Miércoles. Sonrisa traviesa. Ojillos marrones. La mini-vikinga sabe que soy más fácil de despertar que la vikinga. Sentada en mi antebrazo, me abraza el cuello camino a la cocina. Tostadas, mantequilla, mermelada y leche. Buenos días. Jueves. Palabras a la luz de las velas. Un rotulador esboza paisajes en mi espalda desnuda. Hablamos de dinero, agujas y tinta. Tinta. Tinta sobre un papel. Viernes. Mi firma en un contrato. Trabajo para seis semanas. Gracias, Negro. Sábado. ¿Y cómo es posible que brille el sol si acabo de ver como se alejaba en un tren? Vinieron para tres días. Nos quedamos toda la semana. Hola, domingo. Sigue brillando. En el cementerio. Sobre una rayuela. Habrá que jugar.Imagen: Play! de Kim Dalby, nuestra Auzzie favorita.
Ey!!! Me alegro por lo del contrato, aunque sean sólo 6 semanas.
ResponderEliminarQué hay de lo del martes? Ya hubo respuesta? O se va a volver a demorar la cosa?.
Seguro que sigues vivo???... tanta Valkiria, no se yo... ;) Me alegro de que vayan así de bien las cosas.
Tinta? Qué es!??!?!, qué es!??!?!, qué es!?!??!
Y sí... el sol brilla... para que puedas ver cómo se va el tren en el que, seguro, vuelve(n).
Al fin y al cabo, sabes cual es el mecanismo de la rayuela, no? Siempre hacia adelante; llevando el alma hacia el cielo desde el purgatorio sin dejar que caiga en los infiernos.
Accidental, o bien hilado? Confiesa, hereje! :P
Pues no, no habido respuesta, y dudo que la haya. La tinta aún no es nada; habrá que esperar a tener dinero y redaños. Y cuanto a la rayuela, como dijo Gaiman: "Nunca confies en el narrador. Confía sólo en la historia." :p
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