miércoles, 30 de mayo de 2007

Cerezos y neón (afotos)

Por fin! Aquí las tenéis. Un buen puñado de las fotos del viaje a Japón. Hay más, muchas más; mejores y peores. Si os portáis bien puede que os las vaya enseñando...

El que sale en muchas de ellas y no es un servidor ni tiene los ojos rasgados, es Vitor (no, no me he comido la ce). Compañero de fatigas durante los diez días que anduvimos deambulando por el otro lado del mundo. Excepto cagar y follar, lo hicimos todo juntos. Al otro de los pelos largos, ya lo conocéis, Hugo, que volvió a regalarnos un trocito de su hogar.

Y ahora me callo. Qué las disfrutéis!




lunes, 28 de mayo de 2007

Montecarlo 2007: veni, vidi, vici

Hay poco que decir sobre la carrera de ayer que no sean alabanzas a McLaren, a Alonso y a Hamilton. Las flechas de plata se marcaron un dobletazo en las calles del principado de los que levantan ampollas. Por eso muchos se empeñan ahora en empañar el hat-trick (pole, vuelta rápida y victoria) contundente e inapelable de Alonso. A pesar de confensar no sentirse aún cómodo al 100% con los Bridgestone, el bicampeón volvió a sacar a relucir una clase y unas manos que ya lo han puesto a la altura de los grandes. Tras dos carreras complicadas, en Mónaco brilló como nadie, pilotando con agresividad e inteligencia entre esos guardarrailes infernales que castigan cualquier desliz. Y es que, todos los que ahora se llevan las manos a la cabeza reclamando que las órdenes de equipo privaron a Hamilton de su primera victoria, parecen olvidarse que durante la primera parte de la carrera él iba subiéndose por las paredes, cruzando el MP4-22 y tocando los guardarrailes más de lo que a Ron Dennis le gustaría tratando de seguirle el ritmo de Alonso, quien aún dedicándose a ahorrar gasolina, le sacaba medio segundo por vuelta! Así logró retrasar su parada dos vueltas más de lo esperado, y Hamilton no tuvo esas cinco vueltas para comerle la tostada con que se las prometía tan feliz. Por otro lado, dudo que lo hubiera conseguido, porque aún cargado tras el repostaje, las gomas nuevas le permitían a Alonso rodar a un ritmo casi idéntico al del MP4-22 vacío de su compañero. Fin de la historia. La única orden que se dio desde el box de McLaren fue la de minimizar los riesgos, que se lo tomaran con calma, visto que Hamilton no era capaz de enjuagar la diferencia que Alonso abría golpe de vuelta rápida, de calcar el crono un giro tras otro y trazar con precisión apabullante cada una de las curvas-trampa de las calles más glamurosas del automovilismo.

Conste que aún así, como ya viene siendo costumbre, vuelvo a quitarme el sombrero ante lo que está haciendo Hamilton con sus veintidos añitos en su meteórico debut. Al margen de que haya tenido la rarísima suerte de iniciar su andadura en esto de la Fórmula 1 al volante de un coche ganador, lograr cinco podios en cinco carreras es algo más que cuestión de suerte. Como tampoco fue cosa de suerte que ayer, aún no estando en condiciones de desafiar al neno, estuvo siempre ahí, a la zaga, una sombra amenazante a la espera de un error, una contingencia, que no llegó. Y no nos ovidemos que él también dobló a todos los que no subieron al podio, él también puso más rojos que nunca a los de Maranello, cruzando la meta tras Alonso un minuto antes que el primero de los Ferrari.

Por lo demás, descacar que fue un Gran Premio atípico, demasiado ausente de incidencias para tratarse de Mónaco, hacía muchos años que no veían la bandera a cuadros dieciocho coches ni salía el safety car. También por primera vez en en mucho tiempo,
habrá que felicitar a Físico por su gran cuarto puesto. El mejor resultado de la temporada para la escudería Campeona del Mundo, a la que en BWM debería de empezar a mirar con desconfianza para las próximas carreras. Llamada de atención para Kimi, que después de arruinar su clasificación con un error impropio de quien aspira a ser campeón del mundo, tampoco fue capaz de sacar durante la carrera la garra necesaria para quitarse de en medio a quienes le estorbaron durante las 78 vueltas; que en Mónaco será casi imposible adelantar, pero sólo casi, sobre todo si vas sentando en un Ferrari.

