jueves, 28 de febrero de 2008

Ese inmenso montón de mierda

Desde que vivo en Dinamarca me siento más demócrata. Antes, en temporada de elecciones, a mi buzón sólo llegaban las papeletas y la publicidad de los partidos mayoritarios, pero ahora, la eficiente y democrática maquinaria estatal me hace llegar papeletas de todos y cada uno de los partidos a los que tengo derecho a votar por estar censado en Asturias, a saber:

Alianza Nacional (AuN)
Alternativa Española (AES)
Alternativa Motor y Deportes (AMD)
Andecha Astur (AA)
Cuidadanos en Blanco (CENB)
Ciudadanos - Partido de la Ciudadanía (C's)
Convergencia Democrática Asturiana (CDAS)
Democracia Nacional (DN)
Falange Auténtica (FA)
Falange Española de las JONS (FE de las JONS)
Frente Español (FRENTE)
Izquierda Republicana (IR)
Izquierda Unida (IU)
Los Verdes - Grupo Verde (LV -GV)
Movimiento Falangista de España (MFE)
Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA)
Partido Carlista (PC)
Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE)
Partido Familia y Vida (PFyV)
Partido Humanista (PH)
Partido Obrero Socialista Internacionalista (POSI)
Partido Popular (PP)
Partido Social Demócrata (PSD)
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
Partido Unionista Estado de España (PUEDE)
Por Un Mundo Más Justo (PUM+J)
Solidaridad y Autogestión Internacionalista (SAIn)
UNIDÁ (UNIDÁ)
Unión Progreso y Democracia (UPyD)

La cosa habla por sí misma, en algunos casos grita. . .

Ahí están los actores del reáliti-chou democrático. Creo que llevan las mismas temporadas que Gran Hijo de mi Misma Madre y deben de tener el mismo director de reparto; pero sin la Merche y con nominaciones sólo cada cuatro años resulta mucho más soso.

Alguno se estará preguntando qué va a votar el menda; por supuesto, jamás lo haréis en voz alta por aquello del sacramento del voto secreto, lo cual, difrazado de defensa de la intimidad y de la libertad, aniquila muchos debates políticos. Os voy a ahorrar la molestia, os voy a decir quien voy a votar:

A nadie. . . No quiero decir que vay a votar en blanco, no. No voy a votar, como viene siendo mi elección; exceptuando las anteriores elecciones que, como a muchos, me pudo la mala hostia e hice voto útil, que no responsable.

Si voy a abstenerme de votar no es porque sea apolítico o me la traiga al pairo. Diccionario de la Real Academia, en novena acepción:

política. - Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.

O sea, que ahora mismo, escribiendo esto y publicándolo para que lo lea cualquier hijo de vecino, estoy haciendo política, y a mucha honra. Deberíamos hacerlo más a menudo, aunque sólo sea para darles por el culo a esa banda de cantamañanas que han convertido la política en España, y en medio mundo, en un espectáculo nauseabundo donde las palabras respeto, responsabilidad, dignidad y honor se usan para decorar el papel higiénico. Un espectáculo tan lamentable que han conseguido que cambiemos de canal cada vez que asoman sus caras en la pantalla y que de los periódicos leamos sólo la tira cómica y los deportes. Ese es su gran triunfo, tan asqueados nos han dejado que ya no hablamos de política; así, ellos pueden hacer y deshacer a su gusto sin que a nadie le importe. Y no, a la mayoría de los votantes tampoco le importa, como se demuestra viendo su criterio de elección de voto, que viene a ser el mismo que el que se usa para elegir equipo de futbol, o sea, el color de la camiseta.

Ya no es que no me sienta identificado con ninguna de las candidaturas, es que el sistema en sí me parece una pantomima. No voy a entrar a discutir las ventajas y beneficios de vivir en un estado demócrático, que son muchos, o al menos algo hemos abanzado desde la Revolución Francesa; pero el trabajo no está terminado, ¡carajo! No podemos conformarnos con esta comedia barata: ponga usted
cada cuatro años en una urna una papeleta con el nombre de su payaso favorito y vuelvase a su casa a ser un buen cuidadano, libre y demócrata, que ya se encargan ellos del resto, y no se olvide de pagar sus impuestos, por favor, que los payasos también comen.

