Hace unas semanas que Paco me pidió un favor. Me pidio que me sentara a escribir esto, o algo parecido, para que todos pudierais leerlo. He tardado más de lo que quería en hacerlo. El primer motivo es la disculpa barata: anduve liado, no encontré el momento, bla bla bla... El segundo es que soy un cabrón; no fue del todo premeditado, pero fue. Cuando un amigo me pide ayuda, acostumbro a sentir la obligación moral de echar una mano, sobre todo cuando él es el primero que da un paso para ayudarse a sí mismo, cuando predica con el ejemplo. Por eso, ahora que Paco ha hecho lo que también me pedía a mí, ya no me quedan más cojones que dejar las disculpas a un lado y seguir su ejemplo.
La historia ocurre en Luanda, o eso es lo que podría paracer a primera vista. Los detalles, si estáis interesados, mejor que os los cuenten sus protagonistas, que al fin y al cabo, a ellos es aquines les toca más los cojones la Situación de los Becarios ICEX en Luanda.
Una vez puestos en antecedentes, si habéis tenido la decencia de echarle un vistazo a los hechos, estoy seguro de que muchos os sentiréis tentados de pensar cosas como: Pues no me dan ninguna pena... Sarna con gusto no pica... Quién les manda meterse en esas historias... No querían aventura y lugares exóticos? Pues ahora que no se quejen... Uy, ya me gustaría a mí tener también todo eso que piden... O la peor de todas: En todos lados cuecen habas y cada uno se jode cuando le toca... Dejame que os diga, antes de que convirtáis la tención de pensar esas cosas en palabras que salgan de vuestra boca, o peor, de que os las creáis, que los motivos por los esas personas decidieron irse a Luanda son cosa suya y sólo suya, no hay ninguna clusula en su contrato que ponga que hacerlo por afán de aventura le de derecho al estado español a darles por el culo. A darles más, quiero decir, porque este tipo de contratos/beca, es otra forma más de contratación ilegal. Sí, sí, ilegal, por mucho que salgan en el BOE y esten aprovadas por el Ministro de turno. Este tipo de becas viven en un limbo al margen de la legislación laboral. Son un invento de las autoridades para conseguir mandar mano de obra barata, en condiciones precarias y con derechos miserables, a cualquier rincón del mundo donde los necesiten. Que sí, que sí, que ya sé que para eso no hace falta irse a Luanda, que es el pan nuestro de cada día en España, y ahí es a donde voy, a que lo peor de todo es que esto nos parezca normal, cotidano, que no nos extrañe, que nos importe una mierda.
Hemos crecido a la sombra de malnacidos y sinvergüenzas. Hemos visto a nuestros padres partirse el lomo para sacar adelante familias que bastante tenían con lo suyo como para preocuparse por las miserias de España. Hemos oído de boca de nuestros abuelos las cazicadas del cura, el alcalde o el hijo de puta con corbata que moviese el percal por aquel entonces. Tirando de este hilo se puede desvelar la historia de España. Por eso, lo que están viviendo estas personas en Luanda, no es una anécdota más, no es una nota de prensa en el telediario de las dos y media. Lo que vemos en Luanda es España, y tal vez, por estar allá lejos, en África, podamos verlo con mejor perspectiva. Es otro pedazo de, como dice Perez-Reverte, ese país de caines hijos de puta, maleados por sinvergüenzas y soplagaitas que duermen tranquilos gracias a las estadísticas. El embajador en Algola lo sabe, sabe que el precio de una vivienda digna en Luada no el precio medio que aparece en las esdísticas. El consejero, coordinador o lo que carajo sea, sabe que no es un lujo tener aire acondicionado en Luanda, sabe que puede suponer la diferencia entre que te pique un mosquito y la palmes de malaria jiñandote en sus muertos, o vuelvas a casa por Navidad. Y lo saben muchos compañeros de trabajo en Luanda. Y lo saben muchos en España. Y les importa a todos un carajo, porque los papeles oficiales de forman la España virtual, la del telediario, la del mitin preelectoral y el gran hermano parlamentario, ponen lo que les conviene. Saben que esos becarios sólo estarán un año, que son un problema temporal, como los contratos. Mejor dejar que el problema se pudra y para cuando los año que viene se den cuenta, volverá a darles igual. Volverán a irse a su casa satisfechos del deber cumplido, echarle un polvo al conyuje, cenar con sus retoños y jugar el papel progenitor modélico, persona de bien y españolita de pro.
