lunes, 17 de mayo de 2010

Montecarlo 2010: el rojo, el amarillo y el azul

Hoy van a permitirme ustedes que haga uso del derecho a la pataleta y al lloriqueo. Fernando Alonso, eso piloto que, entre otras muchas cosas, los expertos alaban porque, a pesar de su velocidad y agresividad, los errores de pilotaje que ha cometido se cuentan con los dedos de una mano, parece que cuando meta la pata paga por todas las veces en que no la mete. La magnitud de sus errores comparada con la de las consecuencias es desproporcionada. Otros, metepatas titulados, salen más de la mitad de las veces indemnes de sus desaguidados; pero no Fernando, a quien la suerte no le perdona ni media. Pasó en Shanghai, un error ínfimo, tuve que verme el viedo a cámara lenta cuatro veces para confirmar de que sí, se había adelantado a la salida. Un detalle minúlculo, de centésimas de segudo, que no se convirtió en catástrofe gracias a que al neno le sobran manos y la lluvia convirtió la carrera en un sindios. Y volvió a pasar este fin de semana en Mónaco. Un error que apenas se puede llamar tal, bloqueó el tren delantero una décima de segundo a la entrada de Massenet, las gomas ni siquiera humearon; pero el F10 se negó a volver a la trazada y terminó contra el guardarail. Con tan tan tan mala suerte, una entre un millón, que el chasis se partió. El coche era irreparable, eran los entrenamientos libres del sábado y las reglas dicen que el chasis de repuesto no se puede tocar hasta después de la clasificación. Mala suerte, Fernando iba a verla desde garaje e iniciar la carrera desde el pit lane. Por un error ínfimo en la tanda de entrenamientos, se le jodió el fin de semana completo. Y todo, justo el fin de semana en que parecía que Ferrari le hablaba de tú a tú a Red Bull. Inaudito. Frustrante. Daban ganas de ponerse a gritar o llorar o algo. . . Y puede que el neno, sabiendo que la culpa había sido suya y sólo suya, hubiera sido el primero en hacerlo, y puede que lo hiciese. . . Pero al contrario que nosotros, o al menos que un servidor, él ha asumido desde hace mucho tiempo que la Fórmula 1 es cruel, cruel e injusta y que de nada sirven las pataletas como esta. Lo único que sirve es callárse la boca, aprender del error, volver a subirse al coche, concentrarse en dar lo mejor de uno mismo y cruzar los dedos para que la estrategia funcione y la fortuna vuelva a sonreír.

Y así fue: la fortuna sonrió y ningún incidente estúpido ni error ajeno se llevó al neno por delante; la estratégia, casi descabellada, cambiar los neumáticos en la primera vuelta, funcionó de libro con la ayuda de algún safety car oportuno, y Fernando volvió dar lo mejor, firmó otra carrera épica, adelantó cinco coches en un circuito donde es casi imposible adelantar y se mantuvo al ritmo de los mejores a pesar de haber pilotado setenta y siete vueltas con las mismas gomas. Salió ee vigésimo cuarto, terminó sexto, una remontada de dieciocho posiciones. Sí, dieciocho, a pesar de que Schumy y Brawn pretendieron empañarnos la fiesta en la última curva interpretando las reglas a su manera; mala suerte Schumy, esta vez todo el mundo lo tuvo claro y además el comisario de turno era Damon Hill. ¿Te acuerdas de él? Ganáste tu primer título mundial sacándolo de la pista en la última carrera de la temporada, Adelaida '94.

Mientras Alonso daba otra lección magistral, el resto de la carrera se convirtió en un desfile anodino. Cada piloto ocupaba desde las primeras vueltas el lugar que le correspondía por coche y manos. Se siguieron vuelta tras vuelta a escasos segundos, sin ser capaces de atarcar al de delante y sin poder relajarse por temor al de detrás. Vista desde fuera fue una carrera anodina; a pesar de que para los pilotos estoy seguro de que fueron setenta y ocho vueltas al límite, sin descanso, sin poder darse el lujo de bajar la guardia ni un instante, y menos en las traicioneras calles de Mónaco. Carrera anodina, que además de a Alonso, vio brillar a otros dos nombres: Mark Webber y Robert Kubica. El australiano volvió a dar miedo, volvió a ser intocable al volante de su RB6, volvió a dar la sopresa dominando a su compañero, un Sebastian Vettel que no es ni mucho menos manco y le hizo de comparsa hasta el podium. Segundo dobletazo de la temporada para Red Bull que se adueña de las clasificaciones de costructores y pilotos y empieza dar más que midedito malo. . . Por su parte, el polaco, hizo otro derroche de talento, convirtió al R30 en la sorpresa del fin de semana y volvió a subirse podium, orgulloso y merecido tras haber azuzado a los domiantes Red Bull durante toda la carrera.

Si tengo que destacar algo más de la carrera, me quedo con el buen hacer de todos lo pilotos. Creo que este es el único Gran Premio de Mónaco que he visto donde, salvo el más aparatoso que grave desliz de Trulli, todos los abandonos se debieron a fallos mecánicos y no a choques o incidentes. Y eso es mucho decir con tanto piloto novato y la iguadad mecánica que reina en la parrilla.