Es más, la aparente posibilidad de decisión que me dejan cada cuatro años, es aún más ridícula de lo que parece, porque no tengo la opción de votar a personas, sólo puedo votar a listas cerradas que esos entes llamados partidos políticos han eleborado en el patio de su casa. Partidos que además no tienen porqué regirse internamente acorde a principios democráticos y, mira tú que cosas, pueden estar financiados como les dé la real gana. Resumiendo: el que pone la pasta hace las listas de candidatos.

Más, porque hay más, resulta que, como estoy empadronado en Asturias y gracias a un oscuro sistema de distritos electorales, mi voto vale menos que el de un madrileño, por ejemplo. Todos somos iguales, pero algunos más que otros.

Lo siento, y creedme que lo siento, pero con estas reglas el menda no juega.

(Pincha en la imagen para ampliarla.)

¿Que qué propongo entonces?

Nada. Pero un buen comienzo sería volver a llevar la política a la calle. Llevar la política a la mesa de comer. Volver a llevar la política al chigre. Volver a llevar el debate a nuestras bocas. Volver a hacerla nuestra y arrancarsela a los sinvergüenzas a golpes de dignidad y responsabilidad. Democracia: del griego demos: pueblo, y kratos: autoridad. No veo la palabra payaso por ningún lado, y ya puestos tampoco urna ni voto; pero esa historia la dejamos para cuando reaprendamos a debatir. . .

Mientras tanto, aunque no sepa convertir la mierda en comida, cuando me lo ponen delante puedo reconocer ese inmenso montón de mierda. Y tú, ¿te lo vas a comer?

lunes, 25 de febrero de 2008

Ataque de realidad

Figura 1: Primer síntoma del ataque de realidad. Fondo de escritorio actual: escritorio de mi casa, el lugar donde suelo escribir Bitácora.

Son los detalles los que suelen dar las primeras pistas. En este caso el detalle lo tengo delante de los ojos: el fondo de escritorio del portatil (Figura 1). Decidí hace unos días que era hora de renovarlo. Cambié la bonita puesta de sol japonesa con Vitor y un servidor de espaldas a contraluz por la imagen que veis arriba
(Figura 1), que no es otra cosa que una foto de mi escritorio real en casa. Pero ahí no para el tema. Resulta que uno usa Linux, con ese gestor de escritorio tan chulo que se llama Beryl, con el cubo 3D y todas esas cosas (veáse el vídeo), vale, pues detrás del cubo (skydome, lo llaman), ¿qué se me ocurre poner? Esto:

Figura 2: Skydome actual: Sø Torvet (Copenhague), Flemming Bo Jensen (http://www.pbase.com/flemmingbo/copenhagen)

Es una foto de Sø Torvet, al atardecer, justo antes de una tormenta de nieve. Paso por ese sitio todos los días. . . ¿Vais entendiendo?

Uno suele usar el escritorio del ordenador para poner algo bonito, diferente, un sueño, un buen recuerdo, algo inspirador o cosas de ese palo. ¡Uno no pone lo que ya tiene delante todos los días! ¡Uno no pone lo que tiene delante todos los días y encima se queda a gusto y satisfecho!

Estoy sufriendo un ataque de realidad.

¿Cómo me puede estar pasando esto a mí? Si cada vez que oigo decir "Hay que ser realistas." me rechinan los dientes y me entran unas ganas horrorosas de retorcer pescuezos. Detrás se esa frase suele esconderse el desespero, es cobijo de mediocridad, refugio de cobardes que pretenden vendarnos los ojos con sus visiones insulsas y sólo ansían consolar su mal de tontos con la caída de muchos.

"Hay que ser realistas."

¡Cuánta prepotencia oculta en cuatro palabras que pretenden pasar por humildes! En esas cuatro palabras nos meten dobladas dos ideas implícitas:

1.- Que la realidad existe y es única e inmutable.

