jueves, 8 de febrero de 2007

De curiosidades y apellidos ilustres

Ayer tuve la oportunidad de ver unas cuantas cosas curiosas. Fue en la clase inaugural de un profesor que se acaba unir al NanoScience Center. Esto de las clases inaugarales es una bonita costumbre, no sé si sólo de por estas latitudes, en que el recien llegado da una charla para todo el que quiera ir, exponiendo, en la mayoría de los casos, algo relacionado con su trayectoria científica a modo de presentación de sí mismo. En este caso se trataba de scattering de neutrones. A parte de lo interesante o no que pueda ser el tema, el tipo se las apañó para relacionarlo con un montón de asuntos e investigaciones diferentes, dando pie a mostrarnos algunas cosillas que trajo consigo. Así, además de hacerlo todo un poco más ameno, nos dio la oportunidad de tener un nuestras manos un botecito con unos gramos de polvo de Marte. Nos mostró el efecto de levitación causado por un superconductor que el tipo se fabricó con no sé que historia que se pone para aislar los tejados y un poco de nitrógeno líquido. No deja de ser curioso ver un anillo magnético girando en el aire con una copa de café encima. Nunca había entendido muy bien eso de los vórtices magnéticos; pero ayer pude ver sus efectos: el anillo se quedaba clavado en el aire, sin desplazarse, sólo podía rotar. También nos sorprendió derramando parte del nitrógeno líquido sobre la tarima. Divertido verlo hervir (a 76 grados bajo cero para m¡as señas) según toca el suelo y evaporarse en unos segundos. No está mal de vez encuando ver un poco de física fuera de los libros y recordar por qué nos resulta divertida.

Las cosas curiosas no se terminaron con la charla. Como es de rigor, depués hubo una pequeña recepción, o sea, cerveza por un tubo y pinchos. Como no podía ser de otra manera se puso en práctica otra de las ínclitas tradiciones danesas: los discursos. Allá donde en este país se junten más de una docena de personas para celebrar o conmemorar algo, nunca falta alguien que tome la palabra y se suelte una chapa (duración mínima estipulada: cinco minutos) sobre el tema que venga al caso, en tono más o menos jocoso y ante la respetuosa atención y complicidad de los presentes. Estos daneses no son muy habladores; pero estoy empezando a descubrir que suelen darles bastante importancia a las pocas palabras que salen de sus bocas. Por eso, además de hablar de uno en uno y escucharse, cuando en un sarao de estos alguien tiene los güevos y el humor para soltarse un discursillo diciendo, más o menos, lo que todos piensan y es bueno que se escuche en voz alta de vez en cuando, la audiencia no se dedica a pitorrearse del que expone ante ellos ni a joderle el speech con chistes fáciles. No, escuchan y aprecian que alguien le dé una pincelada expontanea de solemnidad y humor al acto, que alguien comparta voz alta y abierta una reflexión que dé un poco más de sentido a todo el asunto. No sé a vosotros, pero a un servidor le parece algo muy bonito y elegante. Además, por no sé que motivo (mi danés aún no da para tanto), en esta ocasión apareciron por allí un par de tipos con guitarras para cantar una canción que supongo debía ir muy al caso. El tema es que todo el mundo fue participó de la parida sin pudor, cantando y descojonándose... No me imagino a la Facultad de Ciencias de Oviedo compartiendo un momento así, por muy latinos, expontaneos, divertidos y richaracheros que nos creamos.

