miércoles, 7 de julio de 2010

Sol, sudor y risas



Es increíble a la de cosas que uno tiene que hacer cuando no tiene nada que hacer. Sigo esperando que uno de mis directores de tesis se digne a leer las quince páginas de la introducción que le di hace unas semanas, no recuerdo cuantas y con quiero contarlas. Y, aunque la semana pasada no he pensado en el trabajo más que un par de horas aquí y allá, entre unas cosas y otras me han mantenido ocupado. Tanto que no me han quedado ni tiempo ni ganas para escribiros nada.

Parte de la culpa la tiene el que me haya dedicado a escribir otras cosas. Cosas que iba siendo hora de terminar y que algunas de ustedes encontraron en su imeil hace un par de días. (Si alguien que no lo haya recibido tiene curiosidad, que mande un correo y se lo mando también.) El otro gran culpable es el sol que lleva brillando desde hace dos semanas. Después de nueve meses de invierno, cualquier disculpa es buena para salir de casa por la mañana, a medio día o por la tarde, da igual, la cosa disfrutar del verano escandinavo. Ir a tomar un café, comerse un helado, dar un paseo, acercarse a la biblioteca, irse a entrenar al parque, hacer barbacoa o tirarse al sol sin más, da igual, todo vale con tal de estar a fuera. Y así es difícil sentarse delante del ordenador.

Además, este fin de semana, aprovechando que la ciudad estaba vacía porque la mitad de sus habitantes se fueron a esa locura conocida como Festival de Roskylde y la otra mitad están de vacaciones, tuve la oportunidad de hacer algo que hacía años que no hacía: pasarme el sábado y el domingo en el gimnasio. Después de veintiséis entrenando aún me sorprendo de la cantidad de cosas que uno puede aprender cuando se reunen una treintena de personas con una afición común y un puñado de instructores excelentes. Sol, sudor y muchas risas. Un par de birras para cerrar el los días. Arrastrarte hasta la cama con ese agotamiento al que siempre acompaña una sonrisa tonta. Y dormir como un bebé. Ha sido un fin de semana extraordinario.

Después de otro millón de cosillas hechas hoy, ahora creo que toca salir a disfrutar del sol antes de cenar e ir a ver como termina el reencuentro hispano-germano. Lo cual me recuerda que, un día de estos, tenemos que hablar de fútbol. Pero por ahora: sol, festival de jazz y este fin de fiestón en la playa. Que nadie me vuelva a decir que aquí hace mal tiempo y que los escandinavos son unos sosos :p

4 comentarios:

  1. Anónimo8/7/10, 9:27

    Es bueno ver que de una ú otra forma no te aburres. Sigue disfrutando del verano. Un beso. Keli

    ResponderEliminar
  2. Sí, sí, tú usted encima anímeme ;)

    ResponderEliminar
  3. Que nadie me vuelva a decir que aquí hace mal tiempo y que los escandinavos son unos sosos :p

    eso va por mi?? ;-)
    phillip de coixon

    ResponderEliminar
  4. Nah. . . No pienso en ti tan a menudo :p

    ResponderEliminar