¿Por dónde empiezo? Por el principio: salida espectacular de Alonso. El sábado, los Red Bull humillaron al resto de la parrilla, así que la única opción que quedaba era robarles la cartera en la arrancada y luego cruzar los dedos. Webber pagó el precio de salir por lo sucio y Vettel, si no llega a ser por ese Reb Bull que lo perdona todo y se pega al asfalto como una lapa, hubiese disfrutado desde el principio de una bonita vista del nuevo difusor de Ferrari. Casi. Casi, pero al final no pudo ser. Vettel se defendió in extremis del ataque de Alonso y se largó a golpe de vuelta rápida camino de la victoria mientras Fernando hacía milagros con el F10 y contenía a Webber.
Hasta que llegó el caos. Liuzzi se deja un cacho de alerón en la pista y Charlie Whitting decide sacar uno de esos coches de seguridad que sólo saca cuando Hamiltón no va primero. El lider, Vettel, entra en boxes por los pelos, y detrás de él todos menos Webber y Barrichello, que deciden jugársela; para el australiano era la única manera de quitarse a Alonso de delante. En el escaso medio minuto que pasaron los monoplazas en la calle de boxes ocurrió de todo. En Renault no vieron venir a Sutil, soltaron demasiado pronto a Kubica y los dos terminaron enganchados. Kubica sólo perdió algo de tiempo. Sutil terminó allí la carrera. En Mercedes perdieron una tuerca de Nico Rosberg, él perdió la rueda trasera deracha y un mecánico de Williams casi pierde la cabeza. Por suerte, todo quedó en la anécdota. Abandono de Nico, imagen insólita de un neumático botando por los boxes y cincuenta mil dólares de multa.
El que sí que perdió la cabeza fue Vettel. Ignoramos si fue por tratar de ayudar a Webber o por incordiar a Alonso, pero se olvidó de mantenerse dentro de la distancia reglamentaria cuando rodaba tras el coche de seguridad. Le costó un drive through, un enfado monumental, la segunda plaza y puede que la primera también; dudo que Webber hubiera sido capaz de alejarse veintitantos segundos si su persiguidor hubiera sido otro Red Bull en vez de un Ferrari.
A partir de ese momento, la carrera, más que una peli de acción, fue un thriller psicológico con susto incluido. Webber se escapaba encadenando vueltas rápidas. Fernando llevaba el F10 al límite, no para alcanzarlo, que ayer los Reb Bull estaban intratables, sino para tratar de evitar que abriese el hueco necesario para conservar el liderazgo tras cambiar los neúmaticos. Se mascó la tensión hasta los últimos instantes; pero no pudo ser. Los super-blandos de Webber duraron un vida y Alonso bastante tuvo con aguantar a Vettel detrás durante casi treinta vueltas. Que si bien el de Hungría era el circuito perfecto para hacerlo, dada la superioridad mostrada por los Red Bull, no dejó de ser una proeza.
El susto se lo llevó Barrichello, cortesía de su majestad Michael "El Mismo Sucio de Siempre" Schumacher. A cerca de trescientos kilómetros por hora. Con las ruedas intercaladas. A centímetros de un muro de hormigón. Rubinho sólo pudo apretar el acelerador y los dientes y hacerle un adelantamiento a Schumy que pasará a la historia, por lo espectacular, por el morbo, por el tufillo a revancha y porque creo que ha sido la primera vez que el heptacampeón ha pedido disculpas, más o menos. . . Aunque sospecho que sólo lo ha hecho por llevarle la contraria a Barrichello, quien, cuando le preguntaron si pensaba hablar con él, respondió que no merecía la pena, porque Schumy "El Orgulloso" jamás reconocecía haber hecho nada deshonesto, sucio o ilegal.
Así las cosas, Webber culminaba un su carrera número 150 con una victoria impecable labrada a base de vueltas rápidas. Alonso aceptaba gustoso el regalo de Vettel, subiéndose a un segundo escalón que el sábado parecía inalcanzable y, por mucho que Vettel siguiese refunfuñando y lamentándose, el resultado fue aún más dulce porque no había rastro de los McLaren. Button, renqueó hasta el octavo puesto y a Hamilton su caja de cambios lo dejó tirado en la cuneta. Qué pena. . .
