domingo, 25 de febrero de 2007

De cena a cena y tiro por que me toca

Semana movidita. En los siete ultimos días sólo he cenado en casa dos, el domingo pasado y este viernes. Ultimamente tengo una vida social de la leche; como si antes tuviese poca, jeje.

Empezamos el sábado. Cena en cada de Bo, un compañero del curro. La disculpa, que el hombre había terminado de arreglar el pasillo del piso, por fin. Una cena tranquila, agradable, muy danesa; con velitas, música suave y conversación pausada, sin prisas ni estridencias. La comida, como suele ser costumbre por aquí en estos casos, cada uno lleva plato y se disfruta entre todos del batiburrillo culinario, convenientemente aderezado con vinos de diversos rincones del mundo, de Chile a Francia, pasando por Italia y Sudafrica. Una buena oportunidad de seguir acercándome a estas personas con las que trabajo, que no os creáis que en el día a día es fácil. Eso de que la parada para comer dure media hora escasa y luego vuelta al despacho, no favorece el tema social.

El lunes, tras una inesperada invitación recivida el domingo, cena en casa de Alida (Brasil), con Beberly (Australia), Jordi (Cataluña) y su hermana Laia. Un piso de estos viejos, enormes, casi barrocos, como donde vive un servidor. Comida sencilla y rica, musica brasileña, como no, y vino de Navarra suministrado por Jordi y el que firma. Risas y salsa para la noche de un lunes, qué más se puede pedir?

Martes, misterioso encuentro con Jakob Bohr en el café Front Page. Ocho personas que lo único que teníamos en común era que conocíamos al anfitrión. Al final, no fue sólo para tomar algo y charlar como ponía la invitación, fue una cena en toda regla a la que Jakob nos invitaba con motivo de su cumpleaños. Como nos dijo, además de la cena familiar de rigor, le gustaba organizar estos "happenings" por hacer algo diferente. Y todos encantados, oiga. El Front Page es uno de esos sitios pequeños que abundan en los semisótanos de Copenhague, decorados con una extraña mezcla de diseño danés y piezas de rastrillo y anticuario, por supuesto muchas velas y conversaciones tranquilas entre la variopinta clientela. Buena comida, gran postre y siempre es interesante poder charlar un par de horas con alguien que ha sido arqueólogo en Oriente Medio durante veinte años.

Miércoles, segunda cena sorpresa. Cinco de la tarde. Calentito en casa disfrutando de buen libro. Suena el móvil. En la pantalla pone Susan. Redios, qué querrá mi jefa a estas horas? Dime Susan. Estás en el Instituto, Iván. Pues va a ser que no. Ah, bueno. Te llamaba porque al final los británicos han podido aterrizar; Bo se ha ido ya, Lone, está de vacaciones, Knud enfermo, y quería llevarlos a cenar y era bueno que hubiese alguien más del grupo, a lo mejor te apetecía unirte. Pues sí, pues vale. En veinte minutos estoy ahí. Estupendo! Hasta ahora. Uno que se pone otra vez toda la parafernalia y paseo por la nieve a cambio de una cena gratis. No os lo he dicho, pero esta semana, ha vuelto a nevar. Una tormenta de tres días que nos ha vuelto a dejar treinta o cuarenta centímetros de nieve. Hasta ayer, que a vuelto a hacer calor (léase termómetro por encima de cero), la ciudad estaba otra vez blanca y encantadora. Los parques, un cuento de hadas. El frío, lo mejor para despertar por las mañanas. A lo que iba: comida tailandesa, que es como la versión mexicana de la comida china, o sea, picante de cojones. Lo mejor cuando fuera sopla un viento cortante, la nieve no te deja ver y calor es un concepto alienígena. To'o mu'rico, regado con Tuborg y explicaciones sobre tradiciones e historia escocesa a un escoces ante la mirada entre atónita y divertida de jefa.