Son esa buena gente, padres modelo y mejores amigos, los mismos que recalifican nuestros parques naturales en terreno edificable, los mismos que se cargan nuestros medios de subsistencia para llenarse los bolsillos, los mismos que desplifarran el dinero de nuestros impuestos en banquetes, inauguraciones y obras públicas inútiles para salir en la foto, los mismos que te hacen el gran favor de dejarte firmar una hipoteca a cincuenta años. Los mismos que juegan con las vidas de los becarios en Luanda. Otro ejemplo de lo que, a base de ser cotidiano, llega a parecernos normal. Otra historia, que tantas veces repetida, creemos forma parte del orden natural de las cosas, inevitable e inexorable. Si no fuese por un detalle, un detalle que muchos se cuidan muy bien de ocultar: detrás de todas esas historias, contratos, instituciones, cargos, hipotecas y alquileres hay nombres y apellidos. No son anónimos, los conocemos. Tienen los nombres y apellidos de cuarenta y cinco millones de españoles. Están los nombres y apellidos de los hijos de puta, de los que se joden, de los callan y consienten que les den por el culo. Están los nombres y apellidos de todos los que una vez pisaron esta perra España.
. . .
Muy bonito... Y ahora qué?
Pues vosotros no sé; pero a estos chavales de Luanda se lo voy a decir claro. Me parece muy bien que sigáis haciendo esfuerzos ingenuos por mejorar vuestra situación por medio de los cauces políticamente correctos; pero les va a dar igual. Les va a dar igual que empapeléis el ministerio con cartas de protesta; sobre todo si son de esas en las que váis pidiendo por favor, con la cabeza gacha y sin ánimo de molestar, lo que es vuestro por derecho. Les va a dar igual una nota de prensa de la que nadie se va a acordar dentro de dos días. No vais a conseguir nada apelando a sus buenas intenciones, a la justicia o a unas leyes hechas a la medida de vuestros orificios anales. Si de verdad queréis solucionar algo para vosotros y para los que vengan detrás, tenéis que convertir vuestro problema en el problema de los hijos de puta. Cómo? Pues así, a bote pronto, se me ocurre que si vuestro alojamiento no os parece digno... Idos a dormir al salón del embajador! Acampad en la cocina del consul! Llevaos el saco de dormir al dormitorio del consejero!!! Ya veréis como empiezan entereros, les aflora la vena compresiva y lo arreglan todo cagado hostias. Y tranquilos, no creo que la policía de Angola vaya a desalojaros de la Embajada. Uy, y si mandan al ejercito o a la benemérita, mejor, seguro que así saliis en el telediario.
Qué es más fácil de decir que de hacer? A mí me lo váis a contar...
Qué no hay que ser tan radicales? Pues sí, hay que serlo. Radical: perteneciente o relativo a la raiz; en este caso, del problema. Sí, radical, y a mucha honra.
Y por si a alguien le queda la duda: no, no soy tolerante. Hay opiniones que no respeto, actitudes que no consiento y acciones que no tolero. No, tampoco soy, demócrata. Que vaya a votar dos veces cada cuatro años la madre que los pario; a mí me gusta ejercer más a menudo mi derecho a decidir. Y ya puestos, libre me siento lo justito; desde que me fui de España un poco más.
Ya veis, no estoy de broma. Si de verdad estáis dispuestos a solucionar el problema, dadle con él en los morros a los responsables, dejad de jugar a ser los niños buenos, basta de suplicar por lo que es vuestro. Lo malo de querer jugar según las reglas, de seguir los cauces, de ser políticamente correctos, es que a los hijos de puta se la sudan las reglas, los cauces y sólo son correctos cuando les conviene. Así que, o lleváis el conflicto a vuestro terreno, al personal, al cara, a donde no se puedan esconder detrás del cargo o la institución, o estáis jodidos, porque ellos siempre hacen trampas. Dejad de ser una esdística sobre papeles que deambulan por los despachos, convertiros en personas de carne y hueso, con nombres y apellidos, a las que les de miedo mirar a los ojos.
Lo digo por experiencia. Por la de haber luchado. Por la de haber perdido. Y por la de haber ganado...
joder tio cualquiera sale de marcha contigo,neno el dance te altera,menuda tralla que has soltado,despues de una noche de alcohol y baile rock.Pero aun y toda esa mierda que dices,que es jodidamente verdad,me encanta mi puto pais,sus gentes,su comida,su clima y muchas cosas mas que estos encantadores daneses con todas sus cosas no tienen,ni tendran nunca
ResponderEliminar:-)
nacho
Jodo, Iván como estás! Pero yo ue te voy a contar. Ya sabes mi opinión de España y, como también sabrás, estoy de acuerdo contigo. Que yo soy becario Icex y bien sabes como es la situeción oida por mi boca. También tengo que decir que el becario del año pasado en Luanda es colega mío y no está de acuerdo con lo que dicen los becarios. ES duro, es un país muy duro, pero no lo puedes juzgar como si estuvieras en Europa. Es un mundo completamente diferente. Enfin, lo que hay!! " semanas pa estar de vuelta!!!
