de Oslo: un saludo, nenitas!!!

A lo que iba... Si vais a Oslo en patera veréis algo parecido a esto:


Pero visto desde el otro lado... Y en medio del precioso fiordo, una pintoresca isla:


Un poquito después llegaréis al puerto. Por la calle que se intuye al fondo, a lo largo del paseo, os encontraréis millones de oslitas (premio para el que me diga el gentilicio de Oslo) tomando helado al sol sentados en los escalones del muelle; claro, que para eso tenéis que ir en verano y que haga sol:

La foto está sacada desde la fortaleza que se ve detrás de estas goletas:


Callejeando un poco colina arriba en la dirección adecuada, podréis llegar a un parque enorme, original y único:



Me vais a perdonar que no recuerde el nombre; seguro que no os difícil en contrarlo en wikipedia, no os lo va a hacer todo un servidor... Lo que se veis no es nada más que el centro del parque. La gracia está en los millones de esculturas de cuerpos humanos desnudos que decoran cada rincón de ese lugar. Todas son diferentes: hombre, mujeres, niños, niñas, parejas, escena deportivas, besos oscenos, abrazos cariñosos, pataletas... Millones de estatuas de granito, millones de instantes congelados de otras tantas vidas. Y, en el centro de ese alarde de creatividad, el enorme pirulo que ve al fondo:


No hay mucho más que ver en Oslo, al menos no si sois mujeres... O bueno, esto fue lo que más me llamó la atención, museos y asimilados a parte.

Y hablando de parques... Aquí tenéis una foto de tres individuos montándose una barbacoa en Faelledparken; el sitio aquel donde fue la carrera sobre barro hace unas semanas, sus acordáis?


Otro de mis parques favoritos en Copenhague es el del palacio de Rosenborg. Me queda al ladito del curro, así que los días que hace sol, cuando termino, suelo tirarme por ahí a leer y no es raro que termine echándome una siestecita. Ahora ya sabéis como puede terminar uno moreno en Dinamarca sin pagar:


Esto ya os lo enseñado, y volveré a hacerlo, Nyhavn:


Y no muy lejos de allí, al otro lado del canal, Christianshavn o Little Amsterdam pa'los amigos:


Y como no, ya iba siendo hora, fotos de las sirenitas ;-)










Qué vuesas mercedes lo disfruten...


Y no os olvidéis de darle las gracias a Paco por las fotos (Has llegado sano y salvo a Granada?):


Por cierto, Paco es el de la derecha; ese no, vuestra derecha. Terminó en Bangkok un poco por mi culpa, igual que yo estoy en Helsinki en parte por la suya... Todos conmigo:

martes, 19 de septiembre de 2006

Las buenas costumbres

Hoy, que por causalidad acabo de darme cuenta que hace cinco meses que vivo en Copenhague, me siento al teclado sin tener muy claro qué voy a contaros. Me estoy dando cuenta que esto de no tener tanto tiempo como antes para contaros historias, hace que piense menos en lo que me pasa cada día, hasta el punto de que a veces me parezca que no tengo nada que contaros. Mentira, claro. Pero es una mentira insidiosa que me ha alejado de vosotros estas últimas semanas. Así que voy a improvisar un poco, a rebuscar dentro de mí y ver que nos encontramos.

Lo primero que llevo encontrándome los últimos siete u ocho días al despertar es la cara de Pre, el recuerdo de sus caricias y el calor de sus abrazos. He soñado todos estos días con ella. Lo cual no deja de ser extraño, porque rara vez recuerdo lo que sueño y hasta esta semana era capaz de contar con los dedos de una mano las veces que ella me visitó de la mano de Morfeo. Supongo es una fase más de nuestra historia, que a base de no encontrármela, de no tener nada en esta ciudad que la me la recuerde, mi cerebro da con la manera de mirarla una vez más a la cara. Y aunque uno se levanta un poco más melancólico de lo que debería, no es nada alarmante, nada que no sintiera ya. Como le decía a Olatz hace tiempo, es esa tristeza serena, tranquila, esa que te hace asomar una sonrisa en los labios, una sonrisa que no alcanza tus ojos. Los retazos de dolor cuando pasas los dedos por una cicatriz reciente. El dolor recordándote que sigues vivo, la cicatriz mostrándote que ya estás casi curado. Claro, que en este país todo es más fácil, es difícil dar muchos pasos sin que alguna danesa les regale a tus ojos la sonrisa que les falta. Es fácil mientras tienes a alguien que ponga un beso en la cicatriz; aunque no sepa a qué la causó, o precisamente eso. Besos que a veces también queman, porque ya no son los mismos... Y volvemos a empezar... Y me habéis entendido de sobra. Y cambiamos de tema.