2.- Que es la que y como ellos la ven con esa omnisciencia iluminante que les emana directa de:
a) algún dios o similar al que atribuir todo aquello que no se atreven a atribuirse a sí mismos (incluida la responsabilidad),
b) sus profundas y abundantes experiencias vitales plagadas de fracasos no asumidos.

"Hay que se realistas." Vivir en la seguridad de la realidad consensuada, creyendonos todos que sabemos como funciona. Y cuanto miedo miedo miedo de herejes y díscolos
¡locos! que esgrimen razones y visiones que nos dejan desnudos ante el espejo.

¿Alguien puede explicarme por qué elijo tener esas fotos frente a mí todos los días? ¿Por qué estoy contento con ellas? ¿Por qué predominan el negro y el amarillo en ambas?

Tal vez sea culpa de esta ciudad. . .
Que me hace escribir poemas,
empaparme de su realidad.

Aahhhh! ¿Veis? No, no lo veis. . . No veis la luz reflejada en los canales. No veis los árboles desnudos mecidos por el viento frío. No veis las calles mojadas, ni las luces blandas de las velas en las ventanas. No veis las noches largas de viento y estrellas que te acarician en alma. No veis el sol amaneciendo entre la niebla. No veis esos cafés escondidos en casa viejas, donde sirven jazz caliente y té de libros. No veis esas callejuelas empedradas donde resuenan ecos de lenguas extrañas, o serán pisadas de duendes y hadas. No veis esas calles sucias que conducen a palacios, a casas pintadas y estatuas olvidadas. Y palomas goooordas, las palomas en Copenhague son muuuuy gordas.

Será por todo eso que me gusta esta ciudad, será por eso que que no quiero despertar de su realidad. Será por eso, y por el sushi los domigos, las charlas con el chai, la Tuborg nocturna, el mate con literatura, los ojos azules. Será por los que sueñan junto a mí esta ciudad, esta realidad. . .

martes, 19 de febrero de 2008

Un Corán. Un dios. Una nación.

Manifestación islámica en Copenhague (15/02/2008)



Eso es lo que ponía una de las pancartas: Un Corán. Un dios. Una nación. Desde una mesa de Rayuela, miraba, primero curioso, luego sorprendido y al final estupefacto, indignado, cabreado y asustado. Veía pasar ante mi una procesión erizada de pancartas y banderas con esa preciosa escritura árabe. Iban delante los hombres, primero los mayores, después los jóvenes. Detrás las mujeres, cubiertas con velos y pañuelos, faldas largas y gritando como el que más, orgullosas de ir detrás. Cerraban la manifestación madres con carricoches y niños correteando.

¿Por qué se manifiestan estas personas? ¿Os acordáis de la historia aquella de las caricaturas de Mahoma que se publicaron en un periódico danés? Pues resulta que hace unos días la policía ha detenido a un grupo de individuos que pretendían asesinar al dibujante; algunos ya han sido deportados a su país de origen sin más contemplaciones, el resto esperan ser juzgados. La manifestación era en apoyo a esos individuos, esos que pretendían matar a una persona por ejercer su derecho a la libertad de expresión, matar por hacer una broma (el mejor o peor gusto de la broma no viene al caso), matar por poner el toque de humor en uno de los retos más serios que enfrenta Europa, matar. . .

La manifestación, salvo porque era en apoyo de unos asesinos, era muy pacífica y ordenada, era legal y un perfecto ejemplo de libertad de expresión. Todas aquellas personas expresaban sus opiniones y creencias sin que nadie se interpusiera. Todas aquellas personas usaban la libertad de expresión, la libertad de manifestarse, la libertad de caminar seguras por la calle, la libertad de que quieres discrepen contigo no te peguen un tiro, las usaban todas para reclamar su abolición. Gritaban con libertad que no querían libertad de expresión. Usaban las libertades que tantos años, tanta lucha, tanta sangre han costado a Europa, la vieja Europa, para reevindicar la muerte de las libertades. Gritaban que querían volver a ponerse el velo, que iban a cubrinos a todos la cabeza con el sudario del machismo, la discriminación, el dogma cerril, la muerte a los infieles y el temor a un dios asesino.

