Suerte. A base de suerte se labró el chico maravilla su victoria de este fin de semana. Pero fue una clase especial de suerte. Esa suerte que consite en mantenerte imperterrito en la pista mientra tus rivales van metiendo la pata uno tras otro. La misma clase de suerte que, un año después, por fin a devuelto a Fernando Alonso al podium. La suerte que se forja a base de manos, temple y vueltas rápidas.
Todo comenzó el sábado. El accidente de un Barrichelo nervioso, acariciando otra vez el campeonato y sin poder agarrarlo, le regaló a Hamilton la pole y a Fernando una quinta plaza que hubiera sido difícil de mantener hasta el final de la clasificación. Durante la carrera, los únicos dos hombres que podían inquietar al inglés cometieron errores estúpidos. Nico Rosberg, que hasta el momento estaba haciendo un sorprendente fin de semana con el Williams, se saltó la curva a la salida de boxes. Error de novato. Error inexplicable en un piloto de su calidad. Poco después Vettel se saltó el límite de velocidad a la entra del pit lane. Sólo fueron 1.4 km/h de más y él jura y perjura que su limitador de velocidad estaba activado. Si fue un error en la electrónica del Red Bull, en el radar o otra de esas decisiones turbia de los comisarios, lo sabremos en los próximos días. Así las cosas, el chico maravilla se quedó sin rivales que inquietasen. Y esta vez no metió la pata en la última vuelta y se alzó con su segunda victoria de la temporada. Así las cosas, Alonso se encontró en el tercer escalón del podium. Porque él tampoco cometió errores, no es su estilo. Porque volvió a hacer lo increíble con el R29. Viendo como sobreviraba el Renault a la salida de cada curva sigo sin creerme que fuera capaz de marcar la vuelta rápida y seguir la estela de Glock durante sesenta y un vueltas.
Y hablando de Timo Glock: carrerón del alemán. Sacó petroleo del habitual exceso de agresividad de Webber cuando trató de adelantar a Alonso en la primera vuelta, adelantando a ambos. Luego defendió su posición hasta alzarse con el segundo puesto a bordo de un Toyota irregular.
Aprecio a Mark Webber. Me parece un gran piloto y estaría encantado de que el camponato lo pudiera ganar él en vez de Button; pero me toca las narices cuando se empeña en creerse que para adelantar vale todo. Le gusta jugar sucio en el cuerpo a cuerpo, hacer la animalada y esperar que el otro se aparte para evitar el choque, estilo Schumy. No es ni la primera ni la última vez que lo hará; pero al menos está vez se llevó la merecida penalización, aunque el daño ya estuviera hecho.
A parte del sorprendente podium, al que no se subieron ninguno de los aspirantes al título. . . Lo cual dice bastante de esta temporada y de estos aspirantes. . . A parte del podium, decía, hay que dar la bienvenida a los puntos a Kubica. Parece que en BMW-Sauber están echando el resto para garantizarse su presencia y sus patrocinadores la próxima temporada, cuando BMW deje la Fórmula 1. Los que no tienen ninguna intenció de dejarlo, aunque parezcan haber desaparecido, son los de Maranello. Ferrari ha decidido centrarse en el coche del año que viene y olvidarse es esta temporada loca en que, por mucho que me revuelva las tripas, parece que Button va a ser campeón, no porque lo merezca, hace demasiado que no pisa el podium, sino porque Barrichelo sigue tirando sus opciones a la basura.
Imágenes: TheF1.com y Autosport.com.
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