Todos con los dedos cruzados, todos esperábamos desde el principio de temporada la primera carrera en mojado sin el control de tracción; pero que ocurriese en las calles de Montecarlo fue una broma cruel. Ya desde la primera vuelta la carrera se convirtió en un rosario de pasadas de frenada, derrapajes y trompos, alerones rotos, ruedas reventadas y coches destrozados contra los guardaraíles. Fue la carrera perfecta para las sorpresas, la oportunidad que los grandes pilotos con coches mediocres esperaban y temían; pero al final no fueron ni unos ni otros quienes dictaron sentencia, sino la fortuna, que volvió a aliarse con el de siempre: Lewis Hamilton. La suerte de Schumy era antológica, pero la del negro es inaudita. Nunca he visto, ni creo que haya ocurrido, que alguien gane una carrera gracias a haber tenido un accidente. ¡¿Cómo es posible?!
A las primeras de cambio, allá por la cuarta vuelta, el moreno destroza su rueda trasera derecha contra las protecciones de la traicionera curva de Tabac, no voy a discutir si fue culpa de él, del aquaplaning o de lo que sea, que ayer no estaba la pista para echarle culpas a nadie. Consiguió llegar renqueando a boxes, le cambiaron la rueda que, mira tú que suerte, fue lo único que se rompió con el golpe; le llenaron el depósito hasta los topes y, justo cuando se reintegra a la pista, mira tú que suerte, sale el primer coche de seguridad del día borrando de un plumazo el tiempo que había perdido en la parada. Ahí estuvo la clave de la carrera: gracias a la combinación de accidente y coche de seguridad a Hamilton pudieron cambiarle la estrategia de dos a una parada sin perder tiempo. Luego sólo tuvo que esperar a ganar posciones cuando todos los que tenía delante hicieron sus dos repostajes. ¡Inaudito! Si no se hubera estampado en Tabac, hubiera seguido la misma estrategia que los demás y no se hubiese comido ni los mocos. Ya sabemos por qué le han quitado los cuernos al MP4-23: con los que tiene el moreno van sobrados. . . Ver para creer. . .
El resto de pilotos se tuvo que conformar con las migajas, ayer la suerte no estuvo con ningún otro, y con su compañero con uno de los que menos, en la salida el coche de Heiki decidió calarse y le quitó un enemigo de en medio al moreno. Incluso los que hicieron una gran carrera vieron poco o nada recompensado su esfuerzo. Kubica hizo una gran premio limpio, impecable, al ataque con un coche inferior a los punteros; mereció la victoria, pero se tuvo que conformar con la segunda plaza. Massa pagó sus errores y no supo sacar partido a un Ferrari que ayer podría haber sido más que tercero. Hablando de errores, por si no hubiera sido suficiente la metedura de pata del equipo al no calzarle las gomas a tiempo antes de la salida, costándole un drive-through, Kimi también puso alguno de su parte; nunca se le vio cómodo con el coche y termino por cargarse la magnífica carrera de Sutil. El alemán, con manos y temple, había logrado llevar su Force India hasta la cuarta posición, ¡increible!, hasta que Kimi lo embistió por detrás en la frenada del la Chicane obligándole a abandonar. Bourdais añadió otro abandono a su lista de decepciones; ¿cómo es posible que un campeón de la F3000 y tetracampeón de la Indy Car sea incapaz de terminar una carrera? Mientras, su compañero, Vettel, terminó quinto y más feliz que una perdiz. Justo delante quedaba Weber, siguiendo al dedillo las instruciones del Curso Prático de Pesca con Caña de Johnny Herbert. Más aquaplanning o metedura de pata, el caso es que a Nico Rosberg, sobervio todo el fin de semana, volvió a fallarle la fortuna cuando estaba haciendo una de sus mejorar carreras y terminó detrozando su Williams a la entrada de la Piscina.
¿Y Alonso? Lo de Fernando ayer fue también caso a parte. Tenía el coche y la estrategia para dar la sorpresa, pero fue el coche el que le sorprendió a él y en un exceso de agresividad y desesperación mandó la estrategia al carajo. Fernando debe tener pesadillas con Heidfeld. No fue ni la primera ni la segunda carrera en que teniendo la oportunidad de estar delante, Alonso se encuentró con el alemán renqueando por la pista y estorbándole el trabajo. Por si hubiera sido poco con la rueda destrozada a la entrada de la bajada de Mirabeau, después, tratando desesperado de aprovechar el mejor momento de sus gomas para recuperar el tiempo perdido, terminó por embestir a Heidfeld y quedándose sin alerón delantero. Ahí terminó la carrera de Alonso, tuvo que volver a boxes y además a Renault le fallaron las previsiones de lluvia y le pusieron las gomas equivocadas; mientras la pista se iba secando los neumáticos extremos de mojado se le desintegraban y sufría detrás de Fisichela con un coche cargado y sin opciones. Aún así, nos regaló el mejor adelantamiento del fin de semana: a Mark Weber en Mirabeau, algo reservado a los grandes, y marcó la tercera mejor vuelta rápida, toda una azaña pilotando un R28; pero todo eso no sirve de nada cuando la fortuna no acompaña.
