Llevo una semana de locura... Desde el miércoles pasado que decidí en el último momento irme a pasar el finde con Hugo a Helsinki, hasta hoy, sábado y la luna en creciente... El viaje a Finlandia lo definiría como in extremis; sobre el resto de la semana no me preguntéis.
Fue una risa de viaje: compré los billetes menos de cuarenta y ocho antes. Casi pierdo los aviones, para ir y para volver. Tuvimos que hacer malabares para que llegarse a casa de Hugo, su avión llegaba de Budapest tres horas más tarde que el mío; aunque al final se le retrasó y fueron cinco. Lo dicho una risa... Sobre todo la me que dio a mí cuando llegué a la carrera al aeropuerto de Copenhague con un cuarto de hora para embarcar y ví la cola de tres horas que había en el control de seguridad. Good luck..., me dijo la mozina de facturación con una sorisilla pícara. Pero más que una cuestión de suerte era de echarle focico. Es muy fácil, nada de estresarse o poner cara de pena, pa'qué? Tú caminas con paso decidido a lo largo de la triple cola. Te saltas la valla junto al control de seguridad que se supone que está allí para que no te la saltes. Sonries a la persona que hasta que llegaste estaba apunto de posar sus cosas en la cinta, pones las tuyas dándole las gracias y te quitas a la carrera todo lo que pueda pitar en el detector de metales (un poco de teatro nunca viene mal). Miras con confianza y otra sonrisa al guardia de seguridad que, a la vista de que nadie se queja, no tiene muy claro si increparte o no. Como lo último que quieres es que el tipo tenga tiempo a pensar, le entregas el DNI y la tarjeta de embarque con un dedo acusador indicando la hora del inminente despegue. Tengo mucha mucha prisa. Vuelves a sonreir y tiras pa'lante sin volver a mirarlo. Recoges tus cosas al otro lado y sales cagando leches hacia puerta de embarque. Sencillo. Y si multiplicáis la jugada por dos, ya sabréis lo que hice para no perder tampoco el avión de vuelta.
Helsinki es una ciudad pequeñita, desparramada sobre una península, las islitas de la bahía y las colinas que la rodean. Limpia, tranquila, con personas amables y niñas de sonrisa fácil, como todas las cuidades escandinavas que conozco. Y sin embargo, es diferente: demasiado nueva, los monumentos y las estutas no asaltan a cada paso; pero sobre todo lo es por la música. Sí, la música. Rock y Metal por todas partes: Metalica en el autobus, Hellowing en el hilo musical de los centros comerciales, Iron Maiden en las cafeterías, Nightwish en Mango y un montón de góticos y jevitorros por las calles. Tiendas que no tienes muy claro si son de ropa o de disfraces para Hallowing, mueblerías de diseño donde las lámparas son esqueletos y los ceniceros calaveras de dragones. Bares superpijosdelamuerte donde braman las guitarras y truenan las baterías. Qué menos estando en el país de Lordi... Ah! Esto tengo que contároslo: sabíais que tiene su propia marca de refresco de cola? Adivináis como se llama?
LORDI COLA!!!!!
(En cuanto Hugo me pase la foto de la botella os la pongo :)
El fin de semana, quitando breves interludios turísticos para visitar la cuidad (la Catedral Blanca, las islas-fortaleza de Suomenlinna y las tiendas míticas), fue una sucesión de bares, fiestas y comilonas. No nos quedaba otra opción, había que despedir a Hugo en condiciones y terminarse toda la comida que le quedaba en la nevera. Entre las pechugas al cabrales, las tartas de chocolate, las empanadas y demás, lo más memorable fueron la fabada y el arroz con leche del domingo. Como todo en este viaje, fue in extremis, habíamos cocinado para cinco y al final nos juntamos nueve; menos mal que contabamos con que los cinco repitieran dos veces.
Memorable fue también la fiesta que dio comienzo al sábado noche en casa de un amiguete de Hugo. Oye, esta fiesta es un poco rara, no? Esto me lo dijo una rubita muy mona. Le respondí que no, que por qué. Porque sólo hay mujeres finlandesas y hombres españoles. Le dije que no acavaba de ver el problema, que más bien me parecía perfecto. Tras pensárselo unos segundos y darle un tiento a la cerveza concluyó con un sí, supongo que sí... Y aún así, ese fin de semana se me escapó, in extremis, por supuesto, el as finés de mi poker escandinavo. Mecagüen...
Ah! Cómo no? el domingo, después de otra cenorra, nos fuimos al Hevimesta, el karaoke heavy que hay al lado de la Catedral Blanca. Un puntazo de sitio. Si os dejáis caer por Helsinki, aunque no sintáis especial predilección por ese tipo de música, visitad el Hevimesta.