Por último, y no por ello menos importante: jueves, tercera cena sorpresa. Salgo de entrenar y me encuentro en el móvil una perdida de un número que no conozco. En estos casos no acostumbro a devolver la llamada; si es importante ya volverán a llamar... Pero por alguna extraña intuición, ese día llamé. Hola, sí, mira, soy Iván y tengo una llamada perdida de este número. Ah, Iván, qué tal? Soy Jutta. Aquí, el detalle importante fue que contestaron en castellano! Y la tal Jutta, ni puta idea de quiera sería. El Iván, entre bizco y flipa'o en medio de la nieve... Soy la novia de Nacho, ahora te lo paso. Acabáramos! Nacho, claro... Quién coño es Nacho? Entre que se puso y no caí en la cuenta, menos mal. Era uno de esos lectores secretos de Bitácora. Se había puesto en contacto conmigo hacía unos días para contarme que estaba de visita en CPH y mirar a ver si nos las apañabamos para quedar. Al final la llamada era para invitarme a cenar en casa de su novia, Jutta, con unos amigos de ella en media hora. A esos saraos no digo que no ni jarto grifa, vaamos. Y como dijo Nacho, así conoces daneses, que por lo que te leo no es fácil, y yo tengo alguien más que hable en cristiano. Así que allá me fui, a disfrutar de una cena daneso-catalana. Nacho, un tipo afable y simpático, a pesar de ser carballón, que sabe hacer magia con una guitarra. Jutta, un cielo de mujer, y sus amigos pertenecen a esa raza de daneses tienen por costumbre escaparse a ver mundo en cuanto pueden y han ido dejándose la timidez en las aduanas. Gran velada e interesantes personas con las que charlar hasta las dos de la mañana. Una pena que fuese jueves... Pero bueno, ya hemos quedado para liar otra en marzo.

Ya veis, gran semana. Todas esas veladas merecerían más detalles para hacerles justicia; pero si me paro a contaroslo todo con pelos y señales no me queda tiempo para vivir cosas que contaros ;-)

lunes, 19 de febrero de 2007

Entrada 101

Casualidad, simetría, razones históricas o un poco de todo eso junto, bueno, casualidad poca, la verdad; pero el caso es que este es el centésimo primer artículo publicado en Bitácora (Aplause!!). Es más, hoy hace diez meses que vivo en Dinamarca. Qué bonita conjunción de números, verdad? Qué simetría! Más aún si añadimos que hoy Bitácora ha recibido su visita número mil uno desde que empezó la tercera temporada. Sin duda hoy es un día especial... 19 de febrero de 2007. 1+9+2+2+0+0+7 = 21; 2+1 = 3. Y, oh divina casualidad, 10 + 101 + 1001= 1112; 1+1+1+2 = 5 que sumado al 3 anterior hacen 8. Agosto, el mes en que nací. Milagro!

Pues no, ni milagro ni hostias. Podría seguir haciendo el chorras, buscando relaciones y coincidencias cósmicas donde no las hay. Hasta podría quedarme muy satisfecho conmigo mismo y la armonía celeste; pero lo cierto es que hoy es un día como cualquier otro, este artículo no será más especial que ninguno; pero toda esta gilipollez me da pie a deciros que la mayoría de las normas que utilizamos para conducirnos en nuestra vida cotidiana, toda esa plétora de moralina y pseudovalores vacíos están más o menos a la altura del primer párrafo. Esas [...]normas sólo sirven en la tranquilidad de una vida aburrida. Cuando la vida te agarra las entrañas descubres que se rompen en pedazos, que ya no valen, y que las usabas para darte una falsa seguridad, para creerte que entendías algo, respuestas fáciles.

Hace tiempo que dejé atrás mis normas y mis dioses. Ahora abró la ventana todas las mañanss y disfruto de esa primera bocanada de aire como el primer aliento de un recien nacido. Abro de par en par mis puertas (cualquier dia de estos tiro los muros y ya no me harán falta), y dejo que entre el dolor, la calma, la furia, los amigos, el amor, los besos casuales, la vida y la muerte... Encuentro millones de respuestas diferentes a cada momento, y no me las guardo, mañana no serviran, o sí, vete a saber (ya las encontraré de nuevo si eso). Y aún así la vida a veces mi pilla a contrapie la muy hija de puta. Y sabéis lo que hago entonces?

Me río a carcajada limpia, os lo digo en serio y en sentido literal. Porque sigo vivo y puedo seguir luchando, divirtiéndome. El dolor pasa, y la alegría también... Y al final quedás tú y las personas que te quieren, te quisieron y te querrán.


Mientras camino así, inseguro, con la mano en el pomo de la espada para infundirme valor, no quiero engañarme con eso de [...]pensar las cosas con calma y en frío, cada vez estoy más convencido de que es una mierda y no sirve para nada. Para empezar porque cuando estamos en frío usamos todas esas normas inútiles de las que ya hemos hablado, vamos, que tomamos la decisión en el momento que no es y con argumentos que no sirven. Además, qué es eso de estar en frío? Tomar las decisiones cuando ya no te importa? Elegir cómo actuar cuando todo ha pasado y ya no tienes un nudo en las entrañas? Perdoname, pero por lo general no te da tiempo a eso y tienes que elegir en el momento, en caliente, cuando estas desprevenido, asustado, furioso o todo a la vez y más. Ese es el verdadero arte, tomar una decisión en el momento, improvisar cuanto te das cuenta que las normas se van al carajo.