El viernes he tenido un examen de uno de los cursos que estoy haciendo en este bloque. Lo mejor es que siendo fiel a esa especie de promesa que me hice de no volver a estudiar para un examen, también he salido bien parado de ésta. Al menos de momento, porque descubrí, y hoy he confirmado, que con uno de los dos profesores voy a tener un problema un día de estos. Hay cantinelas que ya he escuchado demasiadas veces, hay motos que ya no me vende nadie y hay actitudes que ofenden a lo que tengo de persona. Lo que más me preocupa, es que en vez del cabreo saludable, lo que me sale es una sonrisa cínica. Je, je... Ya os contaré en que para la cosa. Va a ser divertido...

Y divertido fue el fin de semana. Se vinieron unos amigos de Paco desde Madrid, Jota y Knocte. Otro par de trotamundos con muchas cosas que contar, muchas risas que compartir y un brote de amistad que espero que sigamos cuidando. La anécdota la puso una fiesta en una residencia de estudiantes cutre. Bueno, más bien era una fiesta por habitación. Había desde rollito chill out hasta hardcorejazz improvisado por los que se atreviesen a cojer la guitarra, el bajo, los bongos y ponerse al piano o la bateria. Por el medio, casi de todo lo que os imaginéis; no os olvidéis de aderezarlo con cervezas y ojos azules.

Con esto, creo que ya he cumplido por hoy, así que me voy a meter en cama que tengo que descansar para seguir liándola en condiciones, para seguir teniendo cosillas que contaros, para no perder las buenas costumbres ;-)

sábado, 16 de septiembre de 2006

Pandora Internet Radio

Teclead ahora mismo esta dirección en vuestro navegador:

http://www.pandora.com

Si ya conocíais esta página, por qué coño no me lo contasteis? Y si no, bienvenidos a una de las webs más alucinantes que me he encontrado! (Gracias por la información, Knocte!)

De qué va todo esto? Sencillo: PANDORA es un proyecto que ofrece música personalizada por internet. Sólo tenéis que poner en ese rectángulo blanco el nombre de un grupo o el título de una canción que os guste. En unos segundos estaréis escuchandolo. Pero no se queda ahí la cosa, mientras tengáis la página abierta seguirá buscándoos canciones que encajen en el mismo perfil del grupo o del tema que le habéis pedido. Toda la música que queráis al alcance del ratón... Y es legal!!! (Por si a alguno le preocupaba.)

Además, PANDORA es un sitio bien diseñado. Podéis crear varias estaciones con diferentes estilos de música, añadir varias preferencias a una de ellas; podiés decirle que canciones de las que está buscando y reproduciendo os han gustado más y cuales no queréis volver a escuchar. Porque esa es otra, PANDORA recuerda vuestros gustos, la próxima vez que entréis volveréis a encontraros vuestras estaciones, y reproducirá más a menudo las canciones que os han gustado.

Tiene un montón más de opciones interesantes... Descubridlas vosotros mismos.

La base de datos de PANDORA es impresionante y, aunque no tenga los derechos para reproducir un tema en particular (no ocurre a menudo), siempre os encontrará algo similar :-) Y, como ya os habréis imaginado, es una manera extraordinaria de conocer nuevos grupos afines a los que ya os gustan.

Ya no os hará falta tener el disco duro petado de mp3's para disfrutar de la música que os gusta.

Disfrutadlo!

lunes, 11 de septiembre de 2006

Monza 2006: No comment...


No hay mucho que decir después de un día como el de hoy. Cuando sales décimo tienes que tirar al máximo e ir al límite, tú mismo, el coche, los neumáticos y el motor. Podría haber acabado fácilmente en el podio hoy, lo que demuestra que sin la penalización de ayer, el coche tenía el potencial suficiente para luchar por la victoria. Michelin ha ofrecido un gran rendimiento en esta carrera y no estoy preocupado por el título. Quedan tres carreras y cada vez seremos más fuertes con los desarrollos que tenemos previstos en el coche, los neumáticos y el motor. Pero el resumen de este fin de semana es bien simple: la carrera se decidió fuera de la pista el sábado por la tarde.

