Suena el desperdator. Hijo de puta. Voy cruzando esa neblina cálida entre el sueño y el despertar. El pensamiento aparece en la penumbra de la habitación como una linterna enfocada hacia mis ojos: ¡hostia puta, ya es viernes! Otra vez. . . Ensueño un suspiro profundo, qué se le va a hacer, y empiezo el ritual. Antes de levantarme, antes siquiera de abrir los ojos, empiezo a ordenar las intenciones del día. Hoy debería terminar de organizar las ideas para el tercer artículo, ponerlas en forma de gráficos y tablas decentes, para que cuando llegue el lunes no tenga disculpa y me ponga a escribir. Debería buscar las malditas referencias que me faltan en un par de párrafos del primer artículo. Debería terminar de actualizar el currículum; debería, pero ahí sé que no voy a llegar. Y debería no hacer el capullo esta noche. Da igual que haya dejado a su novio. Da igual que me haya invitado a la fiesta. A lo mejor debería dejarme la polla en casa. A lo mejor debería dejar de pensar tanto.
Salgo de debajo del edredón. Desayuno, pastel de limón y leche con café, muy caliente, para no poder bebérmela de golpe. Es la disculpa perfecta para leer medio capítulo de Salinger mientras se va enfriando. Parece que tengo cierta afición a descubrir cadáveres. Nunca escuché un disco entero de Nirvana hasta que Kurco decidió pegarse un tiro, ni de Queen hasta que Freddy dejó sola a la Caballé en el escenario del Estadio Olímpico. A Bush y Tool los descubrí cuando ya habían dejado de sacar discos. Salinger se fue al otro barrio la semana pasada. Sólo quería que no le hiciesen fotos y le dejasen en paz para escribir lo que le venía en gana. Más o menos lo consiguió.
Cuando me meto en la ducha, ya sé que voy a mandar las buenas intenciones del día al carajo. Con el chorro de agua bien caliente enchufado en los lumbares, después de dos días aún se quejan de los tornillos del IKEA, sé que cuando me siente en la silla del despacho, no me voy a poner a trabajar, sino a escribir esto. A veces también me pasa que lo único que quiero es que me dejen en paz para escribir lo que me salga de la punta del. . . Eso. Menos mal que la consigna estos días es "No pienses. Hazlo. No pienses, tú sólo hazlo." Menos mal, porque si no, delante del ordenata ocho horas todos los días sin cobrar una corona iban a sentarse Rita y la madre que la pario, a ella y a. . . Eso. Menos mal que sonreír y no tomarse a uno mismo demasiado en serio sirve para poner los días, y eso que nos gusta llamar problemas, en perspectiva. Sirve para que la cosas vayan saliendo poco a poco, despacio, más despacio de lo planeado y mucho más despacio de lo que me gustaría; pero saliendo.
Con guantes, bufanda y mi gorro rojo con trencitas, salgo a buscar la bici. Me espera paciente medio enterrada en la nieve. ¡Buenos días! Pensaréis que si en vez de estar escribiendo esto estuviese trabajando, las cosas se moverían más rápido. Tal vez. . . Le digo al iPod que le ponga banda sonora al día y empiezo a pedalear. Tal vez. . . Pero estos meses tengo la sensación de que estoy en una carrera contra los días. Una carrera que no puedo ganar. Como tratar de correr más que alguien en bici; al principio parece que puedes ganar. Luego te das cuenta de que estás corriendo sólo. Los días desaparecen. Da igual lo que corra nunca va a ser suficiente. Así que para que la frustración no me coma la entrañas, es mejor tomárselo con calma. Para poder seguir sonriendo por las mañanas. Para poder seguir haciéndolo sin pensar. No puedo ganar, pero puedo llegar a la meta. Los días podrán seguir pasando rápido, pero no voy a dejarlos pasar de puntillas.
Imagen: See the enemy, Dave McKean.
Tú vete a esa fiesta, hazme caso ;)
ResponderEliminarÁnimo!!
Jajajaja. . . Gracias ;)
ResponderEliminarLa maquina de parar el tiempo todavia nun se invento y menos la de volver pa tras. Asi ke a vivir ke son dos dias, Cafetin, galletes, despues de ponerse la ropa pertinente te enfundas en una risa y te envuelves en buen rollo, todo lo demas ira llegando mas o menos rapido, Invitado a una fiesta y nun dir? Lugar lleno de armonia y feromonas.. tambien adrenalina y testoterona... si a eso se le suma buena musica e interesantes conversaciones, genial. Ocho horas delante del ordenador? una partidilla al Dragon age o algo parecido y todo mas ameno. Nada hoy sinonimo de pasarlo bien.
ResponderEliminarUn saludo rapaz
UMMMMMMMMMMMMM
ResponderEliminarBizcocho de limón, estaba muy rico, jejeje.
No tedré que recordarte la fábula de la tortuga y la liebre, verdad?.
Lento pero seguro, de todos modos el tiempo es relativo , no?.
Tranquilo, tu puedes!!!!
Besinoooooooooooooos!!!!!!!!!!!!
Haberá que faceros caso. . . Pero luego a mí nun me echéis la culpa.
ResponderEliminarMuchísimo ánimo figura. Esta bien que te mentalices además de aquí lo importante es llegar, el cuándo, no deja de ser secundario.
ResponderEliminarPD: Yo también espero que hayas ido a la citada fiesta.
Un abrazo enorme!
Gracias, pirata :)
ResponderEliminarY lo siento, pero al final no pude ir a la dichosa fiesta. . . Menos mal que después de los viernes suele venir un sábado ;)