Bueno, me dejo muchos detalles, muchas anécdotas y sería difícil recordar cada risa; pero creo que os hacéis una idea de como fue la cosa. Por cierto, os he dicho que los finlandeses son más raros que los daneses? No tienen timbrés en las puertas, con lo que las visitas improvisadas con complicadas si no tiras de móvil. Nunca alquilan los pisos amueblados porque les da repeluzno usar los muebles de otro; aunque la ciudad está llena de anticuarios y mueblerías de segunda mano. (???) Vamos, raros, raros. Será el efecto pernicioso de tanto heavy metal agitando las neuronas...
Ahora, me esperan la cena y la noche danesa. Miedo me da a la vista de la semana. Bueno, miedo, lo que se dice miedo... Pasadlo bien!
Nenita, disfruta tu último finde en Helsinki. Espero que hallas solucionado el marrón de los muebles. Nos vemos en Osaka ;)
Son bien conocidas las tendencias goth metaleras de aquellas tierras finlandesas. Nighwish, apocalypctica, sonata artica, him, ¿the rasmus?,... y estas cosillas. Seguro que es mucho más divertido que salir a escuchar pachanga.
ResponderEliminarNightwish en Mango!!!
ResponderEliminarEso casi me tira de la silla.
Ah, por cierto melenúo, que he vuelto!, me acabo de meter un megamaratón leyendo tanto post y comentario desde el último día que tuve un rato pa otear cómo te va por Vikingolandia.
Lo del aeropuerto... no me extraña que no te dijesen ni mu!!! "Si alguien se salta una megacola para llegar al control del aeropuerto arriesgandose a cabrear a 300 personas cansadas y estresadas... no puede estar muy bien de la cabeza y seguro que es peligroso". VAmos, ,el de seguridad también lo debió ver bien clarito, por eso no te dijo ni mu cuando te curraste el salto de verja estilo apañó.
Bueno elemento, hoy lo siento, pero no tengo tiempo pa más. Cuando postees la carrera a ver si te la comento, pero tendrá que esperar a mediados de semana, que me piro como que ya.
Me alegra ver que las valquirias te tratan más o menos bien y que los gélidos vientos no te arrastran a inhospitos parajes.
Esa ye mi tierra de seguro. Ke bueno Jevi metal por todos laos y lo ke ye mejor tiendas donde comprar ropa y en la ke puedas decidir si te la llevas o no. Lordi cola oh Yeah!!!!! Tendré ke llevar un dia una furgoneta pa equipame como Satan manda.
ResponderEliminarUn saludo rapaz y disfruta de la musica de los Dioses del Metal
Pos menuo control de seguridad que tienes por alli.. Por los cojones ibas apasar aki, te traba el madero Facha, con esas pintas y ya sabes.. "Abra las piernas y brazos y dni en los dientes.." jeje
ResponderEliminarpues como mola finlandia, seguro que nos lo pasariamos de puta madre.
Una pena lo de alonso aver si nos haces comentario, pami se ha puesto la cosa muy jodia pero apostaria por Nano..
Bueno Melon a cuidarse y un abrazu.
KINOS
Pues a mí en los aeropuertos europeos siempre me han magreao pero bien con la excusa de la seguridad... De hecho me aprendí que mejor no llevar FALDA cuando viajas en avión, si no quieres que te metan ese palitroque detector de bombasnuclearesdelamuertemortal entre las piernas, que por más que lo haga una chica, no mola nada.
ResponderEliminar¡Queremos esa foto de lordicola pero ya!
Por lo demás, Alonso, un chulobarrio que no sabe perder. Es mi opinión totalmente profana. Suspenso en elegancia.
Saludos desde la Capital del Reino. PHI.
Pos sí, Finlandia es cuando menos peculiar. Si queréis ver más cosas curisas dejaros caer por el blog de Hugo (Hell Sink I). Sí, en el link ese de la izquierda :)
ResponderEliminarUyyy Phy, lo que acabas de decir... Profana, ciertamente. Te lo voy a explicar, y no, no soy imparcial; pero si sensato e informado. Alonso no es que no sepa perder, es que no le gusta perder ni a las chapas. Y si no estás informada da la sensación cuando habla de que los problemas nunca son culpa de él; pero coño, es que no lo son! Sobran los dedos de una mano para contar los errores de pilotaje que le hayan costado algún punto en los cuatro años que lleva en Renault. Y eso es algo que no puede decir ni el mismísimo Schumacher.