ResponderEliminarNacho, no se debe al baile, que fue poco, ni al alcohol que fue menos... Y sí, a mí también me encantan las Españas, por eso me tocan los güevos los cantamañanas que siguen cargándoselas.
ResponderEliminarVitor, mi conocimiento de lo que pasa en Luanda y de las personas implicadas no va más allá de los artículos que reseño, por eso no he querido entrar a valorar el problema en sus detalles concretos, sino enmarcarlo en un contexto que conozco mejor: la perra España. Y porque además me temo, ojalá me equivoque, que esta pataleta de los ICEX, con motivo o sin ella, tanto da, no va a pasar de eso: de una pataleta. Dentro de unos meses será a ellos a los primeros que les importe una mierda. Como mucho, habrán logrado una solución parcial, un parche, una palmadita en la espalda y todos contentos, sin haber llegado a la raiz del problema. Ojala me equivoque, repito. Ojala que si no logran siquiera ese parche, eso no sirva para reafirmarlos en esa fantasia popular de que no sólo no merece la pena combiar nada, sino que además no se puede... La mejor manera de derrotar a alguien es hacerle creer no puede ganar.
me lo recuerda Don Arturo casi todos los fines de semana... y vosotros hoy...
ResponderEliminarDe lo que fuimos a lo que somos... gracias a la pila de hijos de puta y chupatintas que nos gobiernan "por el bien de los ciudadanos"...
Pero lo peor de todo esto es el conformismo que ésto ha creado y que se expande como una plaga, y tristemente, en su mayoría entre nosotros "los jóvenes".
No os conforméis, NUNCA. Ya sabéis, espada, o daga en mano, pero no os conforméis, sino luchad.
pd: Para los becarios del ICEX en Luanda todo mi apoyo y mi ánimo en vuestra lucha por lo que es vuestro.
Jovenes!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarA las armas!!!!!!!!!!!!!!
Pero no a las que disparan balas, sinó razones.
Porque la facultad de cambiar esta puta España es vuestra.
Dura tarea, lo sé. Pero no imposible. Vosotros podeis.
O al menos con esa intención os educamos, ya que nosotros teniamos bastante con la tarea de educaros y sacaros adelante con el panorama que nos habian dejado.
y os aseguro que tampoco fué fácil.
ANIMO Y A POR ELLOS!!!!!!!!!!!
Su reinado está llegando a su fin.
TOMAD EL RELEVO DE UNA VEZ!!!
wow tío, si que te has explayado. Gracias por hacerte eco aunque si te digo la verdad yo no veo las cosas tan chungas, evidentemente hay casos (ICEX y 50.000 más), situaciones que deberían mejorar y cosas que apestan pero el mundo ideal no existe, ni en España ni en ningún lado. Bueno, quizás los daneses están un poco más cerquita ;-) Un abrazo!
ResponderEliminarMamaaaá, mira que te tengo dicho que no me seas aberzale... Y además, no es sólo cosa de "los jóvenes", los demás tampoco pueden convertirse en esa horda de corformistas que dice Vero, esa masa muerta que sólo ayuda a que todo siga como está. Uno de los grandes males de España es que nos creemos que después de la transición ya esta todo hecho. Pues no, no basta con luchar por algo, luego hay que seguir haciéndolo para mejorarlo.
ResponderEliminarGracias tí, Paco, por el voto de confiancia y dejarme aportar mi granito de arena.
Oleeeee!!! Ese es el Pisku que yo conozco!!!! :-)
ResponderEliminarLos responsables siempre tienen nombres y apellidos, y es nuestra la tarea de exigirles responsabilidades. Al nivel que sea, en la institución que sea. Debemos ser exigentes con la labor de la gente que tiene el poder, tanto político como económico. Pero aquí parece que nunca pasa nada... que si fulanito la caga no es necesario que fulanito dimita...
En este país de expoliadores la gente defiende sus ideas políticas igual que defienden a su equipo de fútbol... este es un país de "los míos" contra "los otros", ¿y por qué? Coño, pues porque son los míos de toda la vida y no me voy a arriesgar a que me confundan con uno de los otros. El que dijo lo de las dos Españas se merecía la jubilación (osea, disfrutar de por vida del júbilo de no tener que trabajar para comer): ningún análisis más certero.
