domingo, 25 de octubre de 2009
Cosas que pasan
Levantarse un día y que sea otoño. Cielo despejado, frío y los árboles han cambiado verdes por rojos y amarillos. O cielo plomizo, frío, orbayo y que los árboles apenas tengan colores. En cualquiera de los dos casos, el resultado es el mismo: todos los años, a principios del otoño, hay un día en que sales de casa con guantes. Y seguirás haciéndolo durante los proximos seis meses, al menos. Hay un día en que miras el reloj: cinco de la tarde. Miras al cielo: noche. Noche que se alargará hasta que amanecer y atardecer se confundan. Cosas que pasan. . .
También puede pasar que te llamen del banco. Que te pregunten si has comprado ayer algo en Estados Unidos por valor de tres cientos cincuenta dólares. No, no he. . . Entonces te alegras que un desconocido en el banco se haya dado cuenta, de alguna forma misteriosa, de que otro desconocido te ha birlado los datos de tu tarjeta de crédito. Tarjeta cancelada, por suerte, antes de perder ni un duro. Sentimos las molestias, le enviaremos otra en una semana. Que pena que ocurra justo el día que sólo tienes diez coronas en el bolsillo. Cosas que pasan. . .
Hay una hoja de papel en la mesa del despacho. La dejé allí el viernes, esperando. Es una hoja blanca, común, tamaño A4. Tiene un gráfico en líneas finas, sin título ni leyendas, y un párrafo caligrafiado por mi mano. Es una hoja de viernes que espera a que la mire con ojos de lunes. Mañana decidiré si ese gráfico va a salvar el segundo artículo, y puede que el doctorado. Mañana decidiré si la dejo caer, como una más, sin arrugar ni rencor, en la caja de papel para reciclar. Una de las dos será. . . Cosas que pasan. . .
Mañana, lunes, primer día de la última semana de doctorado pagada. Cinco días para decidir si hay motivos para seguir trabajando un par de meses más. Cinco días. . . Y la libertad caerá como una losa. Uno puede subierse a ella con la libre de mirar al futuro en cualquier dirección. También puede aplastar a los incautos con el peso de la incertidumbre y levantar polvaredas de temores que cieguen los horizontes. Horizontes, ciegos o no, que desconozco si están más cercanos o lejanos que hace hace tres años; pero hoy, si mis ojos no me engañan, parecen más que entonces. Cosas que pasan. . .
Vanya, a las
17:08
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A ver si esta semana charlamos por el Skype y nos contamos. YO estaré conectado casi todo el rato a feisbuk, así que me pegas un toque y skypeamos.
ResponderEliminarBeijos nenita
Oka. Hablamos, nenita. Un abrazo.
ResponderEliminarMola el otoño aquí :-) Me gusta el fresquito que empieza a hacer. Lástima que me tenga que ir al desierto. :-P
ResponderEliminarSuerte con tu gráfica-artículo-tesis-libertad!! Es sólo otra etapa!
Gracias, y que usté lo pase bien por el desierto.
ResponderEliminarDios te guarde de los días claros y los horizontes despejados. Esta vida tiene la preciosa costumbre de ponerse dura y cuesta arriba de cuando en vez, para que nos toque demostrarle que merecemos estar en ella. En el fondo no es más que un precioso sistema incompatible indeterminado, con demasiadas incógnitas y pocas certezas, con más miedos que vergüenzas y por la que es imposible atravesarla sin mancharse las botas de barro.
ResponderEliminarAsi que demos las gracias al barro, al miedo y a la incognita, porque sin ellas la vida seria demasiado dulce, demasiado fácil, demasiado todo.
No te doy ánimos, no lo necesitas.
Gracias damos, la barro y a las incógnitas. Lo que no nos mata nos hace más fuertes. Y quiero creer que ahora soy más fuerte que hace tres años. Quiero pensar, y tengo buenos motivos para hacerlo, que la próxima entrada tendrá buenas noticias ;)
ResponderEliminarEso es, una etapa más y seguro que mejor que la anterior porque yo no me creo eso de que "cualquier tiempo pasado fué mejor", porque las botas viejas siempre son mas cómodas que las nuevas y las tuyas llevan unos cuantos km., porque sin duda eres mejor y mas fuerte que cuando iniciaste el camino, porque sigues empuñando las espada (un guerrero no se rinde), por mil cosas más...
ResponderEliminarpero en definitiva porque miras el futuro con optimismo y dicen que eso trae suerte y porque a lo largo del camino has ido haciendo un montón de amigos.
y ¡que diablos! porque TU lo vales.
Besinosssssssssss!!!!!!!!!!!
Que bien se le da a usté hacer de madre, madre ;)
ResponderEliminarReconozco perfectamente esos síntomas otoñales de los que hablas. También reconozco la sensación de encontrarse al final de un camino y tener que mirar en el mapa para decidir hacia adonde seguir.
ResponderEliminarPor el momento, tu mapa te ha funcionado muy bien y no veo por qué eso va a cambiar ahora. Mucho ánimo con lo que está por venir.
Eso será lo que tenga que hacer, mirar el mapa con calma y tranquilidad ;)
ResponderEliminarHoy me acorde de ti porque facture unas islandesas guapisimas y simpatiquisimas!! ;-)
ResponderEliminarAguanta el tiron, ya veras como todo sale bien. A los luchadores siempre les salen las cosas bien.
Que conste que quiero hablar contigo, pero no sé porqué no coincidimos en el tiempo!
ResponderEliminarMenos mal que te veo en nada!
Y cuando no les salen bien, Under, al menos duermen tranquilos. . . O eso dicen.
ResponderEliminarSi no coincidimos mañana, te llamo, Olatz :)