martes, 21 de noviembre de 2006

La lluvia de otoño templa el acero

Orbaya. Lleva todo el día haciéndolo. Una lluvia fina, suave, pausada que no se ve a menudo en Dinamarca. Hoy no sopla el viento suficiente para llevarse estas nubes bajas, grises y pesadas que tantas veces he visto en Asturias, atrapadas durante días entre el Cantábrico y los Picos. Un día encantador de noviembre, todo parece ocurrir más despacio, adormecido y húmedo de orbayo.

En las últimas semanas la ciudad ha ido perdiendo los colores del otoño. Los ocres, amarillos y naranjas alfombran ahora las aceras. Los arboles, grandes y majestuosos que guardan esta ciudad, son ahora almas desnudas que se dejan abrazar por el viento helado del atardecer. En noviembre sólo existen atardeceres y noches, plagados por millones de luces meláncólicas que se multiplican en los pavimentos húmedos, en los ojos tristes de estas niñas tan bonitas.

Es una tristeza insidiosa. Se te acerca sin que te des cuenta. Te la contagian los ojos grises; como el cielo, sólo son azules en verano. Te adormece. Te susurra que abandones tú también los colores del calor. Te desnuda el alma. Te obliga a mirarte las miserias y los errores. Surge de tus sombras el viento helado. Tienes que abrazarlo y bailar con él. Seguir moviéndote para poder devolver las sonrisas. Para que las luces bohemias intercambien sombras con luces. Para despertar viendo la mañana otra vez hermosa; sabiendo, que la noche fue preciosa.

6 comentarios:

  1. La verdad ye ke me suena dicho post. Cuando uno curra de sol a sol en un taller ye facil imaginar tus palabras, llegado el invierno nun ves la luz del sol en meses, salvo un poco algun fin de semana, claro ke pa eso tenemos al señor del time y nos odsequia unes lluvies o en su defecto unes nubes negrones. el azul cielo siempre esta en el alma de alguien, en una sonrisa perdida o en el fuego interior ke te hace seguir luchando cuando todo parece perdido

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  2. "Gijon tiene una luz especial cuando llueve" ( Garci ). Una pena que en CPH no disfuteis de esa luz, pero teneis otras y tu ya me entiendes. Por lo demas tiene que haber invierno para que haya verano, ying y yang, bla, bla, bla....que si que una putada que sea invierno, vamos.

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  3. He tenido que buscar orbaya en la RAE.

    Aquí también, desde hace un par de días. Sensación de tiempo detenido.

    Sí que hay algo de triste en el otoño, gris en los árboles y en los ojos. Pero esa tristeza te hace acaso un poquito más lúcido.

    Creo que hay algo en tu post otoñal que no pusiste. Algo que tal vez influye en la sensación de melancolía. Se acerca época de cerrar las cuentas y hacer balance. Apenas un mes, empieza adviento, la cuenta atrás. Releer los propósitos de año nuevo y evaluar. Feedback, lo llaman. Templar el acero, pones tú. Comprobar y engrasar las piezas de la armadura, y ajustar los cierres del corpiño (que guarda una daga). Las miserias y los errores, pones, y lo bueno, lo malo, los logros, los fracasos...

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  4. No me malinterpretéis, si en el fondo el otoño siempre me ha gustado, y aquí es más otoño que nunca.

    El problema es que cierto, la falta de luz afecta al caracter. Te va entristeciendo poco a poco. Tienes que andarte con cuidado, a la que te despistas se vuelve todo sombrío. Pero sabiéndolo, conociendo el peligro, disfrutas del encanto bohemio que lo envuelve todo, de las penumbras que esconden esta ciudad mágica.

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  5. Creo que alguna vez escribí de Dinamarca, que el invierno me hacía bailar con los árboles. Recuerdo aquellas tardes en la sala de ordenadores de la facultad de economía, eran sólo las 4 pero ya era casi de noche. Mirando por la ventana y pensando que qué hacía allí, tan lejos, y sin embargo tan a gusto.

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  6. Siempre me ha encantado el otoño, su halo de melancolía, de cambio, casi siempre nos anuncia algo nuevo...
    Pues este año, nada... ni otoño, ni frío, ni lluvia ni nada... así que ni melancolía, ni cambio, ni leches en vinagre... De hecho, os suena que haya habiado sequía en Santander alguna vez en vuestra vida? a mi no, y soy de aquí... Pues hasta esta semana pasada, ha habido sequía. Y nada, ha llovido 2 dias (a rabiar, eso sí) y para de contar...
    Bueno, y del frío ni hablemos, porque todavía no he sacado un abrigo ni cazadora del armario...
    El caso, que no sé si os poneis en situación, que esto es raro de narices.
    Íván viviendo el otoño más "otoño" de toda su vida, y yo aquí, viviendo el menos "otoño" de la mía...
    Curioso, muy curioso...

    Un besote para todos.

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