Imágenes: TheF1.com y Autosport.
lunes, 26 de mayo de 2008
jueves, 22 de mayo de 2008
Primer plato: Carcassone
Uno se acerca a la ciudadela de Carcassone cruzando los doce arcos centenarios del puente de piedra que la unen a la ciudad nueva. La ciudadela se alza majestuosa sobre una colina bordeada por el río Aude, cultivos y bosques, dominando un amplio valle que alcanza hasta las estrivaciones septentrionales de los Pirineos. Las murallas dobles parecen crecer a cada paso, más de doce metros de piedra sólida, salpicadas de torres de todas las formas y tamaños que uno pueda imaginarse. Torres que cuenta la historia de una fortaleza que empezaron a construir los romanos y fue creciendo hasta convertirse en unos de los centros comerciales, culturales y estratégicos de la Edad Media. Durante muchos años fue frontera entre los reinos de Aragón y Occitania, y núcleo de una de las sectas cristianas más revolucionarias y misteriosas: los cátaros.
De cerca, plantado ante la entrada principal de la ciudadela , uno siente el verdadero propósito de aquellas murallas, torres y arcos: intimidar a los sensatos y matar a los valientes. La entrada principal es un pasillo de muerte. Uno cruza la primera muralla pasando bajo dos arcadas separadas por un puente levadizo. El pasaje es demasiado pequeño para lo que uno esperaría en algo tan inmenso como Carcassone y está flanqueado de saeteras, rendijas verticales, estrechas, largas y oscuras, ojos del diablo desde los que lanzar flechas y aceite hirviendo. Además se desvía hacia la derecha para confundir a los atacantes y hacerlos entrar de lado al espacio entre las dos murallas, donde serán tiro franco para los ballesteros apostados en las dos inmensas torres que guardan la entrada de la segunda muralla. Sobrias y estoicas, decoradas sólo con blasón y santo patrón, viligan desde hace siglos el paso de millares de gentes bajo la pequeña puerta que guardan; antes puerta al futuro y la prosperidad, ahora al pasado y la leyenda.
Cuando crucé bajo aquella puerta me alegré estar un lugar histórico atestado de turistas. Me alegré de tener que caminar despacio, detenerme y esquivar personas boquiabiertas, mirando a lo alto, gritando y parándose a ojear lo que los tenderos exponían en la agonsta calle principal que sube hasta el castillo condal. Uno tiene dejar las prisas de lado, armarse de paciencia y disfrutar la mezcolanza de aromas a comida, incienso, velas, cuero y sudor, abrir los oídos a la cacofonía de pasos sobre el empedrado, gritos de niños, risas de adultos y voceos de los tenderos. Y sí, digo disfrutar, porque así atestadas y ruidosas es como debieron ser en su día esas calles estrechas y empinadas, retorcidas y sombrias. Por una vez la aglomeración de turistas sirvió para dar el ambiente adecuado, porque Carcassone fue en su día el centro comercial y cultural de Occitania e, igual que hoy, sus calles debieron estar atestadas de gentes llegadas de todas partes de Europa: campesinos y mercaderes, viajeros y juglares, gentes de paso y habitantes permanentes ocupados en sus asuntos y negocios, subiendo y bajando por las callejuelas empedradas, tan asombrados como los viajeros de hoy ante la colosal belleza del lugar.
Aunque haya expertos que se quejen, la labor de reconstrucción de Carcassone es ejemplar, no sólo murallas y torres están siguen patrones acorde a las varias épocas y fases de su construcción original (o a lo que se creía en el momento de la reconstrucción), sino que todos y cada uno de los edificios, casas, tiendas, posasdas y tabernas conservan el estilo y ambiente originales: vigas de madera, puertas pequeñajas, escaleras peligrosas y todo tipo de "lujos" medievales. Lo que si es un lujo es subierse a las murallas y contemplar el valle como debieron verlo señores de antaño; como debieron verlo las tropas del rey de Francia acuarteladas tras los muros antes de iniciar la caza de herejes y rebeldes, la cruzada contra los proscritos por el Papa de Roma, contra los cátaros y sus ideas demasiado peligrosas para la ambición católica.
A principios del s. XIII la región cuyo centro es Carcassone era codiciciada por el rey de Francia, por su situación estratégica como frontera con el reino de Aragón y como puerta al comercio mediterraneo. La disculpa que necesitaba para hacer marchar sus tropas fueron los cátaros, quienes creían de que la salvación sólo podía alcanzarse a través del conocimiento personal de la verdadera esencia divina, sin necesidad de intercesión de ningúna institución religiosa, a las que consideraban obra del demonio, como a todo lo terreno y como probaban la opoluencia, riqueza y ambición que ostentaba la Iglesia Católica. Aquellas gentes austeras, dedicadas y devotas del servicio a Dios a través de la mejora personal suponían un obvio peligro para las estructuras católicas, cuya tesis es que la salvación sólo puede alcanzarse gracias a la intermediación de la Iglesia y sus miembros entre los pecadores y Dios. Ni el Papa, ni ninguno de sus fieles, estaban dispuestos a tolerar semejante ataque y desprecio por su poder. Declararon hejeres a los cátaros e instaron a los reyes de la zona a lanzar una cruzada contra ellos. Era la señal que el rey de Francia esperaba.