Para terminar por hoy, algo inesperado que me pasó esta mañana. Estaba tan pancho en mi despacho, mirando el correo, las noticias y esas cosillas que uno suele hacer para que la transición de la almohada al tajo sea más llevadera, cuando entra todo ufano por la puerta un nieto de Niels Bohr, Jakob Bohr; lo cual de por sí ya es una cosa curiosa (o más bien fruto de mi empanada congénita), porque llevó seis meses currando con él y me enteré la semana pasada que nuestro Jakob es nieto de nuestro Bohr, xit yor self litel parrot. A lo que iba, que entra y me dice que tiene algo para mí. Pongo cara de sorpresa tratando de imaginar de qué diantres va la fiesta. Ah, claro, será algún articulo sobre el tema de tensiones superficiales que estuvimos discutiendo el otro día. Pues no, va y me da un sobre de este papel amarillento, grueso, áspero y caro que se suele usar para las invitaciones importantes. Flipé, claro... Una invitación de boda de la familia Bohr?!! Pues no, bueno, sí... Vamos que era una invitación; pero no a una boda, que va, es para tomar un café, picar algo y charlar el día veinte en una de esas encantadoras cafeterías del centro de Copenhague. Pone que seremos unas ocho personas, no tengo ni idea de quienes, ni por qué; pero, por supuestísimo que iré, me ha dejado intrigado su comentario de así podrás conocer más daneses. No me esperaba para nada algo así de Jakob, un tipo tímido, educadísimo y pausado, muy danés; debe ser su manera de corresponder a mis buenos días con sonrisa y un sincero cómo va todo, en vez del oriundo silencio directo al depacho a currar. Además de ser un detalle por su parte el haberse acordado de cuando hace tiempo comenté comiendo que mi asignatura pendiente en Dinamarca era hacer amigos daneses. Intrigad¡isimo, os decía... Tendré que ir con pipa y traje de tweed a una reunión de intelectuales decimonónica? Vendrán también apellidos como Heisenberg o Einstein? Querrá presentarme a su hija? Estará más buena que la de Witten? O será acaso el bueno de Jakob Bohr el cerebro de una secta de masónica de judíos homosexuales que tratan de pervertir a nuestro protagonista?

No se pierdan nuestros próximos capítulos...

6 comentarios:

  1. Una muestra mas de las diferencias culturales entre nordicos y sureños; de una parte la educacion y el respeto al que habla o dice algo, de otra el desprecio ( envidia ) y el afan de ridiculizar a cualquiera con la personalidad suficiente para expresarse...en fin...que pais este y que pais aquel oiga. Imagino que el frio que pasais por esas alturas ( cero grados ponia hoy TVE - ni frio ni calor al cambio ) tambien templa el caracter y no solo la carne.

    Ten cuidado con esas fiestas con invitacion que de una boda sale otra...dicen

    ResponderEliminar
  2. Así se hace, que las ganas de conocer cosas y personas nuevas, nunca te falten, es una forma muy buena de vivir la vida a tope.
    Y si sale la boda, como dice anjin-san, que sea para bien.
    Un beso. Keli

    ResponderEliminar
  3. Yo a estas alturas creo que la que vi debia ser sobrina politica o algo...O eso o es que por aqui esta la central nuclear del señor Burns y la niña sufrio algun tipo de mutacion para (muy) bien...

    ResponderEliminar
  4. Solo te diré una cosa:
    si vas con pipa y traje de tweed, ponte también las gafas, y por Alá...sácate unas fotos.

    ResponderEliminar
  5. Hombre, sospecho que siendo tan tímidos, el que alguien se lance a soltarse un discurso es algo que aprecian y respetan más que los latinos; ahora puestos a montar saraos, si que les falta un poco de chispa y expontaneidad. Ya veis, me han dado una invitación en sobre para ir a tomar un café... Os mantendré informados, con fotos si ha lugar y detalles sobre las posibles mutaciones :)

    ResponderEliminar
  6. Bueno, bueno... tu primera charla de intelectuales... hasta con el mismisimo nieto de Bohr! Dios, que orgullosa estoy de tí... porque no creo que sea un simple café ni muchísimo menos... ya nos contarás.
    Y sí, estoy totalmente de acuerdo en que si tu indumentaria es de traje de tweed, pipa y gafas, hagas (o mejor dicho, te hagan) muuuuchas fotos.
    Bueno, gente española que lea esto: aprendamos de los daneses un poquito en lo que se refiere a escuchar a los demás cuando se arrancan a exponer algo, ya sea serio, de coña, político o filosófico, pero escuchad, coño! Si es que tenemos una manía... igual si escuchásemos un poco más entenderíamos algo mejor a tu madre, tu pareja, o tu vecina... no os parece??
    Sí, esta era mi protesta de hoy. Jejeje...
    Pero en cambio, como Iván me confirma, las juergas que nos montamos los españoles, eh... de eso seguro que no saben como nosotros...
    Así que nada chavales, ya sabéis, a aplicarse eso del "feedback" con los daneses.
    Muak!

    ResponderEliminar