sábado, 13 de noviembre de 2010

Trazando líneas (Uno)

Por fin contestó. Después de ocho días, mi jefa se dignó a responderme aquel imeil. Es que, en las últimas semanas, una de las personas que teníamos en mente para el tribunal se ha casado e ido de luna de miel. Esa fue su justificación para seis meses de retraso. Eso fue todo lo que se le ocurrió alegar frente a mis argumentos.

Debería haberme ofendido, mucho, ante tamaña muestra de indiferencia. Pero decidí tomármelo a risa. Respondí que esperaba que los otros dos miembros del tribunal no tubiesen que llevar a los niños al colegio, no fuese a ser que eso nos costase otro año. Luego le di otra oportunidad para recapacitar.

Y se lo tomó a mal. Decidió que mi fina ironía le resultaba ofensiva y que era hora de hablarme con franqueza; cuatro años después. . . Ponderó inclusó la posibilidad de que, tal vez, debiera haberlo hecho antes, tal vez. . . Un lider nato, mi jefa. Su franqueza consistió en informarme de mi tesis estaba un poco cogida por los pelos. Vaya, y un servidor pensando que era la hostia. . . Me desveló el plan secreto trás los retrasos: me estaban haciendo un favor pedagógico, esperaban a ver si me daba cuenta por mí mismo de los problemas y los solucionaba por iniciativa propia en vez de pasarme la vida quejándome. Gracias por la lección magistral y el sublime ejemplo de supervisión académica. Añadió, por si no me había quedado claro, que si tardaban tanto era porque mis manuscritos eran aburridos y no les motivaba leerlos. La próxima vez tendré que poner chistes encabezando los gráficos. Concluyó, que para librarme de mis frustraciones debía callarme la boca, ponerme a trabajar y esperar lo que a ella le saliese de los cholos. Supongo que necesitaba recordarse a sí misma quien manda, con razón o sin ella. . .

En ese momento, alarmado por el aumento de temperatura en el apartamento, mi compañero de piso me ordenó que cerrase el correo, apagase el ordenador y me fuese a tomar unas cervezas. Fue lo más sensató que escuché en todo el día. Obedecí y esperé a la mañana siguiente para hilvanar una respuesta sensata a tanto sinsentido.

Continuará. . .

8 comentarios:

  1. Oh cielos, me has dejado sin palabras.

    En estos casos, efectivamente, lo que hay que hacer es apagar el ordenador, irse a tomar unas cañas Y darte un repaso con el aceite corporal que hace que te resbale TODO. No dejes que te hundan con SU fracaso. Que te quede claro que ok, siempre hay varios culpables cuando algo no sale de la forma esperada, PERO, que el que tiene mayor experiencia en el asunto es el que debe guiar, asesorar y en definitiva hacer que sea independiente en el futuro en ese tipo de trabajo. Si no lo han conseguido, o lo han conseguido cuando es ya muy tarde es desde luego su culpa. Quejarse no vale de nada, pero cuando llegas a ese punto y sobre todo sabiendo como es tu forma de ser (por mucho que te digan, eso no lo van a cambiar!), es porque algo va mal. Sobre todo si eres de naturaleza "vamos a tirar con todo y quejarse lo justito y necesario".

    En fin, que tú firme ahí, déjales claro que cogida por los pelos o no, eso se tiene que presentar y YA. Que es un mero trámite y que si la Tesis no tiene la perfección que a ellos les gustaría, SU problema. Tu quieres el puto título que para eso te lo has currado y es tu problema más adelante defender lo que has hecho.

    Bueno, un día de estos lo mismo me pongo a escribir al punto al que estamos llegando con mis jefes (bueno, con uno de ellos que es un puto cobarde, el otro al menos, siempre ha ido de frente y te dice las cosas a la cara, lo cual es de MUY agradecer), pero vaya seguro que te haces cargo. Y lo dejo ya que es muy largo ya esto. Ánimo!

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja. . . Casi te has cabreado más que un servidor. Y sí, me hago cargo. En breve os pondré la segunda parte, mi respuesta. Espero haber logrado todo eso que aconsejas ;) Aunque, visto que aún no se han dignado a contestarme. . .

    ResponderEliminar
  3. Bueno, sí, si me ha cabreado más que a ti es posiblemente porque lo estoy viviendo en mis carnes...es para matarlos...

    ResponderEliminar
  4. Pues nada, Viajera, respira profundo y cuenta hasta diez (o cien), que cabreados no vamos a ningún lado ;)

    ResponderEliminar
  5. Ah, no, si yo estoy más que tranquila (bueno, si obviamos el insomnio de caballo). El que empieza a estar acojonao-cabreao es mi jefe, que se ve el asunto que no le voy a pasar ni una y claro, perder a un esclavo debe doler. Yo a lo mío :-)

    ResponderEliminar
  6. Jeje. . . Di que sí, no le pases ni media. La esclavitud se abolió hace tiempo. . .

    ResponderEliminar
  7. ...
    Vaya huevazos los de tu jefa, macho.
    Vaya huevazos.

    ResponderEliminar
  8. Ya ves. . . Menos mal que veníamos entrenados ;)

    ResponderEliminar