Lo que pasa es que en esta sociedad se empeñan en amansarnos, en convencernos de que todo es una balsa de aceite sobre la que navegar con ayuda de moralina barata. Nos domestican reprimiento constantemente nuestros sentimientos, nuestras pasiones, obligándonos a anteponer siempre la sacrosanta razón frente a los diabólicos instintos. Nos convirtimos en analfabetos emocionales incapaces de comprender que pasa dentro de nosotros mismos (y no digamos de los demás). Y claro, luego resulta que la balsa de aceite no es tal; sino más bien un mar tempestuoso en que la moralina no sirve y la razón está desbordada por sentimientos que no comprendemos, porque nadie nos explicó que estar vivos es sentir. Tenemos que vivir con todo eso dentro todos los días creyendo que es algo perverso y ajeno a nosotros mismos, algo que no debería estar ahí, y tenermos que decidir con ello. A no ser, claro, que tengas una vida de mierda, que sea de verdad una balsa de aceite que los sentimientos y las emociones no perturban y donde parece que todo funciona como nos explicaron. Entonces podrás decidir fríamente; lo que pasa es que no tendrás nada que decidir...

domingo, 18 de febrero de 2007

Band Name Central

Band Name Central es un movimiento nacido en los Estados Unidos e importado a Dinamarca por su fundadora, Stine Rossel. Su cometido principal es ampliar y difundir la cultura musical dentro de los despachos de los estudiantes de doctarado de todo el mundo. La idea es simple a la par que elegante: cada día, en cada despacho debe haber un concierto, o más...

El proyecto es ambicioso; pero sus orígenes son humildes, así, hasta que la conciencia popular esté lo suficientemente sensibilizada con la importancia del movimiento como para poder llevarlo a cabo físicamente, Band Name Central nos propone nombres de grupos para cada día del año. Como movimiento englobado en el elipsoide del Fake Art, los grupos ni existen ni nunca tocan, hecho apenas relevante para la difusión de la cultura musical. Seamos sinceros, la importancia de la cultura musical reside en la multidimensionalidad comunicativa subyancente en los nombres de las bandas. Con la tendencia a degenerar en basura de la música actual, salvemos al menos las camisetas de nuestros jóvenes. No tendrás que escuchar la mierda de música (es lo mejor de un grupo que no existe); pero al menos tendrás la posibilidad de comprarte una camiseta con un nombre chulo. No podremos salvar la música, pero al menos salvaremos la cultura.

Si por casualidad tienes una banda, me juego lo que quieras a tendrá una mierda de nombre. En Band Name Central en contrarás lo que buscas, uno mucho mejor que te permitirá lanzar al verdadero mundo de la música: el merchandaisin. Coge tu nuevo nombre, haz camisetas y papel higiénico con él. Lánzate al estrellato y ya te preocuparás de componer música cuando tu banda sea famosa, hacerlo antes no es rentable.

jueves, 15 de febrero de 2007

Se fueron, están, vendrán.

Iba a contároslo ayer; pero estos días ando peleándome con unas extrañas fiebres que hacen su aparición a media tarde, y le dejan a uno con ganas de poco más aparte de tirarse en cama a meditar los pecados de la carne. Debe ser una gripe danesa. Muy civilizada y eficiente ella, que te deja que levantes como una rosa por las mañanas para que vayas a trabajar contento y, poco antes de que sea hora de salir del curro, vuelve a hacer acto de presencia para que no disfrute de las tardes, que dicho sea de paso, esta semana las tenía todas libres... Muy oportuna ella, y democrática y plural, que anda media ciudad igual; incluidos los inmigrantes, no vaya a ser que la tachen de racista.