Necesitamos más compromiso, individual y colectivo. Individualmente no debemos ser "flojos de mente". Debemos autoeducarnos en que nuestra responsbilidad en las cosas es nuestra. Lo que no hagamos nosotros nadie va a venir a hacerlo por nosotros.
Para aprovechar la ventaja del número sólo nos queda unirnos. ¿Que los partidos políticos son maquinaria para perpetuarse a sí mismos en el poder? Exijámosles responsabilidades, desde dentro o desde fuera, desde la política o desde asociaciones ciudadanas. Mis vecinos y yo tenemos más fuerza que yo sólo. Mis vecinos y los del pueblo de al lado, más que nosotros solos. Y si no tenemos más fuerza, al menos armaremos más jaleo, eso seguro.
Y recordemos que los medios no están ahí sólo para dirigir opiniones... también lo están para que no se olviden las cosas que se hacen y se dicen. Para que quede constancia.
En fin, Pisku, me alegro de haber leído este post :-) Veo que aunque estés por Dinamarca y hayan pasado unos años, el melenas que entraba gritando en la clase de los pardillos de primero sigue disfrutando de buena salud.
Un abrazo.
Marcos (kinos)
Coño, Kinos, merci!
ResponderEliminarCuando escribí esta entrada me quedé con la sensación de que me dejaba algo, de que no estaba todo lo claro que me gustaría. Gracias por añadir lo que faltaba :)
Esto otro define mejor España....
ResponderEliminarVERSIÓN CLÁSICA
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo,
bailando y jugando.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene
todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra tiritando, sin comida y sin cobijo, muere de frio.
FIN
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VERSIÓN ESPAÑOLA
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo,
bailando y jugando.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene
todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra tiritando organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por
qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida cuando quiere, cuando hay
otros, con menos suerte que ella, que tienen frio y hambre.
La televisión organiza un programa en vivo en el que la cigarra sale pasando
frio y calamidades y a la vez muestran extractos del video de la hormiga
bien calentita en su casa y con la mesa llena de comida.
Los españoles se sorprenden de que en un pais tan moderno como el suyo dejen
sufrir a la pobre cigarra mientras que hay otros viven en la abundancia.
Las asociaciones contra la pobreza se manifiestan delante de la casa de la
hormiga.
Los periodistas organizan una serie de artículos en los que cuestionan como
la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra e instan al gobierno a
que aumente los impuestos de la hormiga de forma que estas puedan vivir
mejor.
Respondiendo a las encuestas de opinión, el gobierno elabora una ley sobre
la igualdad económica y una ley con caracter retroactivo,
antidiscriminación.
Los impuestos de la hormiga han aumentado y además le llega una multa porque
no contrató a la cigarra como ayudante en verano.
Las autoridades embargan la casa de la hormiga, ya que esta no tiene
suficiente dinero para pagar la multa y los impuestos.
La hormiga se va de España y se instala con éxito en Suiza.
La televisión hace un reportaje donde sale la cigarra con sobrepeso, ya que
se ha comido casi todo lo que habia mucho antes de que llegue la
primavera...
La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras
y se deteriora al no hacer su inquilino nada para mantenerla en buen estado.
Al gobierno se le reprocha no poner los medios necesarios. Una comisión de
investigación que costará 10 millones de Euros se pone en marcha.
Entretanto la cigarra muere de una sobredosis.
La Ser y TVE comentan el fracaso del gobierno para intentar corregir el
problema de las desigualdades sociales.
La casa es ocupada por una banda de arañas inmigrantes.
El gobierno se felicita por la diversidad cultural de España.
FIN
La ser y tve comentan el fracaso del gobierno?? jajajaja eso no se lo cree nadie
ResponderEliminarMenuda fábula más facha esa de la hormiga y la cigarra modificada. Por todos los lados hay prejuicios y tópicos sobre la izquierda.
ResponderEliminarMmm... Creo que no estoy del todo de acuerdo con la fábula. Está basada en los valores del "buen chico trabajador". Se bueno, trabaja, haz lo que te dicen, no te metas en jaleos y tendrás tu recompensa... Mentira, mentira, mentira!!! Pero si consiguen que te lo creas te tendrán como te quieren, domesticado.
ResponderEliminar"La mayor parte de la civilización está basada en la cobardía. Es tan fácil civilizar enseñando cobardía. Aplacas los criterios que podrían conducir a la valentía. Restringes las voluntades. Regulas los apetitos. Vallas los horizontes. Haces una ley para cada movimiento. Niegas la existencia del caos. Incluso enseñas a los niños a respirar despacio. Domesticas."
- Frank Herbert.