Para terminar, voy a robar el párrafo con el que Hector Campos comienza su análisis de esta carrera en www.thef1.com, por aquello de que no se nos olviden los logros de este día:

Pilotar un monoplaza de Fórmula 1 está reservado a unos pocos privilegiados. Llegar a la meta es un logro para un gran deportista. Hacerlo en la zona de puntos es una enorme satisfacción. Subirse al podio es casi un sueño. Ganar la carrera está reservado sólo a los mejores. Ser el primero en los entrenamientos libres, en los oficiales, en marcar la vuelta rápida y en la carrera de principio a fin (excepto en las paradas en boxes) es la marca que distingue a los buenos pilotos de los míticos. Pero hacer todo esto en Mónaco, rodeado de muros amenazantes y curvas imposibles, sólo lo han hecho nueve pilotos en toda la historia de la Fórmula 1. Fernando Alonso es uno de ellos. Él es el noveno nombre de los dioses de Montecarlo, de los príncipes de Mónaco.

viernes, 25 de mayo de 2007

Atención! Atención!

Por la presente se informa, que si el tiempo y la autoridad lo permiten, la mañana del próximo martes 5 de junio, un servidor aterrizará en tierras astures con motivo de una visita que se prolongará hasta el lunes 11 del mismo mes.

Hala! Ya sabéis, id organizandome la agenda; pero ojo, que el domingo 10 hay Fórmula 1 a las 19:00, y eso ye sagrao.

jueves, 24 de mayo de 2007

Improvisando...

Había visto los carteles en Berlín: Coño! Así que tienen nuevo disco. Seguro que hacen gira... Hoy me da por mirar la güeb del grupo, no vaya a ser que toquen un día de estos en CHP... Anda mira, pues sí, hacen gira para presentar el disco nuevo. Uy! Y el primer concierto es aquí, en København. El 24 de mayo en Forum. 24 de mayo... Espera, qué puto día es hoy?

... 24 de mayo!!!!!!

Ya está liada! Me escapé media hora antes del curro. Al carajo con el plan de ir al gimnasio, cenita y poneros más afotos de Japón. Lo primero es lo primero, nenos. Me fui a la caza de una entrada. Todavía quedaban. Biiien!!!

En directo... Copenhague 2007...


[LINKIN PARK]


Pedazo de concierto, damas y caballeros. Sonido impecable. Puesta en escena habitual del grupo: conduente, con raíces urbanas y tendencias minimalistas. Regalaron potencia y entrega. Eché de menos un poco de improvisación, de directo puro; pero con la fuerza y ritmo brutal que tienen los temas de esta banda no les hizo falta para ponernos a saltar, vibrar, gritar y sudar desde el comienzo. Tocaron todos sus temas míticos, cuidando muchísimo el tempo del concierto e intercanlando los singles de su nuevo trabajo; no era cuestión de arriesgar, que del resto aún no nos sabemos las letras. Rozando la perfección...

La mejor banda de nü metal, sin duda. Instrumentación compleja y ecléctica. Una combianción contundente de grunge, rap, techno e inspiración divina. Dos voces solapando melodías; un viejo truco traído del olvido a una nueva luz. Aquí os dejo la última canción del concierto; aún retumba en mis oídos:

Faint (Live) - Sonic 2006


Si tenéis ganas de más, aquí está su último trabajo:

What I've Done


Aún no os han convencido? Escuchad esto (y hablando de Japón, no os perdáis a las dos elementas del final, Japón en estado puro):

Breaking the habit (Live) - Sonic 2006


Pedazos de artistas! Echadle un vistazo al videoclip original, producido y dirigido por ellos mismos. Acojonante.

Breaking the habit



P. S.- Under, espero que esto responda a tu última pregunta :)

P. S. S.- La organización, impecable. Un dato: la ocupación principal de los seguratas fue repartir agua entre el público durante todo el concierto, no os digo más...

martes, 22 de mayo de 2007

Cerezos y neón (recont.)