A lo que iba. Ayer a vuelto a pasar. No nos ha cogido de sorpresa a ninguno, lo sabíamos desde hacía tiempo. Ocurre cada dos o tres meses, y forma parte de la vida entre los expatriados. Otra amiga a terminado su estancia en Copenhague, ha hecho las maletas y se ha vuelto a España. Van unos cuantos este mes que se vuelven a rinconcito originario. La mayor parte de las amistades que uno hace por aquí son así, están de paso, rara vez más de nueve meses. Porque como os dije, integrarse entre los daneses no es cosa fácil, lleva tiempo, calma y tranquilidad.
Esa temporalidad le da un caracter especial a las relaciones. Por eso y porque existe entre los expatriados un sentimiento de estar todos en el mismo barco a la deriva en CPH, que hace que surja una solidaridad y buena fé que rara vez he visto. Por supuesto que capullos, haberlos haylos, que coger un avión no hace santo a nadie; pero aquí se les hace más difícil esconderse. No suelen pasar muchos días seguidos sin alguien termine necesitando un favor, consejo o lo que sea y, o tienden la mano, o no tienen donde esconderse, que entre la comunidad de estudiantes/Erasmus/ICEX/turistas-de-medio-plazo acabámos por conocermos todos.

Divagaciones aparte (culpa de la fiebre), pues eso, que el estar en este barco, sin las familias ni nuestros amigos de toda la vida, une. Necesitamos confiar y cuidar los unos de los otros. Aquí, en un par de horas cómplices, he hecho amistades más sinceras que algunas que se han quedado en Asturias. Sorprende ver como los favores corren de unas bocas a otras que se conocen apenas de unos minutos. Y aunque esos amigos tengan fecha de caducidad, que sí, que las intenciones, el tienes que venir a visitarme, los volveré por acá y todo eso abundan en las despedidas; pero salvo contadas excepciones, todos sabemos que o la casualidad media, o no volveremos a vernos nunca. La caducidad, decía, no hace de menos a las grandes personas que cuento entre mis amigos de por acá. Será también que entre los que decidimos echarnos un día la mochila a la espalda, nos es más fácil encontrar almas afines. Eso mismo hace que las despedidas no sean tristes (no mucho), porque todos sabemos que sin ese deambular de un sitio a otro no seríamos quienes somos. En el fondo nos alegramos por los que se van en busca de algo nuevo, o de vuelta a la patria, a recargar las pilas y los bolsillos para la próxima. Que los vientos te sean favorables y no hagas nada que yo no haría.

Al final, acabas repartiendo más pedazos de tu hogar entre todas esas mochilas, sabiéndo que estarán a buen recaudo hasta que vuelvas a reclamarlos. Sigues disfrutando con los que aún están aquí y tendiendo una mano a los que van llegando.

lunes, 12 de febrero de 2007

Imágenes de mi mundo

Aquí están parte de las fotos de Oppdal. No son las "oficiales", del hotel, la peña y las charlas; sino unas mucho más interesantes que nuestro fotografo, Iván Makarov, se entretuvo sacando en sus ratos libres:

Afotos de Oppdal

Hay otras fotos que también quiero enseñaros. Es posible que las conozcáis, son bastante famosas; pero lo importante no eso, sino que hacen más cierto que nunca aquello de que una imagen vale más que mil palabras:

World Press Photo: Ganadores 2007

World Press Photo: Desde 1955

Y por hoy, está todo dicho...

jueves, 8 de febrero de 2007

De curiosidades y apellidos ilustres

Ayer tuve la oportunidad de ver unas cuantas cosas curiosas. Fue en la clase inaugural de un profesor que se acaba unir al NanoScience Center. Esto de las clases inaugarales es una bonita costumbre, no sé si sólo de por estas latitudes, en que el recien llegado da una charla para todo el que quiera ir, exponiendo, en la mayoría de los casos, algo relacionado con su trayectoria científica a modo de presentación de sí mismo. En este caso se trataba de scattering de neutrones. A parte de lo interesante o no que pueda ser el tema, el tipo se las apañó para relacionarlo con un montón de asuntos e investigaciones diferentes, dando pie a mostrarnos algunas cosillas que trajo consigo. Así, además de hacerlo todo un poco más ameno, nos dio la oportunidad de tener un nuestras manos un botecito con unos gramos de polvo de Marte. Nos mostró el efecto de levitación causado por un superconductor que el tipo se fabricó con no sé que historia que se pone para aislar los tejados y un poco de nitrógeno líquido. No deja de ser curioso ver un anillo magnético girando en el aire con una copa de café encima. Nunca había entendido muy bien eso de los vórtices magnéticos; pero ayer pude ver sus efectos: el anillo se quedaba clavado en el aire, sin desplazarse, sólo podía rotar. También nos sorprendió derramando parte del nitrógeno líquido sobre la tarima. Divertido verlo hervir (a 76 grados bajo cero para m¡as señas) según toca el suelo y evaporarse en unos segundos. No está mal de vez encuando ver un poco de física fuera de los libros y recordar por qué nos resulta divertida.