-Fernano Alonso.




domingo, 10 de septiembre de 2006

3:52 AM: Después de la penúltima

Como podéis ver, hoy he llegado pronto a casa para ser sábado noche. Estoy cansado, sí; pero sobre todo me he vuelto porque creo que ya me han pasado suficientes cosas memorables esta noche. Primero hemos ido a una fiesta de estas donde el anfitrión se pasa toda la noche preguntándose qué hace toda esa gente que no conoco de nada en su casa, entre ellos nosotros. Je, je, y gracias a todos esos asistentes inesperados fue una gran fiesta.

Luego he estado tomándome un algo con la segunda danesa que me dice este fin de semana se que soy guapo. Ya os dije que eran muy raras. Lo gracioso fue que la misma conversación me explicó muy convencida que teníamos que dejar de enrollarnos porque si seguíamos así iba a acabar muy pillada por mí. El problema para ella está en que se va en diciembre unos meses a Italia y no tiene ganas de pasar el trago de despedirse. Una decisión comprensible y respetable, pero estúpida. Je, je, y encima me lo estaba contando a mí... Una de esas cosas que les explicaba a álguienes en otro blog que te pillan a contrapié y me hacen reírme carjadas, incluso mientras os cuento esto.

Al mismo tiempo he conocido a Andreas, un noruego que está saliendo con una amiga de la moza ésta que se va a Italia. Una de las personas más divertidas, felices y lúcidas que he conocido en mi vida. El tipo tiene pinta de todo menos de noruego. Bajito, delgado, con un pelo que es castaño o cobrizo según por donde se lo mires y una mirada sonriente que su boca convierte en carcajadas sinceras ante cualquier ironía pasajera.
Entre risas y los cafes irlandeses que iba empalmando, me ha dicho dos de las frases preciosas que merecen la pena ser compartidas. La primera me la dijo en castellano, explicándome que era lo unico sabía decir en nuestro idioma. Es algo que ya habréis oído, como la dijo él o de otra forma significando lo mismo. Nada nuevo; pero que gana un significado especial cuando te la dice un chef vegetariano que se largó de su pais para vivir en una casita medio okupada medio construida por él mismo y trabajar de jardinero en Christiania. La frase no os la voy decir ahora, os la encontraréis el lunes ya sabéis donde.

La segunda frase me dijo que era muy conocida en noruega. Me pidió que la tradujese al castellano. Cuando le pregunté si podía escribírmela en noruego para contárosla, me dijo que no, que castellano estaría mejor y de sobra:

"Quiero ser la lágrima que resbala de tu ojo y se transforma en sonrisa al rozar tus labios."

Si alguna vez habéis visto esa lágrima y la ha acompañado una vuestra... Felicidades!! Por mi parte, ya sabéis en quien estoy pensando. Y sigo riéndome, está siendo otra noche para recordar.

Qué durmáis bien.

viernes, 8 de septiembre de 2006

Doscientas mil personas, barro y fuegos artificiales

Estoy empezando a sentir el síndrome de Estocolmo. No, no me he confundido de ciudad; lo que quiero decir es que están empezando a caerme bien estos vikingos, estoy empezando a entender por qué son como son. Se empieza a sentir el acecho del invierno: desde que me volví de vacaciones hemos perdido más de cuatro horas de luz!!!!!!! Y aún tenemos que perder el doble... Lo entendí hace tiempo; pero ahora empiezo a ser consciente de que aquí el clima condiciona tu vida mucho más allá de cuatro cambios en el vestuario. En ese sentido, una de las cosas más encantadoras de este pueblo, es la manera apasionada que tienen de disfrutar el breve y precioso verano escandinavo. Durante esas cortas semanas en que el sol luce en el cielo durante veinte horas al día, no les hace falta ninguna disculpa, evento histórico destacado, ni santo, para ir a tirarse a un parque, montarse barbacoas en cualquier sitio o organizar una macro fiesta, convertir las calles en un escenario, en un mercadillo o una discoteca. No importa que tengan que trabajar, sobran horas de luz por las tardes para organizar saraos, y los fines de semana no los perdonan.