¿Qué va a hacer Europa? ¿De qué nos sirven nuestra tolerancia y nuestro respeto contra quien ni nos tolera ni nos respeta? Y no es cuestión darles una patada en el culo y mandarlos pa'su casa, porque esta es su casa. Quienes se manifiestan estos días en Copenhague no son inmigrantes, son sus hijos, sus nietos, personas que consideran este lugar su patria y su hogar, y lo son. A estos, ¿a dónde los echamos?

A ningún sitio, ese es el reto de Europa: tendremos que vivir juntos. Alianza de civilizaciones que llaman algunos al juego; pero en este juego la vieja Europa está en desventaja, porque una de las partes hace trampas. Quien tiene la palabra de dios enla mano no necesita razones. Quien actua por mandato divino no necesita consenso. Quien está dispuesto a morir por su fe nos tiene agarrados por los cojones. A nosotros, con nuestra decadencia moral, nuestros valores desmembrados, nuestro individualismo galopante, nuestra creencia en. . . Nada. Nosotros, que sólo nos movemos para rascarnos cuando nos pica, que ni se nos pasa por la cabeza que haya algo por lo que merezca la pena, ya no morir —¡desfachatez!—, sino mojarnos un poquito el culo.

No tengo ni idea de cual será la solución, pero espero que la encontremos antes de que Europa se convierta en otra Palestina, antes de que hayamos derramado tanta sangre que no quede agua limpia para lavarnos las manos antes de volver a estrechárnoslas, a abrazarnos. Desconozco el camino a seguir, pero estoy seguro de que lo que no podemos tolerar es que nadie pretenda escupir sobre las tumbas de todos los que lucharon en este rincón del mundo para librarnos de la religión cerril, de los monarcas absolutos, de dictadores psicópatas y darnos las libertades que ahora disfrutamos. No podemos consentir que, aunque nos quede mucho por andar, o por eso mismo, nadie venga con un Corán en la mano queriendo arrastrarnos diez siglos atras en la historia. No, no podemos tolerarlo; alianza de civilizaciones y puertas abiertas a todo el que quiera venir a ganarse el jornal, sí, vale, que bastante les hemos dado también nosotros por el saco, pero hay cosas por las que no podemos pasar. Parafraseando a Perez-Reverte: aquí vamos a ser todos libres, y el que no lo quiera ser, lo va ser a garrotazos. Porque nuestra cultura, mi cultura, es superior; aún con su corrupciones y chanchullos, con sus democracias de boquilla e igualdad de papel mojado, nosotros no vamos por ahí poniendo burkas a las mujeres, ni encerrándolas en casa, ni cortando manos a los ladroenes, ni matando a quienes van a misa los domingos.

¿Tendremos los cojones para hacer lo que haya que hacer, para ceder donde nos toque y defender lo intocable?


P.S.- ¿Os habéis fijado? Después de casi dos años he encontrado la interrogación de apertura (¿) en el teclado danés. Voy a poner unas cuantas más, que me hace ilu. . .

¿¿¿¿¿¿¿ :D

miércoles, 13 de febrero de 2008

A veces


A veces quisiera que fuera más,
para ir a ver, volver y contar;
para ir agarrados, volver y reencontrarnos.

A veces quisiera preguntarle al viento
de dónde vienes, llévame donde vas;
espera y escucha, vuela y diles más.

A veces paseo, siempre solo,
por las calles tristes que están sólo para mí,
por los rincones secretos que se esconden de tí.

A veces creo que es imposible,
que el sol me engaña y no es así,
que la luna miente y no estoy aquí.

A veces la ciudad habla,
desnuda tras la niebla, con un duende perdido,
entre farolas sucias, con un hombre chiquito.

A veces veo y a veces me lo creo,
casitas de colores, palacios sin señores,
reflejos en el agua, velas en los rincones.

A veces, quieto y solo,
paseando entre hadas y durmientes,
susurrando al viento, sonriendo a la luna.

A veces me veo en el espejo,
sin crystales ni plata, ni marcos ni caras,
sólo aguas oscuras y casitas de hadas.

A veces no sé cómo contarlo,
lo triste bonito, lo cálido del frío,
sueño palabras. . . Y me río.