Tokyo. Sin duda es lo que mayor impresión me ha causado del viaje a Japón. Estaba preparado para los campos de arroz, para los templos serenos en valles aislados, para los rascacielos y las avenidas inmensas de Osaka, para el sosiego de los jardines, para la callejuelas de Kyoto; pero no para Tokyo. Doce millones y medio de habitantes. Veinte si incluimos Yokohama y el área metropolitana. Llegamos en Shinkansen (tren-bala), una experiencia en sí misma. Ya no por el hecho de que vaya a 300 km/h, sino porque hay uno cada diez minutos!!! Entramos en los arrabales de Tokyo. Barrios residenciales de casitas unifamiliares apelotonadas, sin tocarse, dejando callejuelas entre ellas. Por supuesto, el tren va por una vía elevada, en el suelo no hay sitio. Cuando nos damos cuenta volamos a 200 km/h, entre rascacielos, a cinco pisos de altura.

Bienvenidos a Tokyo... Al salir de la estación, una pequeña ciudad en sí misma, lo primero es llegar al nivel de suelo. Suele estar tres o cuatro plantas más abajo. Por el medio, vías y autopistas cruzándose a varias alturas sobre las avenidas inmensas, atestadas de tráfico y personas. Alzas la vista entre el ruido, ves, entre la maraña de scalestrix, el sol resplandecer reflejado en miles de rascacielos, hasta donde alcanza la vista, todo cubierto de descomunales letreros luminosos y pantallas gigantes reclamando tu atención. Y allá abajo, aprovechando cualquier rincón, bajo puentes y vías, en cada local y esquina, en callejuelas y recovecos, bulle la vida. Tiendas y puestos donde te venden todo lo que puedas comprar. Los vapores de la comida rápida mezclándose con las llamadas educadas de los tenderos. Aceras que sirven de escaparate para todo lo que apenas cabe en los diminutos locales. Entran y salen de ellos miles de personas desplazándose entre el tráfico ordenado. Te sientes en medio de una película, una película que se llama Blade Runner, o quizás era Ghost in the Shell.

Por increíble que parezca, caminando por esa monstrusidad con vida propia, perdiendose en la subciudad de las líneas de metro y tren, aunque abrumado, uno no se siente insignificante. Tokyo es descomunal, inmensa, superlativa en todos los sentidos; pero esta hecha por personas para personas. Se puede caminar por ella sin sentirse desplazado por el ritmo frenético del tráfico. La limpieza y pulcritud, los árboles y jardincillos que decoran esquinas y plazas, humanizan a las torres de cristal. Y siempre puede uno, y debe, escabullierse por entre esas callejuelas sin aceras donde ocurre la vida en las cuidades japonesas.
No hay calles normales, sólo avenidas de ocho carriles con autopistas por encima y callejuelas por las que apenas pasa una furgoneta. Giras en una esquina cualquiera, y de pronto se hace el silencio; sólo personas y algún coche ocasional. Bares, tiendas, hoteles, mercadillos de cachivaches electrónicos, librerías de cinco plantas, restaurantes para todos los gustos y colores, todo, todo ocurre en esa callejuelas silenciosas a la sombra de los rascacielos. Iluminadas por su propia sucesión interminable de neones multicolor, entre los que asoma de vez en cuando, el remanso de paz de un templo, la belleza de un jardincito o una rama de cerezo.


P. S.- Aquí tenéis las primeras fotos :) Habrá más...

P. P. S.- Nota para incautos: si alguna vez vais a Tokyo no se os ocurra perder el tiempo saliendo por Ropongi, el supuesto barrio para extranjeros donde las japonesas se te tiran encima (lo cual no es del todo mentira); pero mi idea de una noche de juerga en una ciudad como Tokyo, no incluye cuatro calles miserables llenas de negros enormes tratando de convencerme para que entre a sus bares de estriptis. No hagáis ni puto caso de las guías e idos a Shibuya, el barrio por donde salen los indígnenas. Y no, no es cierto que allí no dejen entrar a los occidentales en los bares.

P. P. P. S.- Releo este artículo y veo que se me han quedado tantas cosas: Electronic City, un barrio entero dedicado a venderte electrónica de ciencia ficción. La noche en Shibuya, rave party con geishas con maquillaje y sedas blade runner. La vista de la ciudad de noche desde lo alto de la Tokyo Tower. Nuestro hotelito en Ueno rodeado de restaurantes típicos con camareras exquisitamente educadas. Las tribus urbanas de jóvenes japoneses, ropas extravagantes y pelo de colores recien sacados de un manga. Creo que podría estar escribiendo sobre Tokyo días y días... Lo haría, si no supiese que al final, también tendría la sensación de que aún queda algo por contar. Y es que, las luces de Tokyo siempre brillaran al fondo de mis ojos. Tokyo...

