lunes, 6 de septiembre de 2010

El oso panda dormita entre el bambú y no ha desayunado



¿Por qué sale uno a correr a las once de la noche?

Un par de horas después de haber cenado. ¿Por qué decide uno salir de casa? Después de haberse pasado todo el día delante de la pantalla, trabajando o pretendiéndolo. ¿Por qué de noche cuando a brillado el sol todo el día?

Hay muchas respuestas. Las sé todas. Y ninguna es cierta.

Uno sale a correr con la esperanza de alcanzar un día que se escapa. Uno corre huyendo de la falsa calma. De la rutina engañosa donde todo parece progresar adecuadamente. Donde cada día avanza convencido hacia el punto final. Avanzar hacia el final está bien y lo justifica todo. Finalidad, excepto por un pequeño detalle: no hay final, sino otro principio.

Uno corre mientras las promesas se evaporan. Huye asustado de la rutina resquebrajada por la que asoma el futuro. La incertidumbre. El acantilado. Uno mismo. Y allá a donde corra, uno sólo encuentra lo que lleva consigo. Las preguntas y las respuestas. Aclaradas bajo el agua tibia, desaparecen por el sumidero de la ducha. Frente al espejo, empañan la mirada.

Corre para fregar los pulmones con aire fresco. Limpiar del cerebro las habitaciones cerradas. Corre porque sí. Y vuelve a casa con las manos vacías. Vacías de letras que van derramándose sobre la pantalla. Otra vez la pantalla. . . Y mañana, despertará otra vez la rutina autojustificada, satisfecha de seguir avanzando hacia el final.

Y allí, aquí, sentados estarán todos. El que fue a correr. Y el que volvió. El que seguirá escondido tras las rutina. Y el que mira a través de la finalidad. El que se ríe de todos ellos. El contempla el acantilado y quiere saltar. Los que saldrán corriendo; uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda. El que dará media vuelta. El que bajará trepando a esperar un barco en la orilla. El encontrará escusas para no nadar. Su peor enemigo. Y su mejor amigo. La única persona de la que no puede huir. Y la que más le cuesta encontrar. . .

9 comentarios:

  1. Anónimo7/9/10, 9:41

    Debe ser una de las entradas que he leído de tu blog que más me ha gustado, es que me siento identificada.

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  2. Uy, pues eso has de hacértelo mirar. Porque no sé lo bueno que será que te identifiques con ciertas cosas. . . Gracias ;)

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  3. Me gusta especialmente el final.
    Me has creado desasosiego...
    voy a tomarme un café ;P

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  4. Vaya, no era mi intención. . . O quizá sí. . . :p

    Que aproveche ese café.

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  5. Joe!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    No puedo decir que me guste especialmente ninguno de estos personajes pero me gusta el conjunto.
    Espero que cada uno de ellos sepa imponerse en el monento justo, sin deshechar el resto pero relegándolos en el tiempo hasta que cada cual tenga que salir a escena.
    Mas que nada porque si todos hablan a la vez no se entiende a ninguno.
    Asi que calma y tranquilidad que lo que ha de ser será.
    Muak.

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  6. A mí también me ha causado desasosiego, quizás porque sé demasiado bien de lo que hablas...

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  7. Así me gusta, señora, usté siga haciendo de madre, que es lo que mejor se le de ;)

    Quizá, Viajera, quizá lo sabes mejor incluso que un servidor. . .

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  8. ... para alcanzarse a sí mismo.
    (Buen post... me sumo a las felicitaciones. De todas formas, para mi no es el mejor, lo cual es doble felicitación)

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  9. Jajajajaja. . . Dobles gracias, entonces :)

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