Una de las muchas liadas de estas en las tuve la suerte de estar, ocurrió hace dos semanas. Se trata de una tradición con sólo un puñado de años; pero que ya tiene un lugar destacado en los calendarios de todo Copenhague. No sé como se llama a ciencia cierta, porque todo el mundo habla de ella como "la carrera de Fælledparken". Por lo que sé, la cosa empezó como una carrera organizada entre cuatro amiguetes de varias de las empresas más grandes de Copenhague; un rollito de estos sociales que tanto les gustan para incentivar la comunicación el trabajo, movida "oye, por qué no organizamos una carrera pa'charnos unas risas la semana que viene". Con la pijada este año han participado doscientas mil personas de todos los pelos y colores, de todas la edades y condicienes. Cada uno a su ritmo, el que no puede correr, anda; el que no puede andar se sienta y descasa.

En nuestro grupo, por orden expresa de la jefa (que también corrió), organizamos dos equipos. Me explico: es una carrera de relevos en un circuito de cinco kilómetros que culebrea por un parque descomunal que hay cerca del centro. Los equipos son de cinco personas y cada una tiene que dar una vuelta, total, 25 km.


La historia dura cuatro días!! Se empieza a las seis de la tarde, salen doscientos cincuenta equipos cada dos minutos y dura hasta que termine el último, allá por las nueve y media o las diez de la noche. Claro, os podréis imaginar que un parque petado con cincentamil corredores más los expontáneos que se apuntan a la fiesta porque sí, es una movida gordísima. Si a esto le añadiis que estamos en Dinamarca y que la cerveza y las barbacoas no pueden faltar, os iréis haciendo una idea. Si le añadiis que la orgagnización monta cuarenta carpas con mesas a lo largo del circuito para que la peña se siente a beber y jalar, os vais percatando de que esto es como una fiesta de prao descomunal.

El por qué de esta carrera...

A ver, por'onde iba? Eran las nueve de la noche del viernes y ahora son las siete y media de la tarde del sábado! Hay que joderse, cómo pasa el tiempo desde que estoy en esta ciudad...

Eso, el motivo de la carrera... Pues, nada, por que sí. Porque mola, pa'pasar el rato y echarse unas risas con los amiguetes. El premio? Os parece poco premio? N0 hay más premio que el estar allí. Es todo por amor al arte; para disfrutar de una tarde de verano de una manera diferente. Creíais que os decía en broma aquello de que para los daneses el verano es algo especial que se empeñan en disfrutar hasta el último segundo?

Bueno, aunque al final este año el invento estuvo pasado por agua, como todo el mes de agosto, nos lo pasamos bien. De hecho lo de la lluvia tuvo su gracia. Esa es otra cosas que me encanta de los daneses. Disfrutan de las pequeñas cosas como niños. Los he visto salir en días de tormenta a saltar descalzos en los charcos, quedarse embelesados ante la nevada estival de un cerezo en flor... Cómo se iban a perder una carrera bajo la lluvia por una pista con un palmo de barro?! De ninguna manera.

Por razones históricas y de simetría me tocó correr el último de mi equipo, al anochecer, después de llevar toda la tarde lloviendo y de haber pisoteado la "hierba" cuarenta mil personas, más las cincuenta mil del día anterior. Fue toda una odisea. Correr como un poseso para recuperar los tres minutos que nos llevaba de ventaja el otro equipo de nuestro grupo. Esquivar al resto de corredores mientras trataba de que el barro no se tragase mis playeros. Acabé con barro hasta dentro de las orejas. Por suerte una parte del recorrido había una especie de carril libre: los charcos, y me limpié un poco. Vamos, divertidísimo. Lo que mola ensuciarse y salpicar en los charcos!

Con todo esto, o gracias a ello, conseguí correr los cinco kilómetros en veinte minutos.
Cuatro minutos por kilómetro. No esta mal!! El más rápido de nuestros dos equipos (estoy orgulloso, pa'que os voy a decir que no si sí); pero no fue suficiente. Al final nos ganaron por treinta segundos. Mecagüen!!

Después, toalla, cambio rápido de camiseta y cena de papo comentando la jugada. Fuegos artificales cuando el último cruzó la meta y muchas risas.

Y ahora, cenorra con Albert, un erasmus barcelonita que está hasta los güevos de vivir en un hostal porque no encuentra piso y se ha acercado a cenar conmigo. Luego Erasmus Party en un sitio que no conozco y más allá quien sabe lo que depara una noche de verano en Copenhague.