jueves, 17 de mayo de 2007

Puesta al día

Aquí estoy, recien duchado, escuchando Linkin Park, acompañado algo de fruta con un té de canela (sí, Olatz, lo venden en una tienda aquí al lado de mi casa :) para contaros que además de Japón y Fórmula 1, han ocurrido más cosas en los últimos días. Dado que entre ocurrencia y ocurrencia no ha habido mucho tiempo para poneros al día, lo hago ahora, aprovechando que por acá es fiesta; aunque esta mañana algo hemos trabajado para evitar los remordimientos que pudieran asaltarme el lunes. En unas cuantas líneas os cuento por qué.

Entre el miércoles pasado y el sábado por la mañana estuve otra vez en Suiza. En el SLS poniendo cositas minúsculas en el camino de un haz de radiación sincrotrón de 20 keV para hacerles radiografías en 3D. Cuarenta y ocho horas nonestoparti de las que el menda volvió a hacerse los turnos de noche feliz y contento. Cuando terminé, el sábado a las siete de la mañana, ducha, tren a Zurich y avión de vuelta a CPH. Picar algo, cinco horas siesta y, aprovechando que ya tenía el sueño cambiado, fiesta toda la noche, pa'variar.

Noche peculiar la del sábado. Voy a tener que ir más a menudo por la Confederación Helvética. A las niñas de por acá debén gustarles los aires de montaña, porque me hicieron pasar unas horas divertidas entre miradaditas, sonrisas, invitaciones a bailar, flirteos, risas, besos casuales y todas esas cosas saludables para la autoestima.

Antes de que llegase el lunes, aún tuvimos tiempo el domingo para una de esas comilonas de expatriados. Gran comida, gran tarde, gran compañia y todo gracias a Jordi y a los de más habitantes de la "Embajada Macedonia". Lunes: momento histórico en el trabajo. Llegó la hora de mudarse, empaquetarlo todo y movernos a los laboratorios que inauguramos hace cosa de un mes. Plan a tres días ejecutado con relajada eficiencia danesa. Lunes: empaquetar laboratorios y oficinas. Martes: cargar camion, transportar a nueva ubicación, descargar camión. Miércoles: desempaquetar y montar todo el chiringuito en nuestro nuevo y flamante hogar laboral. Todo un cambio refrescante de actividad, que nunca viene mal.

Así llegamos a hoy, fiesta nacional en Dinamarca. Después de la liada de esta noche decidí quedarme a currar en casa; sólo unas horitas no os vayáis a pensar. Aunque me bastaron y me llegaron. A mi Linux le dio por darme la mañanita y comportarse como un puto Güindous... Aplicaciones que no responden, archivos que se pierden... Un sindios. Entiendo que para él fue una putada que le hiciese tratarse con esos infames formatos .doc y .ppt y, claro, así tan de mañana, se le ingestestó el desayuno. Y entre el cabreo,
la procesión de apóstoles y la mala hostia por la pérdida de tiempo, casi se le indigesta también al menda. Al final no llegó la sangre al río. Todo solucionado.

Después, en un ejercicio de higiene mental y emocional, me puse a entrenar un buen rato e hice una sesión de limpieza en la habitación, que falta le hacía. Un poco de sudor y trabajo físico es lo mejor para atemperar los malos humos e ir con una sonrisa y actitud razonables a la cita de esta noche. Cena, con una morena muy linda y... Española, manda güevos! Todas la alarmas de mi querida intuición están pitando y parpadeando en rojo. Algo me dice que cuando esté saliendo por la puerta me va a llegar un mensajito con una educada disculpa e informándome de que lamentablemente no va a poder ser. Sino fuese por los antecedentes, pensaría que hoy ando un poco paranoico y con los cables cruzados. En breve sadré de dudas...

Por último, y no por ello menos importante, mañana toca madrugar: a las seis me cojo un autobus para Berlín. Me voy con Geiri, un islandés grilla'o (como todos los oriundos de esas tierras que tengo el placer de conocer) a pasar el fin de semana. Plan baratito e improvisado que se encargó de organizar él. Poniéndomelo tan fácil no iba a decir que no... Volvemos el lunes de madrugada, así que dudo bastante que por mañana aparezca por el despacho; ya sabéis por qué me he encargado hoy de dejar mi conciencia tranquila ;)

Pues eso ha sido todo, amiguetes. La semana que viene más. Y os deberé las fotos de Japón y las de Berlín, lo sé, lo sé. Ahora voy a preparar la maleta antes de ir a cenar... Je, je... Cruzad los dedos.

lunes, 14 de mayo de 2007

Montmeló 2007: Primera curva... Otra vez.


