Muérete. . .
Es una pequeña idea. Sólo trato de sembrar semillas. Tal vez, tal vez algún día arraiguen; no lo sé. Uno lo intenta. Uno hace lo que puede. . . Muérete. . . En serio, hazlo, muérete. No, de verdad, no existe racionalización alguna para lo que haces, eres un hijo de Satanás, ¿vale? Muérete. En serio. Eres el destructor de todas las cosas buenas. En serio.
No, esto no es un chiste. Debéis de estar pensando: "Jeje, ahora viene el chiste. . ." No va a venir ningún puto chiste. Eres un engendro de Satán que llena el mundo de violencia y miseria, estás podrido, eres una puta mierda. Muérete. Es la única mánera de salvar tu alma. Muérete.
Sé lo que están pensando todos los banqueros: "Nah, sólo está bromeando. . ." No hay broma ninguna. Mete la cabeza en el horno, cuélgate, pídele la puta escopeta a un amigo facha, no me importa cómo lo hagas. Libera al mundo de tus putas maquinaciones nefandas. . . ¿Nefandas? Vosotros me
entendéis. . . Muérete.
En 2008, los bancos centrales por todo el mundo (la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japon, el Banco Central Europeo, etc) decidieron inyectar, es como ellos llaman a regalar, en la banca privada del orden un billón de dólares. Repito: 1 000 000 millones de dólares; millón arriba, millón abajo, ya entrados en gastos. . . Sobre todo si los gastos los pagamos tú y yo, porque ese dinero que les han regalado es dinero público.
Las Naciones Unidas calculan que cada día mueren de sed 5 000 niños. En el mundo, 925 millones de personas pasan hambre y otros 925 millones están desnutridos. La FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) afirma que para que esos 2 000 millones de personas dejasen de pasar hambre y sed bastarían 30 000 millones de dólares.
1 000 000 millones regalados a los bancos. . .
30 000 millones necesarios para terminar con el hambre en el mundo. . .
1 000 000. . . 30 000. . .
Pero claro, que 2 000 de personas se estén muriendo de hambre y sed no se considera una crisis tan seria como que los putos banqueros se pongan a lloriquear. Tras sus años de estafas y robo al por mayor, han dejado de fiarse los unos de otros y ya no quieren jugar juntos. La crisis la han alimentado, engordado y provocado los bancos con sus prácticas financieras inmorales y criminales. Y todo ello con el consentimiento de los gobiernos e instituciones financieras de todo el mundo.
¿Quires saber qué están haciendo los bancos con todo ese dineros que les hemos regalado? Seguramente no; pero te lo voy a contar. No lo han vuelto a poner en circulación para reactivar la economía y los procesos productivos, dando créditos a particulares y empresas para que salgan del bache y vuelvan a generar empleo y riqueza. No, nada de eso. Lo que han hecho es gastarse buena parte de los 1 000 000 millones en canibalizarse los unos a los otros. Otra parte la han vuelto a depositar en los bancos nacionales que se lo regalaron para ir cobrando intereses a la espera de lleguen momentos mejores para los negocios. El resto lo han dedicado a especular con el precio de los alimentos básicos.
Putos banqueros, cómo podéis dormir. . . Porque me apuesto lo que sea a que dormíis como bebés por la noche. ¿Qué has hecho hoy, cariño? Nada, he usado el dinero de los ciudadanos para especular un poco por aquí y por allá; he conseguido que precio del trigo se ponga por las nubes. Nos vamos a forrar. Ah, y este año van a morir más niños en Africa que en cualquier otro de la década pasada porque, a esos precios, no van a poder pagar el pan. Buenas noches.
Qué no se te olvide, querido banquero cabrón, haznos un favor:
MUÉRETE.
Nota: Buena parte de esta entrada es una adaptación, plagio para los amigos, de un monólogo de Bill Hicks. Los datos están sacados del libro La crisis financiera, de Juan Torres López.
Imágenes: Alexander Vórtice, Psychology Today y Diverted Motion.
Cada vez tengo más clara una cosa, si bien tengo la convicción de que el ser humano per se es bueno por naturaleza y ayuda al prójimo (sí, no te rías, desde el punto de vista biológico y adaptativo tiene sentido..todos nos ayudamos entre todos, trabajamos en equipo y todo va mejor), es sin duda la avaricia lo que lo jode todo. Porque dile tú a uno de esos que están forrados que si en lugar de ganar chorricientos mil euros al año gana un poco menos, su nivel de confort se mantendrá más o menos igual (otra cosa es que disminuya drásticamente el nivel de pijerío) y a la vez ayudará a que otros puedan vivir de forma más cómoda, o por lo menos digna. Y ahí es donde como especie somos una puta plaga. Nos puede la avaricia, la soberbia, el egoismo, etc. Y me atrevería a decir que los que así actúan, cosa poco "animal" tienen un problema gordo y lo peor es que otros tienen que pagar por sus putos problemas, que ironías de la vida, lo más seguro ni ellos mismos saben que tienen.
ResponderEliminarHace años leí un informe de la FAO con la relación de muertes por desnutrición/problemas derivados de la obesidad y es acojonante el ver como tiende a 1. La comida que les quitamos a ellos se la damos como PASTO a las vacas metabólicamente ineficientes que además si las comemos en exageración nos produce todo tipo de problemas cardiovasculares. Da para pensar.
Lo de que "ser bueno" es biológicamente eficiente, creo que sólo funciona cuando hay escasez de recursos. En caso de haber abundancia, el sálvese quien pueda y la ley del más fuerte suele ser más exitosa, para el más fuerte, claro. Hace unos meses leí un artículo que explicaba algo parecido, mostrando como ejemplo los slums de Calcuta. Parece ser que esos barrios miserables son un caso modélico de comunidades socialmente hiperefeicientes en lo que respecta a obtención, distribución equitativa y reciclado de los recursos existentes. Eso no pasa en los barrios adinerados de cualquier ciudad del mundo, donde como somos autosuficientes y los recursos abundan no necesitamos de los demás y el individualismo campa a sus anchas.
ResponderEliminarDe todos modos, además de a la avaricia inmoral de unos pocos, el origen del problema hay que achacarlo también la otra cara de la moneda: el pasotismo inmoral de muchos otros. Pasar de todo no es ser neutral, es callar y consentir en que el más fuerte siga apoderándose de lo que le plazca.
Lo de las vacas, lo hablaba el otro día con unos amigotes: la de personas que se podrían alimentar con lo que cuesta engordar una vaca. . . Volvernos todos vegetarianos es uno de los mejores favores que le podríamos hacer al planeta.