miércoles, 20 de abril de 2011

Cinco años y un día

Suena a condena carcelaria; pero no lo ha sido. Para nada. Cinco años y un día son los que han pasado desde que el 19 de abril de 2006 llegué a la estación de Nørreport con un par de mochilas al hombro y una sonrisa en la boca. Día arriba, día abajo, cinco años y un día es también el tiempo que llevo escribiendo este blog. Así que voy evitar resumen alguno sobre mí vida durante este tiempo. Les invito a ustedes que se den un paseo por el archivo y hagan su propia selección.

Tal vez vendría a cuento alguna reflexión con trazas de inteligencia acerca del paso del tiempo, lo que cambia y aprende uno o cosas por el estilo; pero ahora mismo, ni me apetece, ni se me ocurre ninguna. Hoy  me he pasado el día tratando de sustituir la reserva del coche de alquiler que había hecho para el viaje a Marruecos y que me cancelaron ayer. A estas alturas del día sigo dándole vueltas a las opciones. Decidiré más tarde con la vikinga. Hace un rato que he vuelto de tomarme un cerveza al sol con la compañía de un buen libro. Y, hablando de libros, esta mañana me ha llegado un paquete con dos. Eran el regalo de despedia tras trabajillo que me tuvo entretenido las últimas seis semanas. Uno a cuenta de la empresa y otro detalle personal del jefe, que ya me ha metido presión para que me lo lea y quedemos para intercambiar opiniones. Cinco años y un día y este país y sus habitantes aún me siguen sorprendiendo, para bien.

Esas van a ser todas las reflexiones que haga hoy; pero si tienen ganas de alguna más, mediten lo siguiente: ¿Por qué la iglesia católica, o ya puestos cualquier otra, aún no ha sido juzgada e ilegalizada en España? Con la constitución y el código penal en la mano, la iglesia católica es culpable de:

- Chantaje y amenazas reiteradas: llevan siglos reiterando que todo aquel que no siga sus mandatos arderá eternamente en los infiernos. Por no hablar de la constante práctica y apología del acoso psicológico, también llamado proselitismo.

- Publicidad engañosa y estafa: ninguna de sus recomendaciones o prescripciones para la mejora de la salud, propia o ajena, la obtención de beneficios o mitigación de catástrofes (ej. rezar, ir a misa, etc) ha sido probada cientificamente con resultados positivos.

¡Ilegalización ya!

lunes, 18 de abril de 2011

Shanghai 2011: la sombra de Abu Dhabi

La carrera de ayer fue genial. Y van tres de tres esta temporada. Cambios de lider, caos en los boxes, duelos y adelantamientos por doquier. Genial. Justo lo contrario de lo que fue Ferrari, que también lleva tres de tres, pero sin pisar el podium. Lo que empezó como un pequeño desliz de principio de temporada se está convirtiendo en una crisis en toda regla. Ayer, no sólo volvió a quedar en evidencia la falta de competitividad del F150o, sino también que Ferrari tiene un problema en lo siempre fue su fuerte, las paradas en boxes, y, además, cometieron el mismo error estratégico dos veces: primero con Massa y luego con Alonso. Mal.

Y sí, Fernando tiene parte de razón: cuando el coche no corre es complicado que ninguna estrategia funcione y a toro pasado es fácil ver la opción buena; pero esa es sólo parte de la explicación para la debacle de ayer. El problema empezó con la primera parada de Fernando: 5.2 segundos. En Australia y Malasia tampoco estuvieron muy brillantes, pero ¡¿5.2 segundos?!!! Eso son 2 segundos más, uno y dos, de los que se puede permitir un equipo que aspira a luchar por el campeonato. Esos dos segundos dejaron a Alonso, que luchaba cara a cara con Massa y Rosberg por el tercer puesto, atrapado detrás de Schumacher, destrozando sus neumáticos y habiendo perdido casi 15 segundos para cuando consiguió adelantarle. Mal.