Otra vez salían los McLaren por la parte sucia, y van cuatro de cuatro. Otra vez volvieron a arrancar mejor que los Ferrari. Alonso se lanza a la recta con el cuchillo entre los dientes. Lo tiene claro. Sabe que en Montmelo, ni chicane nueva ni leches, es muy difícil adelantar. Lo hizo todo bien, otra vez: le cogió el rebufo y obligo al torpe de Massa a cerrase, para cuando el brasileño quiso darse cuenta, Alonso ya le había colado por el exterior, frenando por lo limpio y llegando con más de medio coche de ventaja a la primera curva mientras Hamilton, otra vez, hacía lo propio con Kimi. Ya estaba un servidor con los brazo en alto, a punto de pegar un salto en el sofá. Maniobra magistral del bicampeón, otra vez. Entonces Massa decide que no, que no va a dejar que le humillen en la primera curva, otra vez. Porque él, como resto del mundo, sabe que sólo es rápido si va primero y sin nadie que le meta presión. Así que decide meter el Ferrari por donde no hay sitio. Cuatro ruedas en el piano y golpe al coche de Alonso en el pontón derecho. Repito: pontón derecho, corasaõ. Ergo, si tu rueda delantera golpe el coche de tu rival en el centro, pontón derecho, es porque ibas por detrás, sí o sí? La carita niño bueno, incredulidad y sorpresa que pusiste cuando Alonso dijo esto en la rueda de prensa te quedó muy lograda; pero no ha lugar, te pongas como te pongas. Hiciste una imbecilidad, tuviste una suerte como un camapano y el que pagó el pato fue el que lo hizo todo bien, otra vez.

Tras el lance, Alonso no tiene otra que irse a la grava. Dientes apretados. Acelerador a fondo. Mentándole la madre al brasileño. Polvareda y bajos del coche destrozados para el resto de la carrera. Jugándosela al volver a pista entre el barullo de Lewis, Kimi, Robert y Nick. Consigue pornerse cuarto. Fin de la carrera.

Fin, sí, porque a partir de ahí, salvo milagro, la estrategia se va al carajo. Si llevas menos gasolina que los demás y vas detrás, estás jodido. Si además tienes que dar 65 vueltas con un coche tocado, estás jodido. Dio igual que Alonso echase el resto durante toda la carrera, que decidieran jugársela con la estrategía en la segunda parada (mucha gasofa y gomas duras) para intentar dar el hachazo al final. Con el deflector destrozado, el ritmo infernal del Ferrari y los doblados de por medio, no hubo manera a pesar de la lección de pilotaje, aunque pocos la viesen. Aguantando el tipo, perdiendo sólo un par de décimas por vuelta respecto a Hamilton, con un coche tocado, más cargado y las gomas duras. Suerte que a Kimi se le rompió el coche, otra vez, que si no...

Al final, la primera curva nos privó de ver un bonito duelo. Lo que hace aún más inexplicable la actitud de Massa. Teniendo el ritmo que tenía, era de verdad necesario jugársela cómo lo hizo? Al final, decía, decepción, ya no porque Alonso no ganase, si no por no poder verlo luchando arriba en igualdad. De lo malo, aún así, con la retidada de Kimi, se ha podido salvar la vajilla. McLaren arañó cuatro puntos más para el campeonato de constructores y se rompe el triple empate a la cabeza del campeonato de la forma más inesperada. Ahí está, damas y caballeros, en el año de su debut, 22 años, cuatro carreras, cuatro podios,
lider del campeonato: Lewis Hamilton. 30 puntos, a 2 Alonso, a 3 Massa y 8 por detrás Räikkönen.

Y en nuestro próximo capítulo de esta apasionante temporada:

Triunfárá Alonso con un contrataque furifundo d
espués de dos carreras desafortunadas? Volverá a puntuar Sato con el Super Aguri? Repetirá Coulhard su extraordinaria actuación? Habrán arreglado en Renault las mangeras de la gasofa? Se les habrá bajado el rubor a los de Honda, Toyota y Renault después de que Super Aguri-Honda, Williams-Toyota y Red Bull-Renault les diesen las del pulpo?

