martes, 27 de julio de 2010

Hockenheim 2010: éramos pocos. . .

. . . y parió Massa. Pero vamos a ver, hombre, ¿qué os costaba a ti al hábil de tu ingeniero hacer las cosas bien? Hay comentarios por la radio que sobraban y tú podías haber disimulado un poco, ¿no?

Que las órdenes de equipo estén prohibidas o no, es irrelevante. Todo empezó allá por el 2002, tras el escandaloso final del Gran Premio de Austria, donde Barrichello, que iba primero, perdió en la última vuelta cosa de quince segundos y dejó ganar a Schumacher en la misma recta de meta. El brasileño había sido más rápido que Schumy todo el fin de semana y, además, el alemán no necesitaba esos puntos para ganar un campeonato que se estaba llevando de calle. Aquello fue un escándalo, una injusticia con Barrichello, y provocó que se prohibieran las órdenes de equipo. Prohibidas al menos de cara a la galería, porque ha seguido habiéndolas aunque todo el mundo parezca mirar para otro lado. Y ha seguido habiéndolas porque debe haberlas. No se puede pretender que millones de euros de inversión y meses de trabajo se vayan al garete por una mala gestión de carrera. La Fórmula 1 es y siempre ha sido un deporte de equipo.

Conste que me parece mal lo que Ferrari hizo en el 2002, porque fue injusto e innecesario. Igual que sería injusto que McLaren o Red Bull favoreciesen a uno de sus pilotos, porque en ambos casos sus pilotos están luchado de tú a tú por el campeonato. Como hicieron Hamiton y Alonso en el 2007, cuando McLaren les dejó batirse el cobre sobre el asfalto (al menos de boquilla, pero esa es otra historia), ya que los dos tenían opciones de ganar el campeonato. Pero este fin de semana, en el caso de Ferrari, Alonso estaba veinte puntos por delante de Massa, rodando bastante más rápido y ni Ferrari ni Fernando están para perder puntos en luchas fratricidas. Y mucho menos este domingo, el primero en mucho tiempo en que la FIA, la lluvia y coche de seguridad decidieron dejarlos tranquilos para lo que son capaces de hacer cuando no les tocan las narices.

Ahora todo el padock se echa las manos a la cabeza. Empezando por Red Bull, los mismos que la carrera pasada le regalaron un alerón a Vettle. Y siguiendo por McLaren, a los que oímos carrera tras carrera como les dicen a Hamilton a Button deben ahorrar combustible, cuidar las gomas o cosas por el estilo para indicarles que no deben atarcar a su compañero de equipo. Así que, como lleva ocurriendo desde el 2002, lo ilegal no son las órdenes de equipo, sino la falta de disimulo al darlas, como hicieron Massa y su ingeniero de pista, Rob Smedley.

Espero que tras lo ocurrido este fin de semana se elimine la prohibición sobre las órdenes de equipo, porque es una insensated inútil, una farsa para insensatos, que en vez de darnos lo que pretendía: un deporte donde la justicia la dicta el más rápido, nos está dándo montañas de hipocresía.

Polémicas al margen, el domingo me fui para cama con una sonrisa en la boca. Y es que en Hockenheim Ferrari saldó muchas deudas pendientes: con las cronometradas del sábado, con las arrancadas y en los podiums. Ferrari y Alonso han vuelto a la senda de la victoria. Es más, por primera vez en lo que va de temporada, aunque se les escapase por dos ridículas milésimas, le han disputado la pole a los intocables Red Bull. Y tanto Massa como Alonso hicieron una carrera impecable, sacándoles los colores al Red Bull de Vettel desde la salida que, por cierto, fue preciosa. El salto de rendimiento en las últimas carreras ha sido espectacular; aunque por razones extradeportivas hayan tenido que esperar desmostrarlo. Es hora de dejar el pasado donde debe estar: en el pasado. No me cabe duda de que si Ferrari sigue evolucionando el coche este ritmo y la FIA y la fortuna dejan de tocar las narices, Fernando se encargará de darnos una segunda mitad de campeonato épica. También espero que ya, de una vez, la fortuna le sonría a de la Rosa, porque está empezando a ser de coña. Esta vez fue el bueno de Kovalainen el que le arruinó una carrera en la que venía de menos a más. Por lo menos el finlandes, elegante y correcto como siempre, se disculpó por su error, alegando que no había visto venir a Pedro.

Ahora, a frotarnos las manos esperanado por Hungría este mismo domingo. Porque, con o sin polémica, el dobletazo rojo y la riestra de vueltas rápidas que intarcambiaron Fernando y Felipe fueron inapelables.



Imágenes: Autosport.com.

2 comentarios:

  1. Escudería. Eso me suena que viene de "escudero", que es aquel que lleva el escudo del caballero, que no pelea con él.
    Vamos, de chiste.
    En ese sentido Ferrari ha sido siempre la escudería que más claro lo ha tenido siempre: Tenemos uno que va a ganar, y otro que le va a cubrir. Quien es quien? Eso que se lo rifen a tortas al principio... en cuanto esté claro, uno cubre y el otro ataca. Hasta que se termine el campeonato.
    Lo de que sancione esa actitud cuando los "EQUIPOS" son de dos, me parece harto ridículo. Pero bueno, qué se le va a hacer... si está en las normas, se acatan y punto. Si no te gustan, te vas a jugar al parchís y todos tan amigos.
    Lo que es de traca es que sean tan estúpidos como para, mientras todos los demás hayan pasado casi una década maquillando las órdenes de equipo, vengan los padres de la criatura a hacer de primos. Porque lo del "Massa: Alonso is quicker than you, have you understood this, confirm, please" fue una clamorosa invitación a la sanción (o a dejar en evidencia una norma estúpida, aunque a un coste demasiado alto).
    Si lo rematamos con el pésimo hacer de Massa, quien no supo dónde se había metido o, mejor dicho, bajo qué bandera corría y cómo se hacen las cosas en esa casa, tenemos la chapuza de estrategia del fin de semana. Más que nada porque lo demás salió niquelado.
    Y lo de la salida... no sé yo... pero a Vettel le habría tirado de las orejas por la gañanada de cerrar a Fernando así de feo. Tanto por parte de los comisarios (por peligroso... QUE AHÍ HAY UN MURO!!!) como por inútil desde su box (por dejarle la puerta así de abierta a Massa y, encima, perder la posición con Fernando).
    A ver si mejora la suerte a partir de ahora (o, como dice Fernando, se equilibra), sobre todo para De La Rosa, que siempre me amarga las comidas del domingo el pobre.

    ResponderEliminar
  2. Como dijeron en La Gazzeta dello Sport: "Bien hecho, Ferrari; pero mal ejecutado."

    En cuanto a la salida, no creo que Vettel hiciese nada reprendible ni mucho menos sancionable. Sí, fue muy muy agresivo; pero le dejó sitio de sobra a Alonso y sólo hizo un cambio de dirección. Nada que objetar. Es más, ya me gustaría que otros pilotos supieran combinar agresividad y juego limpio como lo hizo él; porque los hay, como Webber o Hamilton, que parece que no saben hacer las dos cosas a la vez.

    Veremos que nos depara Hungría y si la previsión de Alonso es cierta. ¡Dedos cruzados!. . . Porque así es más difícil morderse las uñas ;)

    ResponderEliminar