jueves, 27 de mayo de 2010

Casi, casi, casi.

Vaya, qué raro estar sentado delante del ordenador escribiendo. Como la mayor parte del tiempo en que he estado despierto durante las dos últimas semanas. Escribir. Corregir. Reescribir. Revisar. Cambiar. Volver a escribir. Están siendo días largos. Desde me levanto, hasta las ocho, las nueve, las once o la una y media de la mañana, como el jueves pasado. Los fines de semana, descansado lo justo.

La semana pasada fue un pequeño infierno. El plan saltaba por los aires todos los días, todo era un esfuerzo frustrante, acumulaba retrasos sobre retrasos, cual aerolínea. Ésta hemos ido recuperando, poco a poco, paso a paso, hora a hora. Dudo que lo vaya a conseguir; pero eso no me enturbia la sonrisa de satisfacción. El objetivo era tener el primer borrador de la tesis terminado mañana. Y queda poco, poquísimo comparado con hace quince días. Aún así, ese poco va a ser mucho para un sólo día. Habrá que esperar al sábado, el domingo o el lunes; pero ya da igual. Está hecha. Bueno, hecha hasta que la coja mi jefa y ponga todo patas arriba otra vez. . . Eeeehh. . . Por esa historia ya me preocuparé cuando toque. Ahora hay que seguir centrado, sin perder de vista el objetivo.

Estoy cansado; pero es reconfortante, satisfactorio comprobar que sigo siendo capaz de hacerlo cuando es necesario o, mejor dicho, cuando se me mete entre ceja y ceja; ya podía ser igual para otros asuntos y asuntas. . . Ejem. . . Horas y horas de trabajo, salpicadas con horas de entrenamiento para despejar la cabeza. Han ido fluyendo con más facilidad de la esperada; ayuda que los días empiecen a ser tan largos. Anochece pasadas las diez, a las ocho hay luz a raudales y no da la sensación de que uno lleve currando todo el día. Amaneciendo a eso de las cuatro de la mañana, uno se levanta alegre después de dormir unas horas al sol, como si echase una siesta de domingo todas las mañanas. Justo lo que voy ha hacer ahora: ir a echar la siesta. El objetivo de mañana es lo imposible. . . ¡Vaaamos!!!


P.S.- No, no fue despiste o casualidad. La "Frase de la semana" pasada se quedó una semana de más. La necesitaba ahí. Necesitaba recordarme casi cada minuto que perder el tiempo cabreardo no era lujo a mi alcance. Y, aunque lo hubiera sido, era y es inútil.



Imagen: Viñeta de Northlanders, la serie de Brian Wood a la que me he enganchado.

6 comentarios:

  1. No, si todavía acabarás leyendo antes que yo!
    Que no decaiga... que cuando se frena, luego cuesta remontarlo.

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  2. Las asuntas a veces son jodías, pero oye, todo es proponérselo. :-)

    Y en cuanto tengas el borrador, y lo entregues tienes el 80% del trabajo hecho, aunque luego te digan que tengas que cambiar un montón de cosas, es trabajo sobre algo que tiene forma y mucho más fácil. :-) Ya lo tienes, ánimo!!!!

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  3. Va a ser que tiene usté razón. Y como ves, la cosa a cambiado bastante desde que hablamos ;)

    Gracias por los ánimos.

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  4. Puffffff!!!!
    No es por tocar las narices, pero a mi me ha llevado mil veces más de tiempo hacer las correcciones que el texto.
    De todas formas, eso va con cada uno.

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  5. Ya, me imagino; pero como esta tesis va por artículos y ya me he pasado hora y horas corrigiendo y recorrigiendolos, el proceso final no deberías ser tan doloroso. Espero. . .

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