Las cosas curiosas no se terminaron con la charla. Como es de rigor, depués hubo una pequeña recepción, o sea, cerveza por un tubo y pinchos. Como no podía ser de otra manera se puso en práctica otra de las ínclitas tradiciones danesas: los discursos. Allá donde en este país se junten más de una docena de personas para celebrar o conmemorar algo, nunca falta alguien que tome la palabra y se suelte una chapa (duración mínima estipulada: cinco minutos) sobre el tema que venga al caso, en tono más o menos jocoso y ante la respetuosa atención y complicidad de los presentes. Estos daneses no son muy habladores; pero estoy empezando a descubrir que suelen darles bastante importancia a las pocas palabras que salen de sus bocas. Por eso, además de hablar de uno en uno y escucharse, cuando en un sarao de estos alguien tiene los güevos y el humor para soltarse un discursillo diciendo, más o menos, lo que todos piensan y es bueno que se escuche en voz alta de vez en cuando, la audiencia no se dedica a pitorrearse del que expone ante ellos ni a joderle el speech con chistes fáciles. No, escuchan y aprecian que alguien le dé una pincelada expontanea de solemnidad y humor al acto, que alguien comparta voz alta y abierta una reflexión que dé un poco más de sentido a todo el asunto. No sé a vosotros, pero a un servidor le parece algo muy bonito y elegante. Además, por no sé que motivo (mi danés aún no da para tanto), en esta ocasión apareciron por allí un par de tipos con guitarras para cantar una canción que supongo debía ir muy al caso. El tema es que todo el mundo fue participó de la parida sin pudor, cantando y descojonándose... No me imagino a la Facultad de Ciencias de Oviedo compartiendo un momento así, por muy latinos, expontaneos, divertidos y richaracheros que nos creamos.

Para terminar por hoy, algo inesperado que me pasó esta mañana. Estaba tan pancho en mi despacho, mirando el correo, las noticias y esas cosillas que uno suele hacer para que la transición de la almohada al tajo sea más llevadera, cuando entra todo ufano por la puerta un nieto de Niels Bohr, Jakob Bohr; lo cual de por sí ya es una cosa curiosa (o más bien fruto de mi empanada congénita), porque llevó seis meses currando con él y me enteré la semana pasada que nuestro Jakob es nieto de nuestro Bohr, xit yor self litel parrot. A lo que iba, que entra y me dice que tiene algo para mí. Pongo cara de sorpresa tratando de imaginar de qué diantres va la fiesta. Ah, claro, será algún articulo sobre el tema de tensiones superficiales que estuvimos discutiendo el otro día. Pues no, va y me da un sobre de este papel amarillento, grueso, áspero y caro que se suele usar para las invitaciones importantes. Flipé, claro... Una invitación de boda de la familia Bohr?!! Pues no, bueno, sí... Vamos que era una invitación; pero no a una boda, que va, es para tomar un café, picar algo y charlar el día veinte en una de esas encantadoras cafeterías del centro de Copenhague. Pone que seremos unas ocho personas, no tengo ni idea de quienes, ni por qué; pero, por supuestísimo que iré, me ha dejado intrigado su comentario de así podrás conocer más daneses. No me esperaba para nada algo así de Jakob, un tipo tímido, educadísimo y pausado, muy danés; debe ser su manera de corresponder a mis buenos días con sonrisa y un sincero cómo va todo, en vez del oriundo silencio directo al depacho a currar. Además de ser un detalle por su parte el haberse acordado de cuando hace tiempo comenté comiendo que mi asignatura pendiente en Dinamarca era hacer amigos daneses. Intrigad¡isimo, os decía... Tendré que ir con pipa y traje de tweed a una reunión de intelectuales decimonónica? Vendrán también apellidos como Heisenberg o Einstein? Querrá presentarme a su hija? Estará más buena que la de Witten? O será acaso el bueno de Jakob Bohr el cerebro de una secta de masónica de judíos homosexuales que tratan de pervertir a nuestro protagonista?