Imágenes: Autosport.com y TheF1.com.

4 comentarios:

  1. Anodino?
    Tú estás seguro?
    Quizá es el último adjetivo que se me ocurre para la carrera, salvo para las vueltas 30-75... y no por malas, sino por contraste.
    Vaya animalada de adelantamientos los de Alonso. Vale que le sobraba coche frente a los pobres pinines a los que les quitaba las pegatinas, pero vaya animaladas. Kubica, estupendísimo, ya creí que te ibas a olvidar de él. Del que te has olvidado ha sido del pobre De la Rosa. Ya es como para llorar lo que está pasando este hombre. Corriendo impecablemente y sin siquiera poder ver la de cuadros por culpa de fallos de fiabilidad o porque se lo llevan puesto a la mínima de cambio.
    Lo de Michael, la verdad... no lo tengo nada claro. Si bien en cuanto ví que se retiraba el SC ya estaba atento a ver qué liaba... no tengo muy clara la interpretación del reglamento.
    Sí, me dirás que se me ve el plumero y lo que quieras... pero con las reglas no tonteo... son para todos, y listo (pero tienen que ser siempre las mismas para todos). El reglamento indica que "si la carrera termina con SC en pista, se retira en la última curva"... Pero... si dirección de carrera indica que el SC se retira... aunque sea antes de esa última curva... ¿está indicando que la carrera termian SIN Safety car? ¿o que está cumpliendo el protocolo de "carrera finalizada con Safety"? Porque la diferencia sobre la pista es nula... pero a nivel de sanciones es vital. Y, personalmente, si a mi me dicen que el SC se retira... es que se retira. Otra cosa es que se retire sin haber dicho nada, o habiendo avisado que lo hace por la norma. Ahí es donde veo el problema. Que el bávaro es más listo que el hambre y que no pierde una? A buenas horas lo vamos a descubrir!!! Que no le importa jugársela y luego ver qué pasa? También... y, si no, sólo hay que ver los antecedentes de hace unos pocos años justo en este circuito. en la curva que yo he bautizado como "la nueva parada del autobús (rojo)". O la jugada con Damon Hill... o tantas otras.
    Pero también hay otro dato importante... Michael es Michael... y se le han perdonado demasiadas por serlo. Pero ahora ya no corre de rojo. Y eso, para estas cosas... queramos o no... se nota. Sobre todo cuando las decisiones se toman en los despachos. Si hubiesen cambiado los colores, no estoy nada convencido de que la decisión hubiese sido la misma. (De hecho, casi apuesto a lo contrario).

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  2. Sí, el pobre de la Rosa la tiene negra este año. Esperemos que se cumpla a aquello de que el tiempo pone a cada uno en su sitio y nos alguna alegría en lo mucho que aún queda de la temporada.

    En cuanto a lo de Michael y el safety car, la distinción que haces es la misma que pretende hacer Ross Brawn, una distinción que en el reglamento no existe. Si el safety car inicia la última vuelta, la carrera "ha terminado" y no se puede adelantar; aún así hay que dar la vuelta por aquello de que alguien se pueda quedar sin gasofa o comerse un muro. El safety car sólo se retira por efectos "cosméticos", para que la foto final quede más bonita. Una vez que la última vuelta comienza con el safety car en pista, no existe la posibilidad que se quiere inventar Brawn de que haya sido una retirada normal del safety car y se pueda competir en la última curva. Todo el mundo lo tenía muy claro, en los coches y en muro, desde donde le gritaban a Alonso que no adelantase a Hamilton y que no había necesitad de calentar las gomas.

    Alguien puede preguntarse ¿por qué aceleraron entonces todos como posesos en cuanto despareció el safety car? Pues porque si un coche va a una velocidad anormalmente lenta, podría entenderse que tiene problemas de algún tipo, en cuyo caso sí se le puede adelantar, incluso estando el safety car en pista. Lo cual sí que puede dar lugar a interpretaciónes y malentendidos, como ha ocurrido en el pasado; de cualquier manera, ese no fue en absoluto el caso en Mónaco.

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  3. http://www.thef1.com/noticias/noticias-2010/mayo-2010/mercedes-da-marcha-atras-y-no-recurrira-la-sancion-de-schumacher

    Al parecer no fue sólo cosa de MSC, sino de alguien desde boxes quien se pasó de listillo. De todas formas, lo de las banderas verdes... y que la propia FIA admita que "había lugar a confusión"...enturbia un poco las cosas. Al menos no van a continuar la cosa en los despachos. Supongo que a cambio de "algun favorcillo que otro"... ya veremos a lo largo del campeonato cómo se cobran en favorcillo los alemanes.

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  4. Sí, está claro que el error fue del ingeniero de pista de Schumy; aunque es cierto que las banderas verdes generaron cierta confusión. Lo que no tengo claro es si lo de las banderas fue un error de los comisarios de pista o algo que no estaba claro en el protocolo para estos casos, porque entiendo que, aunque el safety car se retirase, las banderas deberían de haber seguido siendo amarillas.

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