Besinos y abrazos. No hagáis nada que yo no haría.

lunes, 4 de septiembre de 2006

Quién dijo que el danés era difícil?

Despúes de mis dos primeras semanas de intensas clases de danés, me siento perfectamente capacitado para desvelaros los entresijos de esta lengua vikinga. Lo primero, debéis olvidar todo lo que halláis oído sobre sobre el noble idioma danés; lo más probable es que sean falacias fascistas difundidas por los suecos, frustrados por su incapacidad para comprender a sus afables vecinos. Por ejemplo, es mentira cochina que los daneses hablen como si estuvieran borrachos, que a menudo lo están; pero no viene al caso. Lo que ocurre, es que cuando los suecos vienen a Dinamaca sufren, indefectiblemente y por razones desconocidas, una severa alteración de la conducta y la percepción denominada técnicamente "ir tajados como ratas". La verdad, cualquier danés os lo confirmará y os hará ver que no tiene nada que ver con el hecho de ir borrachos, es que dominan a la perfección el difícil arte de hablar con una patata caliente en la boca.

A lo que íbamos: el danés es un idioma sencillo. Tan simple que sólo tiene una regla conocida. Cuál es no viene al caso y además es aburrida. Pero fijaros que elegancia, una única norma, y sin excepciones jodiendo la marrana. Nada de inmensas conjugaciones verbales, pronombres a tutiplé ni reglas ortográficas que establezcan una infranqueable barrera socio-cultural que discrimine entre los que saben y no saben dónde poner una tilde. No señor, el danés es una expresión artistica de todo un pueblo, un ejercicio de diseño cotidiano. Y, como toda buena obra de arte y pieza de diseño que se precie, su forma y su funcionalidad no tienen que estar en absoluto relacionadas. Me explico, tomemos una palabra cualquiera, que dados los superiores conocimientos en la materia, vais a permitir que la escoja un servidor:

SELVFØLGELIG

Lo que debeís comprender para llegar a apreciar la belleza de esta lengua, es que la mitad de los caracteres que configuran un vocablo no son más que un elevado ejercicio de diseño que responde a motivos
estéticos, históricos y de simetría. Así, elimando lo que sólo un desalmado carente de cualquier sentido artístico calificaría de caracteres inútiles, nos queda la esencia vocalizable de la palabra:

SEFØLLI

Por qué esas letras y no otras? Amigos, eso es algo que jamás lograréis decubrir con la luz de la razón, algo que debéis alumbrar con la llama que porta el artista que todos llevamos dentro. Pero no divaguemos, sigamos adelante, porque si la escritura de esta lengua es capaz del emblesarnos con sus cualiades artísticas, su fonética y pronunciación alcanzan cotas que las hacen dignas de ser puesta sólo en boca de las celestes figuras que decoran la Capilla Sixtina. Así pues, los sietes caracteres anteriores un danés los leería:

S[eu]F[ou][ou]L-LI

Nota 1: las parejas de vocales entre corchetes deben pronunciarse como una sóla a medio camino entre ambas.
Nota 2: para las consonantes puntualizaros que la patata caliente no debe asomar fuera de vuestra boca.

Debe puntualizarse, que cualquier relación que pudiera parecer que hay entre caracteres y pronunciación descubriríamos,
en cuanto comparásemos con cualquier otra palabra, que no es más que una ilusión fruto de nuestra pobre percepción estética y nuestra miserable ansia de asfixiar con normas al arte.

Resumiendo:

  1. Para qué hostias escriben letras que no usan?
  2. Y las que quedan, podrían leerlas como está mandado y no según de que lado les abanique el viento los cojones.
  3. Coño!
  4. Ahora entiendo por qué se hablan tan poco.
Bueno, aunque me gustaría seguir contándoos cosas, me piro pa'cama, que mañana es uno de esos días maratonianos: ocho horitas de curro, seis de ellas en un curso, otras tres más de clase de danés (je jeh) y luego, lo peor de todo, tengo que hacer cena pa'una rubia; a ver si relacionándome con las autóctonas mejoro mi danés...

Sí, en realidad toda esta historia la he escrito sólo para contaros esto último, que es más de la mitad de lo que debería y menos de la mitad de lo que podría :-P