Sacar una foto decente cada día. Uno de mis pocos propósitos que me hice durante los quince días que estuve en España.Gracias a todos los que me amenizasteis la visita y perdón a quienes no tuve el humor para compartir un rato, esta vez fui con las baterías a media carga. No os entretengo más. Aquí están las fotos:
La espera.
Lunes 19. Aeropuerto de Barajas, T4. Los aeropuertos son limbos entre dos vidas.
Lo que el gato ve.
Martes 20. Ratas, estoy casi seguro de que este gato ve una rata.
Las brumas de San Lorenzo.
Miércoles 21. Arenal de San Lorenzo, Gijón. Dijo Neal Gaiman, que a ciertas horas, con ciertas brumas, Gijón parace sacada de un cuento de hadas. Y si alguien sabe de hadas es el Sr. Gaiman.
Luces de Gijón.
Jueves 22. Paseo del Muro, Gijón. Hay farolas con nombre de cuidad y ciudades con luces propias.
Café Bukowsky.
Viernes 23. Café Bukowsky, Donosti, ese lugar donde los roscos están duros, pero te puedes comer unas doradas al horno escandalosas. La escena y el sitio bien podrían estar sacados de algún libro suyo.
Recién casados.
Sábado 24. Una sala de banquetes en Madrid. Él las sostiene a ellas, y juntos una promesa. Mis mejores deseos a ambos.
Ancha es Castilla.
Domingo 25. Anochece al norte de Guadarrama. Depósito lleno y cuatrocientos kilómetros por delante.
Las aguas de San Pedro.
Lunes 26. Iglesia de San Pedro, Gijón. Aunque pudiere no parecerlo, para un servidor lo más importante de esta escena siempre será el horizonte.
La mirada del tigre.
Martes 27. En La Calzada, bajo un puente para príncipes, no encontré vagabundos sino artistas.
Bufonaes.
Miércoles 28. Centro municipal del Llano. Una tarde de teatro amateur y familiar. Todos mis respetos para los actores; al guionista, ¡qué le corten la cabeza!
Cinco y el sol.
Jueves 29. Bahía de poniente, Gijón. Mientras haya muchachos que se detengan a contemplar una puesta del sol, habrá esperanza.
Pasarela al infinito.
Viernes 30. Entre dos barrios de Gijón, sobre ferrocarriles y autopistas, este puente que oscila con el viento y los pasos, me ha llevado y traído de tantos, tantos momentos.
Elogios al horizonte.
Sábado 1. Cerro de Santa Catalina, Gijón. Por suerte o por desgracia, icono de la cuidad; a gusto o disgusto, pero nunca indiferente.
Estrellas de oro líquido.
Domingo 2. Villarroyo, un lugar al que para llegar hay que perderse. Parrillada, embutido, pimientos, tortillas, amigos y sidra para celebrar que no nos vemos tan a menudo como nos gustaría.
Lunes 19. Aeropuerto de Barajas, T4. Los aeropuertos son limbos entre dos vidas.
Martes 20. Ratas, estoy casi seguro de que este gato ve una rata.
Miércoles 21. Arenal de San Lorenzo, Gijón. Dijo Neal Gaiman, que a ciertas horas, con ciertas brumas, Gijón parace sacada de un cuento de hadas. Y si alguien sabe de hadas es el Sr. Gaiman.
Jueves 22. Paseo del Muro, Gijón. Hay farolas con nombre de cuidad y ciudades con luces propias.
Viernes 23. Café Bukowsky, Donosti, ese lugar donde los roscos están duros, pero te puedes comer unas doradas al horno escandalosas. La escena y el sitio bien podrían estar sacados de algún libro suyo.
Sábado 24. Una sala de banquetes en Madrid. Él las sostiene a ellas, y juntos una promesa. Mis mejores deseos a ambos.
Domingo 25. Anochece al norte de Guadarrama. Depósito lleno y cuatrocientos kilómetros por delante.
Lunes 26. Iglesia de San Pedro, Gijón. Aunque pudiere no parecerlo, para un servidor lo más importante de esta escena siempre será el horizonte.
Martes 27. En La Calzada, bajo un puente para príncipes, no encontré vagabundos sino artistas.
Miércoles 28. Centro municipal del Llano. Una tarde de teatro amateur y familiar. Todos mis respetos para los actores; al guionista, ¡qué le corten la cabeza!
Jueves 29. Bahía de poniente, Gijón. Mientras haya muchachos que se detengan a contemplar una puesta del sol, habrá esperanza.
Viernes 30. Entre dos barrios de Gijón, sobre ferrocarriles y autopistas, este puente que oscila con el viento y los pasos, me ha llevado y traído de tantos, tantos momentos.
Sábado 1. Cerro de Santa Catalina, Gijón. Por suerte o por desgracia, icono de la cuidad; a gusto o disgusto, pero nunca indiferente.
Domingo 2. Villarroyo, un lugar al que para llegar hay que perderse. Parrillada, embutido, pimientos, tortillas, amigos y sidra para celebrar que no nos vemos tan a menudo como nos gustaría.
Lunes 3 (o no). De nuevo San Lorenzo, Gijón. Para no olvidarme de que un día fue verano.
Para quienes quieran ver las fotos en grande y de seguido, aquí os dejo el enlace a la galería en Picasa. Le dais al Slideshow, o como se diga en castellano y a disfrutar:
15 días 15 fotos
La foto de la sidra es sencillamente fantástica. La quiero para mi!
