Sin apenas darme cuenta, se me ha escapado otra semana. Sin entender cómo, porque han sido días largos. Cogiendo trenes tempranos para ir a Lund y volivendo tarde. Acumulando cansancio de no hacer gran cosa. Horas encerrado entre ordenadores y cacharros varios. Horas mirando pantallas, alineando aquello, ajustando ésto y comprobándolo todo otra vez. Midiendo el tiempo no por el reloj, sino contando tazas de té y archivos de datos.
Todo funcionó diferente a lo esperado, y no tenemos claro si las horas invertidas darán algún resultado decente. Aún así, me alegré cuando el sábado, llendo camino de Lund, me avisaron que todo el sistema informático se había ido al carajo. Fin del experimento. Comienzo de un fin de semana más o menos normal. Reciclando el cansancio. Durmiendo a horas extrañas. Abrir los ojos fresco como una rosa tras cuatro horas de sueño. Tener pensamientos espesos después de diez horas en cama.
Me llega otra vez el martes, cansado y alividado. Contento de haber salido airoso; trabajando en grupo de treinta personas la comunicación a veces falla. Pasar una semana en otro país ayuda poco. Y las ideas de cómo, cuándo y porqué hay que hacer las cosas divergen. . . Las cosas han vuelto a su sitio a base de tragarme la frustración, mantener la cabeza alta y horas y horas de trabajo eficiente.
Y mientras nuestras pequeñas vidas van goteando, al otro lado de la ventana cada vez amanece más temprano, cada vez anochece más tarde. El hielo parece cosa del pasado, aunque no sea tiempo de olvidarlo. Y se nota algo extraño en la lluvia, en el sol entre las nubes inquietas. Una sensación familiar. Un eco de otra vida lejana. Siempre a punto de recordar como se llamaba y siempre incapaz de desempolvar su nombre. Prim. . . Primav. . . O algo así. . .
Imagen: Travel, Dave McKean.
Venga ánimo, que en cuanto menos te des cuenta han florecido los árboles de los lagos y te puedes tomar una cerveza en la playa!
ResponderEliminarNah, de momento el tiempo de momento no preocupa. Empezará a preocuparme cuando sea abril y siga haciendo frío ;)
ResponderEliminarNo, Ivan, que ya esta aqui. Lo siento yo tambien porque cada vez estoy mas y mas electrico.
ResponderEliminarNo ya la primavera, sino el verano mismo esta a la vuelta de la esquina. Nyhavan, los parques, las cervezas, los amaneceres a las 2 de la madrugada, saliendo de esos pubs a plena luz del dia "que hora es?"....."Son las 3!!"
Jajajaja!!! Tranqui, Under, que aún nos cae una nevada en marzo. . . ;)
ResponderEliminar...o en Abril...
ResponderEliminarPero es normal que Under lo note....no es la temperatura. La clave está en la luz...en las horas, en la intensidad...
A mí me lo vas a contar. . . Parece increible que a las seis y media de la tarde aún sea de día :)
ResponderEliminarY lo mejor es que cada vez que llega el verano es como si uno no se lo esperara, como bien dice Ivan. Como si cada temporada estuvieramos resignados a la oscuridad eterna del invierno.
ResponderEliminarEste veranito promete, jeje.
Bueno, bueno, estás irreconocible, Under. Creo que es la primera vez que no te quejas de algo. . . Y no sólo no te quejas, sino que estás optimista. . . Cómo se llama ella? :p
ResponderEliminaroptimismo cojonero cojonal..!!:-)
ResponderEliminarphillip de coixon
Jaja, vanya, no seas duro, que Under es de Málaga y el solecito es algo que se echa mucho de menos. Tú, como eres del norte de los picos de Europa no puedes entenderlo :-P :-D
ResponderEliminarSí, y redundante de cojones, Phillip.
ResponderEliminarUy, Viajera, eso a sonado como esa frase odiosa que se les dice a los niños: "Cuando seas mayor ya lo entenderás."
jaja, eso pretendía :-P :-P
ResponderEliminar:P
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