Sabremos dentro de quince dias en un escenario mítico: Montecarlo. No sus lo perder...

martes, 8 de mayo de 2007

Cerezos y neón (cont.)

Un país de contrastes. Eso es lo que dicen muchas de Japón. El tópico que uno se harta de oír por todas partes. Tal vez, nueve días danzando de un lado para otro por ese país, no den a mí oponión mucho peso; aún así, os voy a decir que no vi esos contrastes. O mejor dicho, sí los vi; pero percibirlos como tales sólo puede ser fruto de la visión colonialista y aparadigmática que la mayoría de los occidentales se meten en la maleta junto a la guía de viaje. Muchas siguen creyendo que Europa, los Esteits y cia. son "lo normal", que nosotras no vivimos en ningún paradigma concreto: la muerte de las ideologías y toda esa mierda para que te creas que no sólo vives en el mejor mundo posible sino que además es el único, el resto de la historia ha sido una aberración y el futuro será una versión más japijaitec del presente. Claro, así llegas a Japón y ves contrastes por todos lados. Cómo va a ser algo normal una tipa paseándose con kimono de seda entre los rascacielos de Tokyo mientras envía esemeses con un movil que te rilas?

Basta echar un vistazo por encima a la historia de Japón para ver que todo es consecuencia lógica. No es que sean raritas con ganas de tocar los güevos con tradiciones y anacronismos por doquier; sino que mientras que la cultura europea evolucionó a su ritmo, a lo largo de los siglos, de forma más o menos homogenea a todos los nieveles, en Japón, la Revolución Industrial y, sobre todo, la entrada en la era electrónica y de las telecomunicaciones se hicieron a cascoporro, de hoy para mañana. Allí, en el fondo, son tan becerras como nosotras. Fueron tipos del mismo pelo de los que siguen globalizando por aquí, los que vieron claro como montar el chiringuito y trincar la pasta. Bastaba con cambiar las estructuras económicas y con el resto que hicieran lo que quisieran. Así es que en Japón todo lo relacionado con el bisnes es occidental: las macro torres de acero y cristal para las multinacionales, las avenidas comerciales, los medios de tranporte esenciales que garanticen la movilidad necesaria de los trabajadores/consumidores para que el tinglado no se vaya al carajo, la ropa de trabajo, la publicidad, los medios de comunicación, el sistema educativo encargado de ensamblar ovejas y champiñones que encajen al milímetro en sus vidas prefabricadas, etc, etc.

Qué importan el resto de lo aspectos culturales? Qué más da que quieran vivir en casitas pequeñitas con jardines zen? Se les cobra el precio adecuado y listo. Qué importa que en vez sentirse satisfechos de sí mismos rezando con un pederasta en una catedral imponente, lo hagan en un templo tranquilo y acogedor entre cerezos en flor? Mientras vuelvan contentos a trabajar el lunes... Y qué que prefieran comer tallarines en vez de hamburguesa? La cosa es vender comida rápida. Qué más dará que vistan a los niños con kimono de seda o con traje de marinerito para los ritos iniciáticos de rigor? Ambos cuestan un ojo de la cara y alguien sacará tajada. Tampoco creo que importe un carajo que para hacer negocios en vez de apretar la mano con la firmeza adecuada haya que hacer una reverencia con el grado de inclinación correcto.

Qué alguien me explique dónde está el contraste, porque no lo veo. La única diferencia es que la cultura de base es distinta, y que en Japón no ha habido tiempo, ni falta que ha hecho, para que la "tradiciones milenarias" se occidentalicen. No me trago lo del respeto por las tradiciones que se presupone a los japoneses. Más bien será que las tienen muy frescas, que aún no hace mucho andaban con espada por la calle. Y ya puestos a sacar respeto por las tradiciones y contrastes entre lo moderno y arcaico, prestad atención a la próxima semana santa. O la próxima boda religiosa, seguro que los novios,
parangones y adalides de la fé católica, apostólica y romana, no van a misa desde la primera comunión. Pues lo mismimto en Japón. No importa que de puertas adentro duerman en futones, se sienten en tatamis y coman sushi, mientras trabajen diez horas diarias, compren en Sara y se pirren por el último Chony-Merrison 8G de 1000 metapixeles con pantalla Dubiguay. Y no me vengáis con eso del rollito zen, la paz espiritual y el biguoter ma fren, que los japoneses que he visto obsesionados con el móvil, sobando en el tren, con ojeras y el traje arrugado de haber estado trabajando tres días seguidos se han debido dejar olvidado el camino del samurai en el mismo sitio que nosotras la honra, el amor cortes, la gentileza caballeresca y el linaje de cristiano viejo.