Por si fuese poco, el resto de equipos vieron claro que para luchar por el podium había que ir a tres paradas. Todos, menos Ferrari; bueno, y Red Bull con Vettel, que confiaron demasiado en la superioridad de su coche y Hamilton les comió la tostada y la merienda. Ayer, tres paradas era la única opción buena, y con diferencia. En McLaren se dieron cuenta a mitad de carrera, tiraron las simulaciones a la basura, cambiaron su estrategia inicial y alzaron al chico maravilla hasta la victoria. Haciendo tres paradas, Rosberg puso en aprietos a todos, lideró la carrera durante un buen puñado de vueltas y no terminó en podium porque el Mercedes no da para más, y tampoco debería de haber dado para quedar por delante de los dos Ferrari. ¿Y qué me dicen ustedes de Webber? Con un poco de suerte y tres paradas, llegó al podium saliendo décimo octavo; aunque conduzca un Red Bull, siguen siento quince posiciones de diferencia. Ferrari, a pesar de lo que decía la tabla de tiempos, se empeño en confiar en los datos del viernes, seguir la simulación a rajatabla, hacer dos paradas y mirar boquiabiertos como Massa decía adiós a un otro podium y Alonso bregaba por no caerse de los puntos. Mal.

Así, da igual que Fernando haga milagros como el de su último stint: ¡rodó casi veinte vueltas a ritmo constante entre 1:41.5 y 1:42.5!

No hay escusas que valgan: si Ferrari quiere tener algo que decir este año en Abu Dhabi tienen que poner las pilas ya. Y no sólo mejorando el coche, sino también reinstaurando la disciplina en los boxes y, quizás, dejarse de tanta simulación, tanto análisis de datos y tanta gaita, y volver a mirar a la pista con los ojos, a escuchar a los pilotos con los oídos e improvisar en consecuencia. Un poco menos de cerebro ciego y un poco más de pasión visceral, que es lo que ha forjado la leyenda de Ferrari.


Imágenes: Autosport.com.

viernes, 15 de abril de 2011

Amarrado a puerto

Uno detrás de otro, desaparecen por la puerta de atrás del calendario. Días de lluvia, primavera y sol. El mundo, aún medio dormido, se despereza bajo un manto de viento frío. Y mí me pasa lo mismo. Son días de espera. Días en que me molesta que no me moleste dejar pasar anónimos los días. Sentado en el puerto, viendo mi vida mecerse amarrada al muelle.

El trabajo: terminado. Misión cumplida. Fiesta de despedida. Travesía seis semanas con tripulación decente. Más entretenido de lo que esperaba y la cuenta corriente con mejor salud. Y vuelta a la cola del paro. O a la del doctorado. Tras un amago de aproximación, mi jefa vuelve a dormir con la conciencia tranquila. Ya me puede ignorar otros cuatro meses. No se quieren creer que el ultimatum va en serio y miran a sotavento sonriendo. Con la patente de corso caducada, el petróleo, la tiza y los papers me la traen al pairo. El próximo dedo que mueva en esa dirección será para defender la tesis o firmar el finiquito. La película ahora es en blanco o negro, y no me importa hacer de malo, de esos que según qué lealtades nos las guardamos junto a tarjeta de crédito: en la cartera.

Y mientras, espero mirando al horizonte. Disfrutando la media primavera y de la vikinga a ratos. Espero entre libros y trenes, paseos y cervezas. Espero calculando y trazando derrotas, avituallando fuerzas para pasarme quince días con la mochila al hombro. Apaciguo la impaciencia meditando vientos y corrientes. Idas y vueltas. Y tras la vuelta, habrá que ver de dónde sopla el viento. Habrá que decidir hacia dónde cómo y cuándo orientar las velas.


Imágenes: Old harbor by Heri Mbing.

lunes, 11 de abril de 2011

Sepang 2011: Exhilarante

Quien no disfrutase de la carrera de ayer, o no le gusta la Fórmula 1 o no sabía lo que veía. Lo cual es disculpable, porque pasaron tantas cosas que incluso la realización dudaba qué mostrarnos. Pirelli ha convertido las carreras en un caos. De dos a cuatro cambios de neumáticos por monoplaza, pilotos luchando por cuidar sus gomas unas vueltas más, pilotos empujando para sacar el máximo rendimiento de sus gomas nuevas, persecuciones, defensas al límite y adelantamientos por doquier. Los Pirelli no conceden un momento de relax ni a los pilotos e ingenieros ni a los espectadores. Y eso nos gusta. Además, ese dichoso alerón móvil me está empezando a convencer. Ahora, pasar vuelta pegado al difusor del de delante, apurando las gomas, se recompensa una oportunidad de adelantar en la recta principal. Ahora, el piloto agresivo, el que ataca, es el que se lleva el gato al agua.