Imagen: Frederiksholm Canal (Copenhague), Flemming Bo Jensen
http://www.pbase.com/flemmingbo/copenhagen



viernes, 8 de febrero de 2008

Bailando

No es lo mismo. Cómo va a ser lo mismo? Viene a ser como el abismo entre hablar de bailar y ponerse a bailar, o entre ponerse a bailar y bailar, o entre bailar y bailar. No es lo mismo. No es lo mismo que os cuente como un día cualquiera, pudiera ser domingo, una chica verde, vestida de verde sin ir de verde, me explico? Pues eso, que me coje la mano haciendo pucheros, "Cam'on, vamos a bailar". Era su venganza, me la tenía guardada. Qué más da. . . No son lo mismo este amasijo de palabras diciendo que fuimos y bailamos que cuando fuimos y bailamos. Perogrullo, claro; si no fuese porque no es lo mismo saber algo que ser consciente de ello, ni es lo mismo ser consciente que sentirlo, intuirlo o como quiera que se llama aquello que uno hace sin hacer como que lo piensa con el cerebro. Claro, claro que lo sabemos. El tao que puede ser taoado no es el tao verdadero. Literatura: poner en palabras lo que no puede contarse con palabras. Para qué entonces? Literatura, ya os lo he dicho. O creéis que la literatura no sirve para nada? El argentino cabrón tiene otra vez la razón, qué cabrón. . .

Y estábamos bailando. Hace muchos años que me dedico a bailar, pero este era un baile diferente, como todos, no hay dos bailes iguales, tres, tal vez. Es un artificio del lenguaje, empeñarse en separar el sujeto del verbo, en pensar que se puede separar el baile de quien lo baila del baile de quien lo baila que, además, nunca es el mismo, malo si no cabiase; el que firma procura evitar esos malos hábitos y cambiar, o aprender, como lo llaman en la literatura.

Bailando aprendí que no sabía bailar, ni coordinación, ni flexibilidad, ni años entrenando, ni leches. Los bailes más divertios se bailan entre dos. Dos: sujeto. Verbo: bailar. Que vienen a ser lo mismo, estamos? Pero Yo soy uno, único y existo, ergo no soy dos. La jodimos! Así no hay quien baile. Yo + Yo no sirve porque soy único. Yo + Tú? Tampoco sirve; de pequeñito me dijeron que no se podían sumar peras con manzanas, además, 1+1 sólo es igual a 2 para grandes valores de 1, y yo es un 1 pequeñito salvo inflamación del ego y no es bueno andar de juerga cuando se está malito.

-Ya lo dijo Holmes, querido Watson, cuando se agota lo posible es momento de probar lo imposible. Si uno quiere bailar tiene que dejar de ser uno para ser dos. Elemental.

-Pero eso tiene un cierto tufillo cristianuzo, señor Holmes. es como los panes y los peces, y qué quiere que le diga, no me parece adecuando meter al dios único y verdadero en cosas de dos. Recuerde no tiene ni idea de lo que es ser dos. Mire sino la que ha liado siendo padre, hijo y paloma todo en uno al mismo tiempo.

-Entonces, qué sugiere Watson?

-Soy partidario de la mecánica cuántica. Sí, sí, es una teoría preciosa porque si usted mete en una caja un 1 y luego otro 1 ya no tiene usted dos unos sino un dos, pero un 2 de los de verdad, sin unidades distinguibles, no de los de 1+1. Veo por su ceño fruncido que barrunta usted pufo. Y tiene razón, a ver dónde encontramos dos unos que quieran dejar de ser unos, con el cariño que los unos se tienen a sí mismos. Cualquiera se mete a bailar en una caja con otro sin nada que garantice que después del baile no van a salir con las piernas y los brazos mezclados, o las neuronas y las almas, imagínese, la duda existencial del gato de Schrödinger. Y así con todo, sabe? Porque para besar hace falta ser dos; para amar, dos; para follar, dos; para compartir, dos. Nunca más el uno mismo.

Ya lo sabía, pero el otro día queriendo bailar lo sentí en las entrañas, otro momento mágico, click y las piezas encajan, y ahora soy consciente, que no es lo mismo. Ni esto, meras palabras para poner en palabras lo que no puede ponerse con palabras, por suerte. . . Si no nuestras vidas serían literatura en vez de baile.