Aún así, Japón sigue siendo un lugar maravilloso. Porque prefiero pasear por templos y jardines que invitan a la calma, al reposo y están hechos a la medida del ser humano y no para impresionarte y humillarte con grandeza del obispo de turno. Porque prefiero que sirvan un humilde cuenco de noodles con cariño, sonrisa y gentileza sinceras, que un chuletón con manos grasientas y mala cara cuando me empeño en disfrutar del cafe en la mesa. Porque aunque sus reglas del juego sean apenas comprensibles para nosotros, aún tienen respeto por ellas y no son sólo de boquilla. Porque siguen apreciando y
deleitándose con los pequeños milagros naturales. Porque entre las flores del cerezo y las luces de neon aún reverberan ecos de un pasado, una historia y unos valores que sirven para algo más que para que un puñado de caínes hijos de puta hagan demagogia preelectoral.

Continuará...

lunes, 7 de mayo de 2007

Cerezos y neón

Aeropuerto Internacional de Kansai.
9:00, hora local .
Viernes, 27 de abril de 2007.

Una terminal descomunal construida sobre una isla artificial. Sospechosamente parecida a la T4, con las diferencias que está bien construida y diseñada, es útil y cogerían dentro unas cuantas tecuatros. Esa fue la primera imagen, la primera impresión de Japón. Descomunal, impresionante, sin concesiones. Iba caminando con Vitor por aquel documental del Discovery Channel, la mochila a la espalda y sendas sonrisas estúpidas en la boca: tábamo'en Japón! Aún así, lo más extraño de todo era el aire de familiaridad que respirábamos. Literal, el aire en Japón, la brisa del Pacífico es algo que reconoce cualquiera que se haya criado y crecido en las costas gallegas o asturianas, como era nuestro caso. Húmedo, pesado, fresco y cargado de mar y recuerdos. No sé si fue debido a ese aire, a que hace algún tiempo que las cafeterías de los aeropuertos son como el bar de la esquina, a la compañía de viejos amigos o a un poco de todo junto; pero estando al otro lado del planeta, que bien podría ser otro mundo, durante los nueve días que duró el viaje, siempre hubo una sensación de familiaridad en todo lo que me rodeaba: perdido en Ichinomoto (que debe significar algo así como culo del mundo), en las calles silenciosas de Tenri y su templo tranquilo y sosegado, bajo las autopistas que vuelan sobren las avenidas de Osaka, ante el inmenso buda de Nara, subiendo los 399 escalones del templo de Hasedera, paseando por las callejuegas anticuadas de Kyoto a la caza de una geisha, contemplando el mundo desde lo alto del castillo de Himeji, alucinando ante la inmensidad de Tokyo. Tokyo... Sus maraña de trenes, avenidas y autopistas en cruces imposibles, torres de cristal y acero hasta donde alcanza la vista, mosaicos de pantallas gigantes y neones desproporcionados, millones de almas de compras insospechadas, sus noches multicolor de luces y personas, una flor de cerezo asomando sobre el muro de una casita en una callejuela silenciosa. Tokyo... Blade Runner... Ghost in the Shell... Algo familiar una rave party en Shibuya, trance y japonesas guapas, en el aire neblinoso que recortaba la silueta del Fuji tras la ventanilla del Shinkansen. El olor del hogar tomando la última cerveza con mis amigos en un parque antes del amanecer, antes de ir a por el avión de vuelta.

Muchas cosas que contar... No esperaba que fuese para menos; pero tampoco que fuese para tanto. Por eso me lo voy a tomar con calma. No sé cuantos artículos saldrán de este viaje; pero ha habido tiempo para ver, aprender y reflexionar mucho. De momento, quedaros con la brisa del Pacíficio, con ese pedacito de hogar que encontré en Japón, entre miles de neones y cerezos al atardecer.

Continuará...

P.D. - Sí, sí, sí, habrá fotos, cienes y cienes de fotos. Paciencia, mortales.