Casualidad, simetría, razones históricas o un poco de todo eso junto, bueno, casualidad poca, la verdad; pero el caso es que este es el centésimo primer artículo publicado en Bitácora (Aplause!!). Es más, hoy hace diez meses que vivo en Dinamarca. Qué bonita conjunción de números, verdad? Qué simetría! Más aún si añadimos que hoy Bitácora ha recibido su visita número mil uno desde que empezó la tercera temporada. Sin duda hoy es un día especial... 19 de febrero de 2007. 1+9+2+2+0+0+7 = 21; 2+1 = 3. Y, oh divina casualidad, 10 + 101 + 1001= 1112; 1+1+1+2 = 5 que sumado al 3 anterior hacen 8. Agosto, el mes en que nací. Milagro!
Pues no, ni milagro ni hostias. Podría seguir haciendo el chorras, buscando relaciones y coincidencias cósmicas donde no las hay. Hasta podría quedarme muy satisfecho conmigo mismo y la armonía celeste; pero lo cierto es que hoy es un día como cualquier otro, este artículo no será más especial que ninguno; pero toda esta gilipollez me da pie a deciros que la mayoría de las normas que utilizamos para conducirnos en nuestra vida cotidiana, toda esa plétora de moralina y pseudovalores vacíos están más o menos a la altura del primer párrafo. Esas [...]normas sólo sirven en la tranquilidad de una vida aburrida. Cuando la vida te agarra las entrañas descubres que se rompen en pedazos, que ya no valen, y que las usabas para darte una falsa seguridad, para creerte que entendías algo, respuestas fáciles.
Hace tiempo que dejé atrás mis normas y mis dioses. Ahora abró la ventana todas las mañanss y disfruto de esa primera bocanada de aire como el primer aliento de un recien nacido. Abro de par en par mis puertas (cualquier dia de estos tiro los muros y ya no me harán falta), y dejo que entre el dolor, la calma, la furia, los amigos, el amor, los besos casuales, la vida y la muerte... Encuentro millones de respuestas diferentes a cada momento, y no me las guardo, mañana no serviran, o sí, vete a saber (ya las encontraré de nuevo si eso). Y aún así la vida a veces mi pilla a contrapie la muy hija de puta. Y sabéis lo que hago entonces?
Me río a carcajada limpia, os lo digo en serio y en sentido literal. Porque sigo vivo y puedo seguir luchando, divirtiéndome. El dolor pasa, y la alegría también... Y al final quedás tú y las personas que te quieren, te quisieron y te querrán.
Mientras camino así, inseguro, con la mano en el pomo de la espada para infundirme valor, no quiero engañarme con eso de [...]pensar las cosas con calma y en frío, cada vez estoy más convencido de que es una mierda y no sirve para nada. Para empezar porque cuando estamos en frío usamos todas esas normas inútiles de las que ya hemos hablado, vamos, que tomamos la decisión en el momento que no es y con argumentos que no sirven. Además, qué es eso de estar en frío? Tomar las decisiones cuando ya no te importa? Elegir cómo actuar cuando todo ha pasado y ya no tienes un nudo en las entrañas? Perdoname, pero por lo general no te da tiempo a eso y tienes que elegir en el momento, en caliente, cuando estas desprevenido, asustado, furioso o todo a la vez y más. Ese es el verdadero arte, tomar una decisión en el momento, improvisar cuanto te das cuenta que las normas se van al carajo.
Lo que pasa es que en esta sociedad se empeñan en amansarnos, en convencernos de que todo es una balsa de aceite sobre la que navegar con ayuda de moralina barata. Nos domestican reprimiento constantemente nuestros sentimientos, nuestras pasiones, obligándonos a anteponer siempre la sacrosanta razón frente a los diabólicos instintos. Nos convirtimos en analfabetos emocionales incapaces de comprender que pasa dentro de nosotros mismos (y no digamos de los demás). Y claro, luego resulta que la balsa de aceite no es tal; sino más bien un mar tempestuoso en que la moralina no sirve y la razón está desbordada por sentimientos que no comprendemos, porque nadie nos explicó que estar vivos es sentir. Tenemos que vivir con todo eso dentro todos los días creyendo que es algo perverso y ajeno a nosotros mismos, algo que no debería estar ahí, y tenermos que decidir con ello. A no ser, claro, que tengas una vida de mierda, que sea de verdad una balsa de aceite que los sentimientos y las emociones no perturban y donde parece que todo funciona como nos explicaron. Entonces podrás decidir fríamente; lo que pasa es que no tendrás nada que decidir...
