lunes, 17 de octubre de 2011

Yeongan 2011: "I give up, guys…"

A las palabras que dijo Alonso por la radio a dos vueltas del final del Gran Premio de Corea se les está dando mucho bombo y platillo. Sospecho que no tanto por su significado como por lo insólito, nadie esperaba oír a Fernando decir algo así, o por el significado que se les puede dar sacadas de contexto.

"I give up, guys…"Me rindo, chicos…

No quiero alimentar la polémica, ni llevarme las manos a la cabeza por tres palabras dichas tras media carrera atrapado en el tráfico y, la otra media, haciendo vuelta tras vuelta a ritmo de clasificación. Fernando encadenó vuelta rápida tras vuelta rápida para recuperar el tiempo perdido. Su ingeniero de pista le gritaba que empujase un poco más en cada giro, jugándosela con unas gomas que iban a menos. Todo, para llegar a la estela de Button a dos vueltas del final, ya sin tiempo ni neumáticos para intentar un adelantamiento. Frustración sería la palabra para definir cómo se debió de sentir Alonso. Sensatez la que le hizo tomar la decisión; mejor quinto que contra el muro. Y ambas, frustración y sensatez, las que le hicieron decir lo que dijo.

Mi interés en las palabras de Alonso van más allá de la carrera del domingo. Esas palabras me hacen pensar en todo lo que ha pasado Ferrari esta temporada: los problemas con el túnel de viento, con los neumáticos, con esa lluvia que casi siempre llegaba, como el coche de seguridad, en los momentos más inoportunos. Ferrari ha cometido errores esta temporada, pero la fortuna tampoco les ha sonreído a menudo. Tal vez las palabras de Alonso fueron más fruto de las frustraciones de toda la temporada que de este domingo. Una temporada que ha sido como la carrera coreana: la primera mitad atrapados por los errores propios y la mala fortuna; la segunda, con el acelerador a fondo. Todo, para terminar descubriendo que has llegado demasiado tarde para luchar por la victoria.

Siendo honesto y sensato, no puedo criticar criticar las palabras de Alonso el domingo, ni la labor de Ferrari este año. Todo lo contrario, debo alabar las veinte vueltas espectaculares, yendo a por todas con el cuchillo entre los dientes, y el espíritu incansable dentro de Maranello, dándolo todo por mejorar el coche carrera tras carrera. Sólo al final, cuando ya no había opciones de adelantar a Button y Webber para subirse al podium, sólo cuando las matemáticas confirmaron que milagro de luchar por el campeonato era imposible, sólo entonces, Alonso y Ferrari se han rendido. Si es que a luchar hasta último aliento sin empeñarse en pelear batallas perdidas se le puede llamar rendirse&hellip

Tal vez cuando escuchamos palabras como esas, "I give up, guys…", y las ponemos en contexto, podemos empezar a entender la magia del tandem Alonso-Ferrari. Porqué Alonso se ha sentido como en casa desde el primer día y porqué Ferrari le quiere a toda costa (le han renovado el contrato hasta el 2016). Porque a ambos los alienta el mismo espíritu, ambos piensan sólo en una cosa: la victoria. Y para ganar hay que luchar hasta el final, pero también hay días para saber reconocer dónde está el final y guardarse las fuerzas para seguir luchando y ganando mañana.


Imágenes: Autosport.com.

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