En hora y media, pasaron tantas cosas, que me han puesto en un aprieto: si empezase a relatar la carrera en detalle, no terminaríamos hoy, ni un servidor the escribir ni usted de leer. Así que, limitémonos a lo que nos interesa: Fernando Alonso y Ferrari.

Los de Maranello confirmaron lo que vimos en Melbourne. El Ferrari es un gran coche, fácil de pilotar y con el ritmo de carrera suficiente para ganar grandes premios; pero tiene problemas para hacer funcionar los neumáticos a una vuelta. Saliendo quinto, Alonso se volvió a encontrar en una situación comprometida en la primera curva, donde los Renault, tras otra arrancada fulgurante, se colaron como Pedro por su casa.

Volvió a tocar pilotar al ataque, a la caza y captura de quien hubiera delante. Ya fuese en la pista, o en las paradas en boxes, Alonso los adelantó desde la novena hasta la cuarta posición. Incluso rodó más rápido que el Red Bull de Vettel durante gran parte de la carrera. Con el cuchillo entre los dientes, llegó hasta el chico maravilla, que renqueaba por el circuito incapaz de mantener sus neumáticos en buena forma. Las malas artes del inglés y la mala fortuna volvieron a tender la trampa. El zigzagueo que le costó a Hamilton una penalización después de la carrera y el alerón trasero del F150o que se quedó inmóvil, le privaron del adelantamiento limpio que se merecía. Luego, la fatalidad remató la jugada. Otra vez un desliz minúsculo que Fernando pagó a un precio desproporcionado. Una ligera pérdida de adherencia empujó al Ferrari contra la rueda del McLaren. Ahí se esfumaron el podium y la recompensa por otra carrera brillante.

Nos consolaremos con que el chico maravilla, terminó por detrás, porque tuvo que volver a boxes a cambiar unas gomas que supo cuidar. Pero sobre todo, nos consolaremos sabiendo que el Ferrari fue unos de los monoplazas más competitivos sobre el asfalto malayo. Y un coche que va rápido en Sepang, es un gran coche. Sólo le hacen falta algunos ajustes para luchar por la pole los sábados; los domingos, en carrera, le puede dar problemas a cualquiera.

Por lo demás, otra vez mención especial para Renault. Han hecho un coche rápido, fiable, que arranca como un tiro y que, incluso en manos de Heidfeld y Petrov, alias Flying Russian, lleva dos podios de dos. Da miedo pensar a dónde llegaría el R33 en manos de Kubica. . . Al final, Vettel, con el permiso de Button y un KERS dudoso, volvió a llevarse el gato al agua. Fernando se llevó ocho puntos en la saca, una colección de adelantamientos y la moral alta para Shanghai.


Imágenes: Autosport.com.

lunes, 4 de abril de 2011

Rumbo a un sueño

Sin conocerlos. Sin razones claras para el cómo y el por qué. Hay lugares que nos llaman. Nos fascinan. A veces desde que somos niños. A veces tras descubrirlos en un mapa. La vista clavada en unas coordenadas durante minutos. Y se te quedan clavados para siempre en la cabeza. Si alguien me preguntase qué lugar es ese que visitaré de forma irremediable, la respuesta es clara:

Sáhara.

Arena y sol. Dunas y viento.

Sáhara.

Ahorraos la pregunta, porque no sé la respuesta. Aún no. Pero pronto la sabré. . .

Lunes, 25 de abril. Llegada a Asturias a media tarde. Pensaba quedarme hasta el lunes siguiente; pero por cuestiones logísticas, me marcharé el sábado 30. Tren a la capital del reino y vuelo a Marrakech. Allí me reuniré con la vikinga. Tendremos una semana por delante, hasta el sábado 7 de mayo. De momento, no plan concreto para esos siete días; pero hay un objetivo claro: el Sáhara. Alquilando un coche o en transporte público. Haciendo dedo o en camello. En ornitóptero o a lomos de un gusano de arena. De alguna manera llegaremos a las estrivaciones occidentales del Sáhara.

Desde que estuve en Islandia, que ocupaba el segundo puesto en mi lista de fascinaciones y superó todas las expectativas, a parte de para ir a la tierrina, no he salido de casa. Así que el Sáhara, terminará con año y medio de miradas agonizantes a los mapas. Y para celebrarlo, el 10 de junio me voy de fin de semana a Amsterdam con el gallego; que no nos damos un homenaje juntos desde Islandia también.


Imágen: Al Sahara de More altitude.