¿ Como era aquello...? Ummmm...ah si: la vida es eso que nos pasa mientras estamos haciendo planes. Creo que encaja bastante bien con esto que nos cuentas hoy ( te voy prolifico, por cierto ).
ResponderEliminarJo... la verdad es que me ha dado en qué pensar...
ResponderEliminarLa verdad es que quizá es un poco radical... pero yo creo que a todos nos vendría muy pero que muy bien un poquito más de sentimiento, alma, tripas, o como queráis llamarlo... todo sería mucho más bonito, lo sentiríamos mucho más, y las cosas, los momentos importantes los viviríamos mucho más intensamente, sin pensarlo todo mil veces, sin racionalizarlo todo...
Y escribo esto para ver si se me queda mejor, a ver si se me graba un poquito, vamos, para ver si me aplico el cuento, porque ya me vale...si, soy de esas personas, las del otro lado, el otro extremo...
Así que nuevo propósito...
¿Lo consegiré? al menos se intentará... ya sabeis, con mi pequeña daguita...
Un besazo.
se me olvidaba... ¿a quién citas?
ResponderEliminarSí, o aquello otro de que ninún plan sobrevivie al contacto con el enemigo :)
ResponderEliminarPor cierto, Vero, me cito a mí mismo, que me molo mogollón. El original son unos comentarios a un artículo titulado "La regla del 50%"
, escrito por Hugo en Hell Sink I (Agosto 2006).
Desde el Ministerio con amor (y sin tiempo...)
ResponderEliminar...MOLAS...
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En ocasiones no es tan importante si la decisión la tomas en frio o en caliente, "por que una vez que está tomada ya no hay marcha atrás y tienes que cargar con las consecuencias, por que ya somos todos mayorcitos", lo importante, como bien me dijo alguien una vez, y no era precisamente una amiga, es que no te arrepientas de lo decidido, puedes estar más o menos orgulloso de ello, pero nunca arrepentirse, por que de todo se puede sacar una experiencia, y las experiencias siempre te ayudan a crecer como personas, en fin, siempre te ayudan a sentirte vivo/a. BESOS BIXO Y ANIMO.
ResponderEliminarhola asturiano soy unos de tus lectores y hace una semana que estoy por copenauer!! con la novia danesa ,a ver si nos vemos yo vivo en barna pero naci en barcelona asi que soy karballon!!oye vivo cerca de la estacion asi que si me das un telefon o te pego un toke.un abrazo
ResponderEliminarnachu
ostias perdon naci en ovieu..!!
ResponderEliminarMuy buena melon. Las guerras han de librase siempre nunca eskivarlas, Siempre hay guerras con multitud de batallas y son esas guerras la ke se han de ganar. Las escaramuzas son todas a tirar pa'lantre, aferrate a tu idea (ideal)y siente como el frio acero empieza a esparcer carmin.Por otra parte estan las batallas, todas akellas dudas, situaciones, en las cuales nustro avance en la vida o en la mente rekieren de pekeños piedras ke a la larga nos hagan un camino de piedra o un castillo en la cual defenderse y poder contraatacar desde una posicion mas ventajosa. Yo no tengo ni caminos de piedra ni castillos, solamente tengo un brazo solido y un gran acero. No busco ser recordado en ningun libro de caballerias, ni ke los juglares narren por todos los pueblos mis hazañas. Las batallas las ke vengan o surgan pero ninguna mas. Ke en toda guerra, en toda batalla no siempre se gana y siempre se pierde algo.
ResponderEliminarP.d.: Ya he vuelto
Coño! Qué alegría! Nombres que llevaban tiempo desaparecidos y regresan, alguno nuevo que se une a la lista. Voy a tener que filosofar más a menudo, que parece que os atrae, jeje.
ResponderEliminarPues sí Juaki, tienes razón, y en todo caso siempre es mejor arrepentirse de haber hecho algo que de no hacerlo.
Nachu, mándame un mail con tu teléfono danés y ya te pego un toque o te mando él mío. (Mi mail lo puedes encontrar en el perfil.)