ResponderEliminarSus deseos son órdenes, caballero.
ResponderEliminarMe encantan las fotos, buena composición ... ¿qué cámara has utilizado? (estoy pensando en comprarme una)
ResponderEliminarLifes
Gracias :)
ResponderEliminarUso algo muy sencillito: Nikon D40 con un 18-55mm (algún día caerá en mis manos ese 18-200mm ;). Ese modelo ya no se fabrica; pero si eres fan the Nikon (y si no, deberías), échale un vistazo al blog the Ken Rockwell (http://www.kenrockwell.com/) para ver que modelo te puede interesar más.
Mooooolaaaaaaaa. La mejor la de la sidra sin lugar a dudas..... y no solo por la foto sino por todo su significado
ResponderEliminarPues sí neno, cuanto más miro esa foto más me gusta... Los hay que tienen mano echando sidra ;)
ResponderEliminarcopiaaaaaaaaaaaaaaaaaa please
ResponderEliminarHecho ;)
ResponderEliminarUy, uy, uy, la eterna rivalidad Nikon vs. Canon. Mi primera cámara (hace mil años y de las malas) fue Nikon y sigo diciendo que fue mi "mejor" cámara. Por los colores, la nitidez, no sé, algo tenía...pero luego llegaron las digitales y parece que todo el mundo se pone de acuerdo en que Canon le lleva la delantera, así que pregunta del millón ¿Por qué Nikon? (tus razones, claro está)
ResponderEliminarlifes
Jeje... No me voy a poner a dar datos técnicos, que eso lo hace el Sr. Rockwell, y muchos otros expertos por ahí, mejor que un servidor; pero lo que sí parece cierto es que, hablando de cámaras compactas, Canon le lleva ventaja Nikon y, en los últimos años, parece que Panasonic les está comiendo la tostada a ambos. Ahora, en cuestión de reflex, los números cantan. Si bien en los modelos de alta gama, las diferencias son tan pequeñas que casi es cuestión de prioridades personales, en reflex de gama media y baja, la diferencia se nota: Canon fabrica barato mientras que Nikon se empeña en mantener la calidad y rendimiento de sus productos. La diferencia suele estar sobre todo en las lentes, en cuanto a nitidez y luminosidad, las de Nikon no tienen rival; aunque en muchas ocasiones, ni tú ni yo nos íbamos a dar cuenta de la diferencia, en otras, sí que se agradece que las Nikon mantengan una respuesta lineal y uniforme en todo de su rango de uso. Por lo demás pocas veces he puesto mis manos en una Canon, pero siempre me da la sensación de que los controles de las Nikon son más agradables e intuitivos además de ser más ergonómicos. Incluso con mi D40, que es pequeña y debería resultar difícil de agarrar con firmeza, puedes caminar o correr sujetándola con una mano durante horas, sin que se muevan o deslicen los dedos y sin necesidad de hacer presión.
ResponderEliminarAún así, te recomiendo que primero decidas qué uso le vas a dar a la cámara y cuánto te quieres gastar. Y luego, que selecciones el rango de modelos y los compares uno por uno. Aunque en general Nikon es mejor que Canon en reflex, y Canon mejor que Nikon en compactas, a veces, en modelos concretos, te puedes llevar sopresas, como la presuntamente desastrosa D5000 de Nikon, que, dicho sea de paso, por suerte no mantuvieron mucho tiempo en el mercado...
Me gusta la respuesta y debo decirte que me gusta que de repente vuelva a considerar Nikon y que voy a investigar más el tema. Siempre me ha gustado más Nikon, supongo por la primera experiencia que tuve y que luego al pasarme a Canon con cámaras supuestamente mejores, me resultó un poco decepcionante. Pero claro, nada tienen que ver las cámaras que tenía entonces con la que quiero ahora (compacta vs réflex). El año pasado estuve bicheando con una Canon réflex de un amigo, y si no recuerdo mal mi hermano tiene una Nikon, ni idea del modelo, pero creo que me servirá para saber si las sensaciones son buenas. En cuanto a tecnicismos y modelos me pondré a investigar.
ResponderEliminarDe todas formas, al ser mi primera réflex tampoco tiene sentido tener un maquinón, porque lo primero es saber sacarle partido a la cámara y probar y a partir de ahí definir qué es lo que necesito en el futuro. Últimamente he visto un poco la moda esta de tener súper máquinas réflex para que luego la gente la utilice en modo automático (!!!!!)....para eso no te gastas 600€+!!
Bueno, gracias por la respuesta btw!
Lifes
De nada, un placer serte de ayuda :) Lo que me cuentas es justo lo que me pasó a mí. Quería una reflex para empezar a jugar, así que, después de mucho mirar y preguntar, me decidí por el modelo más básico de Nikon, que además resultaba tener mejores críticas que cámaras mucho más caras. Además, con las reflex, hay que tener en cuenta que lo importante no es la cámara (el cuerpo), sino las lentes. Por eso, para empezar, creo que es mejor idea hacerse con un cuerpo básico y decente, una lente versátil e ir ampliando la colección de lentes que, tratándolas con cuidado, son para toda la vida y se ajustan a cualquier otro cuerpo de la misma marca que pudieras comprar en el futuro si la fotografía te sigue interesando.
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