P. S.- Gracias por el baile, chica verde.

P. P. S.- Te la he puesto a güevo. . .

P. P. P. S.- No sean ustedes mal pensados que se equivocan. . . Sí, no?

lunes, 4 de febrero de 2008

Relación de daños

No he tenido tiempo, y aunque lo hubiese tenido, no hubiera pagado el precio escandaloso de la conexión a internet del hotel; es lo que tiene pasarse una semana en un pueblecito perdido en medio de los Alpes Austriacos, que Bitácora se ha quedado colgada siete días. Pero aquí estamos, apenas unas horas después de aterrizar, para enmendar el entuerto.

He crecido entre el mar y las montañas. He pasado la mayor parte de mi vida teniendo que mirar al mar cuando quería ver el horizonte; la tierra llana es algo antinatural. Rocas y montañas, bosques y cascadas forman el paisaje de mis recuerdos. He subido y bajado montañas, corriendo, saltando, brincando; he han hecho reir y llorar, me han hecho sudar y tiritar, me han empapado y me han secado, me han acariciado y arañado y aún así, los Alpes me han acojonado. Acercándome a ellos desde el norte, cruzando la llanura entorno a Munich por una autopista sin límite de velocidad, los vi surgir, primero como una sombra blanca en el horizonte, luego como una muralla descomunal de roca oscura y atalayas níveas. Se alzan sin previo aviso desgarrando la llanura, descomunales e impasibles: no pasarás. Con la misma reverencia con que uno cruza las puertas de una catedral, pasé ante los guardianes de piedra, en un abrir y cerrar de ojos, desapareció la llanura y el mundo de convirtió en una sucesión de valles nevados rodeados de picos majestuosos. En uno de esos valles, no muy lejos de Salzburgo, se encuentra Maria Alm, un pueblecito donde casi todo son hoteles para esquiadores. En uno de ellos me pasé la semana, alternando el tiempo entre charlas científicas, ilustrativas algunas y aburridas las que más, y aprender a hacer snow-board.

Sí, es cierto, los Alpes son muy muy escarpados; de las siete estaciones de esquí que teníamos a diez minutos de autobus ninguna tenía pistas verdes (de las fáciles, vamos), de azules para arriba todas, y de esas, en cualquier pais civilizado, la mayoría estarían clasificadas como rojas (o sea, jodidas). Quizá no era el mejor sitio para calzarse una tabla de esnou por primera vez; pero, quién dijo miedo habiendo hospitales? No hace falta que os diga que lo de mis caídas aprendiendo a esquiar el año pasado en Noruega fue de broma comparado con las de este. . . Qué risa. . . Aquí está la relación de daños (de abajo a arriba):

- Ligera distensión de ligamento interno en la rodilla derecha.
- Contusión en el glúteo derecho (la nieve no es tan blanda como dicen).
- Pequeña rotura de fibras en la sección central derecha del recto abdominal (y no fue de reirme, aunque duele cuando lo hago).
- Leve contractura en el area superior del lumbar derecho (para compensar).
- Contusión en la inserción cubital de la muñeca izquierda (no siempre me caía de culo).
- Ligera distensión en el codo izquierdo (esa ya casi ni la noto).

Lo de las agujetas, sobre todo en los antebrazos y triceps (manda güevos!), ya lo dáis por supuesto; pero lo que no sé si sereis capaces de imaginaros es la satisfacción de estar allí arriba, con el sol brillando en el cielo azul, tiñendo de dorados y púrpuras la nieve de cumbres y valles. Allí,
con el aliento del invierno refrescandonos la cara, sentados en el silencio invernal, compartiendo una cerveza alejados del bullicio de las pistas marcadas, contemplando a nuestros pies la ladera de nieve prístina, inmaculada y virgen. Y dejarnos caer gritando de alegría y adrenalina, contener el aliento entre los susurros de la nieve. Sssshhhhh. . . Deslizarse con la tabla sobre un metro nieve virgen es como hacer el amor entre sábanas de seda.