sábado, 16 de mayo de 2009

Entiendo, ergo. . .

Poco a poco, después de tres años ya iba siendo hora, el danés está dejando de ser un sinsentido de sonidos infernales. Hasta me empieza a sonar "normal"; los que hayáis escuchado danés alguna vez en vuestras vidas sabréis que eso es preocupante. Gracias a los amigos y a pequeños esfuerzos cotidianos, cada vez más a menudo me descubro intercambiando frases en danés. Aunque mi repertorio deje bastante que desear, estoy la hostia de orgullo se mí mismo. Por primera vez desde que aterricé en este país, tengo esperanzas fundadas para creer que algún día seré capaz de manejarme en este idioma.

El viernes pasado nos fuimos ver cuatro cortometrajes realizados como trabajos de fin de carrera por estudiantes de la escuela de cine. Terminamos allí porque una amiga australiana de una amiga catalana tenía otra amiga australiana a la que no veía desde hacía doce años y que, oh casulidad, era la directera de uno de los cortos. Después un pequeño desaguisado con las entradas, no tuvimos más opción que usar la conexión australiana y colarnos por la jeta. Armado de calma y curiosidad me acomodé en la butaca dispuesto disfrutar, por decir algo, de cuatro cortometrajes en danés, sin subtítulos ni nada, a lo bruto. ¡Y lo disfrute! Lo disfruté cien veces más de lo que esperaba, porque, a parte de la calidad y frescura de los trabajos, para mi sorpresa lo estaba entendiendo todo, todito, todo, salvo alguna palabra o expresión sueltas que mis neuronas erán capaces de poner en su sitio por el contexto.

Vale que entre entender y hablar, va un abismo. Pero entender me va dando confiazna para a hablar cada vez más. Así que, aunque las camareras cuando les pido las copas en danés se empeñen en seguir respondiéndome en inglés, mis orejas, y lo que es más importante: mi lengua, ya son capaces de diferenciar entre un
kylling --- leído kÿlin--- y un killing ---leído kilin, por sorprendente que parezca---. Cuestión harto importante en cualquier establecimiente culinario que se precie, que no es lo mismo pedir pollo que gatito. . . O algo peor si a uno se le ocurre cambiar por inocente descuido la y por una æ. . .

Imágen: Adds of the World.

9 comentarios:

  1. Jeje, pues a mí no me parece un idioma feo...incluso soy capaz de pillar algunas cosas....mucho más si está escrito, está claro...pero me sorprendo siendo capaz de pillar algunas cosas y me ha picado el gusanillo y ahora quiero aprender. Porque siempre decían que el alemán es una lengua súper complicada y mira no lo domino ni de lejos, pero me defiendo que es lo importante....y ahora todo el mundo me dice que el danés es tan complicado, vamos, imposible casi...pues no me lo trago!! Así que ahora quiero aprender danés!! :-D

    ResponderEliminar
  2. Pues ánimo :) Aunque no creo que el danés sea una lengua complicada; pero hay dos problemas cuando uno trata de aprenderlo:

    Primero, que no te hace falta. Vayas donde vayas, aquí todo el mundo habla inglés. Y a la que se dan cuenta que eres extranjero, por mucho que te empeñes en hablar danés, te responden en inglés. Así que nunca te ves forzado a hablar danés.

    Segundo, que lo daneses no están acostumbrados a escuchar acentos extranjeros, y les cuesta un montón entenderte si no tienes una pronunciación cuasi perfecta, y esa, creo, es la parte más complicada del danés: la fonética.

    ResponderEliminar
  3. Yo no puedo opinar sobre el danés,... solo recuerdo que me dijiste que era como vomitar hacia dentro, me alegro de que te vaya saliendo! :-)
    Lo que si te digo es que la frase de la semana es genial! me encanta!

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena Iván, tiene pinta de ser un idioma chungo donde los haya.

    ResponderEliminar
  5. Mi héroe! Aún no entiendo como lo estás consiguiendo!Porque la gramática no será complicada, pero la pronunciación.... anda pa'lla con tanto guturalismo!
    Y el danés pa mi es feo. Pero feo de cojones. Junto con el holandes (otro pa darle de comer aparte) lo más feo que escuchado. Lo que hace más meritorio lo de las danesas. Porque hablando francés cualquiera es guapa, pero danés...
    Estoy muy orgulloso de ti nenita. La proxima vez que vayamos a por una hamburguesa nel tranvía te entenderán a la primera, que aún me acuerdo de la última vez :)

    ResponderEliminar
  6. Pues nada, Olatz, vas a tener que venir de visita cuanto antes para poder opinar. Y no te olvides de traerte a ti misma ;)

    Chungo, chungo, no, Banyú, digamos que incómodo; sobre todo de entrada.

    Neniiiitaaaaa. . . Pues creo que prefiero el danés al acento empalagoso de las mamitas y los papitos :p Además, a estas niñas hechas y derechas, les pega un idoma como el danés, un poco bruto, como ellas ;)

    ResponderEliminar
  7. Es el primer paso. Ya veras cuando se te vaya cambiando el careto y te vayas poniendo rubio y de ojos claros, jajaja, al final termina uno teniendo el mismo jeto que esta gente..

    El idioma es feo y limitado. Le faltan palabras, sinonimos, tiempos verbales pasados, presentes y futuros.

    Bien es cierto que en cuanto captan un acento distinto al suyo cambian al ingles. Lo que mola de verdad es hablar en ingles, que ellos no sepan que tu sabes danes y pillarles en algun renuncio si lo que estan contando no mola, jajaja tontos daneses.

    Bri-consejo del dia: mucho mejor entrarles hablando en castellano directamente, pues si les entramos en ingles se creen que somos turcos, arabes, paquis o las tres cosas a la vez...y ya se nos cierran las pocas puertas que tengamos abiertas aqui en el paraiso terrenal de rubias locas.

    ResponderEliminar
  8. Seguro. . . ;)

    Pero qué tío, Under, que me vas a contar, si el truco de entrarles en castellano te lo enseñé yo!!! Hay que joderse. . .

    ResponderEliminar