No se pierdan nuestros próximos capítulos...

lunes, 5 de febrero de 2007

63° 28' N

Esa es la latitud del aeropuerto de Stjødal (como es noruego, léase tal como está escrito...) Allí finalizó mi aventura noruega y estableció un nuevo record para el punto más al norte en que he estado. A parte del dato curioso, me he traído un montón de imágenes inolvidables. Sí, sí, habrá fotos; pero esta vez tampoco depende de mí, paciencia mortales. Creo que me he medio enamorado de Noruega, de la nieve y del frío y de... Decía medio, porque en sólo una semana, en un hotel y en tan agradables compañías, uno no debe sacar conclusiones definitivas.

Por lo demás, destacar, ya os lo he dicho, que he aprendido a esquiar. Lo cual no deja de tener su puntillo molón, no? Dónde aprendiste a esquiar? En Noruega, por supuesto, jeje. El ultimo día, para celebrarlo nos subimos hasta lo alto de una de las montañas en medio de una tormenta de nieve, de esas que no te dejan ver nada, con un viento que hacía casi imposible avanzar con los esquíes. Era otro planeta. Un infierno blanco y difuso. La nieve volando en horizontal y la ladera esperando. Nos dejamos caer, libres, la tormenta helándome la barba y la adrenalina gritando de alegría.

Más hitos de este viaje: mi primera charla en inglés. De hecho, fueron tres, una de ellas improvisada y otra a medias. La verdad es que uno pierde mucho hablando en barbaro, y más con el acojone de tener que hacerlo enfrente de todos aquellos popes. Pero bueno, de la última estoy bastante orgulloso. Como dijo Henry, un alemán enorme con cierto parecido capilar a Krusty el Payaso, "bonito espectáculo el que has montado con los rayos X." Supongo que fue una de las pocas charlas en que todos se enteraron de que iba la fiesta, cosa jaili non-trivial cuando hablas a la vez para nano-químicos, nano-biólogos, nano-físicos, nano-electrónicos y nano-geólogos. El punto morboso lo puso el hecho de que también estaban presentes los dos tipos que me suspendieron el examen hace diez días; y sí, me costó trabajo, pero me abstuve de hacer el chiste...

Ahora os dejo, voy seguir disfrutando de mi merecido y autoadjudicado día libre, a disfurtar de que los días empiezan a alargarse y a las cinco de tarde aún queda un resquicio de luz en el cielo.

jueves, 1 de febrero de 2007

Ya sé esquiar!

Pues eso, chavales, a base de fostiones y caídas, al final he aprendido. Ayer a ultima hora ya andaba bastante suelto; hoy me sobran los dedos de las manos para contar las veces que me he dado un revolcón por la nieve, ja! Vale, que de aquí no voy a ir a las olimpiadas; de momento con mucha calmita, despacito, izquierda, derecha, frena que te la pegas... Hoy me di un par de ellas muy simpáticas, cuando los esquies se me clavaron en nieve virgen, esta tarde era difícil de distinguir, y terminé lléndome de morros y con la cabeza enterrada enterita en la nieve, que además de ser blanca, está muy fría.

El problema de esquiar es que funciona todo al revés que en mundo normal. Ladera abajo, eso de mueve tus pies que tu culo te seguirá, no funciona. Lo que suele ocurrir es que tu culo se queda atrás, y sin culo uno no va muy lejos. Lo que hay que hacer es mover el culo primero. Sí, sí, tu lo pones así, bien respingón hacia atrás. Que quieres ir a la derecha, sacas culo pa'la izquierda y viceversa. Y luego los pies, que esa es otra... Veintidos años entrenando para apoyar con toda delicadeza las punteras de los pies y los cantos exteriores para controlar los movimientos y resulta, que cuando te pones unos esquíes, es todo a lo bruto, clavando los talones sin compasión para frenar y girar y usando los cantos interiores para deslizar de lado.

Lo peor viene al coger confianza, empiezas a ir un poco más rápido, dale que esto está chupa'o, y cuando te das cuenta, vas todo despendolado. Entonces tu culo cobra vida propia y la frenanda, digamos que termina siendo poco elegante... Y allí ves a Kirsten, preguntándote desde unos metros más abajo con esa vocecilla dulce suya, are you ok? En el fondo se está descojonando; pero bueno, quien no lo haría? Te leventas todo lo raudo y veloz que puedes mientras terminas de autodescojonarte, y te lanzas sin pensarlo mucho otra vez ladera abajo para no hacer esperar más a la rubia, que ha estado cuidando de que no me matase estos días. Más maja ella.

Ya veis, de aquí al domingo esto de la nieve no va a terner secretos para un servidor. Ahora, a de meterse en la piltra que, aunque no os creáis, estamos currando un huevo y estoy hecho polvo. Sed malos ;-)