Y que alegría en el box de Sauber. En su Gran Premio número 300 la mala suerte y los problemas por fin miraron hacia otro lado. De la Rosa cazó sus primeros y merecidísimos puntos de la temporada llegándo séptimo. Kobayashi puso la guinda con su novena posición.
Ahora, tres semanas de descanso antes de volver los dos circuitos más míticos del mundial: Spa y Monza. El escenario ideal para que Alonso y Ferrari continúen su remontada y la lucha sin cuartel, en la pista y en la fábrica, contra Red Bull. Y que nadie descarte aún a McLaren, que las largas rectas de Bélgica e Italia le pueden a venir de perlas a su conducto-F. Hasta entonces, sed buenos, y no hagáis nada que un servidor no haría. . .
Imágnes: Autosport.com.
Pues para estar de pereza lo explicaste todo muy bien. Un beso. Keli
ResponderEliminarEmpiezo por lo que más me dolió: Lo de MSC. Sobraba. Sobraba completamente. Prácticamente la misma maniobra de Vettel de la otra semana, pero con 200km/h de más. Como dijo BAR, si vuelves a competir después de 3 años y 7 títulos, no te hace falta hacer esto. Era bandera negra sin duda.
ResponderEliminarY me da lo mismo que estuviese cubriéndose de un coche que iba 3s por vuelta más rápido y que llevase un montón de curvas perfectamente cubiertas. Si te acaban adelantando, te acaban adelantando. No es cuestión de matar a nadie por ello.
Me alegro un montonazo por DLR, ya le iba tocando al pobre. Y de HAM, bueno... no voy a decir que lloré cuando lo vi aparcado en el cesped, porque mentiría.
Eso sí, yo juraría haber oído a Fernando decir algo de que para esta carrera traían novedades gordas y que lo que había pasado en la anterior les había sorprendido por lo bien que iba, que la buena era esta. Jodó! pues los RBR iban como segundo largo por vuelta más rápidos que los Ferrari!
Ah, por cierto... vaya 28 vueltas que se curró el señorito defendiéndose de un coche... eso... más de un segundo por vuelta más rápido. Magistral, sí señor.
A ver en Spa qué tal les va a los de rojo.
Gracias, señora :) Pero le garantizo que me costó un esfuerzo no quedarme dormido encima del teclado. . .
ResponderEliminarY sí, sólo puedo estar de acuerdo, Fxx, lo de Michael sobraba. Me alegra que al menos, hasta él parece haberse dado cuenta. A ver si después de tantos años esto le sirve para empezar a asumir que él es uno más en la parrilla.
En cuanto a Ferrari, no tengo claro porque se las pintaban tan felices para esta carrera. Dio la impresión de que esperaban que ocurriese algo similar a Mónaco, donde, si no hubiera sido por el accidente de Alonso en los libres de sábado, podrían haber ganado de calle. Aunque son circuitos similares, por longitud, velocidades medias, exigencias mecánicas y dificultad para adelantar, el tipo de curvas es radicalmente distinto. En ambos predominan los giros de media y baja velocidad, pero mientras que en Mónaco las curvas son en su malloría cortas y con cambios de dirección bruscos que favorecen la agilidad y el buen agarre mecánico del Ferrari, en Hungaroring las curvas son suaves y largas, a menudo de ciento ochenta grados, ideales para las excelencias aerodinámicas del Reb Bull.
En fin, es muy fácil hacerse el listo a toro pasado, y seguro que en Maranello han pensado en ello mucho más que un servidor; así que sus motivos tendrían para opinar lo que opinaron.
Ahora, para redimirme, voy a opinar ante el toro. Creo que en Spa vamos a ver una batalla despiadada, porque es un circuito que puede favorecer a los tres de arriba. A McLaren porque en sus largas rectas van a poder exprimir al máximo su conducto-F y la increíble velocidad punta que les proporciona. A Red Bull, porque sus curvas de media y alta velocidad son perfectas para que saquen lo mejor de su aerodinámica. Y a Ferrari porque es un coche muy redondo y equilibrado, que sin destacar en nada en especial, lo hace todo bien y, en los siete kilómetros de Spa, hay tramos para todos los gustos; así que quizá sean los que menos tengan que comprometer sus reglajes para compesar en los puntos del circuito que le gusten a su monoplaza. Veremos. . . Sobre todo teniendo en cuenta que en tres semanas esta gente es capaz de reinventar un coche y sorprendernos a todos.