En cuanto a las acusaciones de bocazas, y no eres sólo tú la que lo piensa, ocurre lo de siempre, que cuando alguien dice verdades como puños no gusta, y si además sacamos ciertos comentarios de contexto... En fin, lo de siempre.
Llevo doce años sin perderme apenas alguna carrera. Leo mucho sobre el tema y de fuentes muy dispares, y creeme, podrá pareceros o no elegante; pero, aún así, Alonso se calla muchas cosas y siempre es honesto cuando habla (bueno, excepto las mentiras que cuentan todos los pilotos, mecánicos e ingenieros ante las cámaras para no descubrir sus cartas antes de las carreras; pero eso forma parte del juego).
Espero que algún día tengas la oportunidad de hablar con él o alguno de sus amigos, lo verás de otra manera.
Aquí Phi. Me parece bien lo que me cuentas de Alonso, y probablemente tengas razón, yo no me meto. Ahora bien, alguna objeción tengo que hacerte:
ResponderEliminarVeamos, todo deporte tiene algo de entrenamiento simbólico para la vida real. Y en ese sentido son tan importantes como acontecimiento mediático y social. Y por eso los deportistas también tienen ese trasfondo de ídolos de masas y está todo el mundo tan pendiente de ellos. Desde esta perspectiva -simbólica- te hago el comentario.
Primero: ¿no son fallos suyos sino técnicos? puede que tengas razón, pero la vida es así, y hay que saber lidiar con lo que nos viene. No todo depende de nosotros, y cuando te embarcas en una actividad de alto contenido tecnológico, tienes que asumir que, aún más, no todo dependerá de ti. Un buen deportista, sea en la vida real o en el deporte, tiene que saber encajar también los fallos, y asumir su responsabilidad.
Segundo: no le gusta perder ni a las chapas. Uy, a mí sí, me encanta. De hecho estoy deseando que después de dos años de oposición estudiando como un animal me penquen en el último ejercicio. ¡Tienes cada una! A nadie le gusta perder. Hacemos lo posible para que no ocurra, pero si aún así vienen mal dadas... encogerse de hombros y sonreír. C'est la vie!
Tercero: bocazas, sí, bocazas. Y no lo idealices, ni a él ni a nadie. No dudo de que tengas información de primera mano, y de que Alonso sea un tío de puta madre. En serio. No lo sigo de cerca, no soy quién. Pero nadie es perfecto. "Verdades como puños" no es razón suficiente para decir según qué cosas (hablo en general), yo puedo pensar muchas cosas de mucha gente, pero eso no me da el derecho a decirlo sin más, en según qué tono, en determinados contextos o ante cierto público. Si eres un deportista de élite tienes que asumir en cierto modo un rol social que se te asigna, de estar en el punto de mira, y de tener que mantener unas ciertas formas. Pertenece al juego del que tú formas parte porque lo has decidido, igual que promocionar el colacao (¿o ese era nadal?), etc, etc...
En fin... Me vuelvo con mis temas. Un beso, Phi.
Mmm... Creo que no se me ha entendido bien.
ResponderEliminarClaro que a nadie le gusta perder; pero hay personas llevan la competitividad a un extremo que abarca todos los aspectos de su vida. Alonso es así, nos guste o no. Es su mayor defecto; pero también lo único que puede convertir a alguien en un gran campeón como él.
En cuanto a lo asumir que los errores forman parte del juego, tú has dicho exactamente lo mismo que le he oido a él en muchas entrevistas. Cuando comenzó a impresionar a todo el mundo con sus actuaciones a principios del 2003, fue él que dijo que ya llegarían los momentos malos, los abandonos, las roturas de motor. La diferencia es que cuando eso ocurre, Fernando no sonrie, ni se desespera, él coje a todo el equipo y los sienta hasta las tantas de la madrugada a analizar el fallo y buscar una solución para que no vuelva a ocurrir. Acepta el fallo, técnico o propio; pero se asegura de que no pase otra vez. De nuevo, es el ansia de ganar.
En cuanto a lo de bocazas, lo he oído muchas veces. Lo que nunca he oído es una frase o comentario concreto por la que se aplique tal adjetivo de forma justificada. Puedes ponerme un ejemplo?
Esa opinión me parece que forma parte de un imaginario popular, fomentado en varios medios, por politicuchos del tres al cuarto, con la ayuda de periodistas oportunistas, que quisieron salir en al foto y adueñarse de lo que se lleva currando él solito, con la ayuda de cuatro personas cercanas, desde que tiene uso de razón.
Pero estábamos hablando de fabes en Helsinki o de el Alonso perdiendo por la causa que sea?
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