La cruzada albiguense dio a Francia dominio sobre los terrenos que codiciaba y terminó con la amenaza que las ideas cátaras suponían para Roma. La paz y la justicia divina dejó Occitania sembrada de cadáveres y regada en sangre, salpicada de fortalezas en ruinas que aún asoman orgullosas en las cimas de los montes escarpados donde los cátaros lucharon por última vez por defender un modo de vida que ponía a su Dios al alcance de todos, nobles y plebeyos, ricos y pobres por igual.
Ya sea caminando sobre sus murallas, perdiéndose por sus callejuelas, subiendo a sus torres, mirando por las rendijas de los matacanes, disfrutando de sus restaurantes o paseando por su basílica, Carcassone nos permite echar un vistazo a algunos de los capítulos más apasionantes de la historia de Europa. En Carcassone aún retumbna los ecos de las vidas de las personas que vivieron y murieron para levantar, defender o asediar sus muros; en Carcassone podemos rastrear los pasos para entender mejor por qué nuestro mundo es como es, cómo llegamos hasta aquí, lo que perdimos y lo que ganamos en el camino.
Imágenes: Puerta de Narbona (Wikipedia) y Expulsión de los cátaros de Carcassone (Wikipedia).
De cerca, plantado ante la entrada principal de la ciudadela , uno siente el verdadero propósito de aquellas murallas, torres y arcos: intimidar a los sensatos y matar a los valientes. La entrada principal es un pasillo de muerte. Uno cruza la primera muralla pasando bajo dos arcadas separadas por un puente levadizo. El pasaje es demasiado pequeño para lo que uno esperaría en algo tan inmenso como Carcassone y está flanqueado de saeteras, rendijas verticales, estrechas, largas y oscuras, ojos del diablo desde los que lanzar flechas y aceite hirviendo. Además se desvía hacia la derecha para confundir a los atacantes y hacerlos entrar de lado al espacio entre las dos murallas, donde serán tiro franco para los ballesteros apostados en las dos inmensas torres que guardan la entrada de la segunda muralla. Sobrias y estoicas, decoradas sólo con blasón y santo patrón, viligan desde hace siglos el paso de millares de gentes bajo la pequeña puerta que guardan; antes puerta al futuro y la prosperidad, ahora al pasado y la leyenda.
Cuando crucé bajo aquella puerta me alegré estar un lugar histórico atestado de turistas. Me alegré de tener que caminar despacio, detenerme y esquivar personas boquiabiertas, mirando a lo alto, gritando y parándose a ojear lo que los tenderos exponían en la agonsta calle principal que sube hasta el castillo condal. Uno tiene dejar las prisas de lado, armarse de paciencia y disfrutar la mezcolanza de aromas a comida, incienso, velas, cuero y sudor, abrir los oídos a la cacofonía de pasos sobre el empedrado, gritos de niños, risas de adultos y voceos de los tenderos. Y sí, digo disfrutar, porque así atestadas y ruidosas es como debieron ser en su día esas calles estrechas y empinadas, retorcidas y sombrias. Por una vez la aglomeración de turistas sirvió para dar el ambiente adecuado, porque Carcassone fue en su día el centro comercial y cultural de Occitania e, igual que hoy, sus calles debieron estar atestadas de gentes llegadas de todas partes de Europa: campesinos y mercaderes, viajeros y juglares, gentes de paso y habitantes permanentes ocupados en sus asuntos y negocios, subiendo y bajando por las callejuelas empedradas, tan asombrados como los viajeros de hoy ante la colosal belleza del lugar.
Aunque haya expertos que se quejen, la labor de reconstrucción de Carcassone es ejemplar, no sólo murallas y torres están siguen patrones acorde a las varias épocas y fases de su construcción original (o a lo que se creía en el momento de la reconstrucción), sino que todos y cada uno de los edificios, casas, tiendas, posasdas y tabernas conservan el estilo y ambiente originales: vigas de madera, puertas pequeñajas, escaleras peligrosas y todo tipo de "lujos" medievales. Lo que si es un lujo es subierse a las murallas y contemplar el valle como debieron verlo señores de antaño; como debieron verlo las tropas del rey de Francia acuarteladas tras los muros antes de iniciar la caza de herejes y rebeldes, la cruzada contra los proscritos por el Papa de Roma, contra los cátaros y sus ideas demasiado peligrosas para la ambición católica.
A principios del s. XIII la región cuyo centro es Carcassone era codiciciada por el rey de Francia, por su situación estratégica como frontera con el reino de Aragón y como puerta al comercio mediterraneo. La disculpa que necesitaba para hacer marchar sus tropas fueron los cátaros, quienes creían de que la salvación sólo podía alcanzarse a través del conocimiento personal de la verdadera esencia divina, sin necesidad de intercesión de ningúna institución religiosa, a las que consideraban obra del demonio, como a todo lo terreno y como probaban la opoluencia, riqueza y ambición que ostentaba la Iglesia Católica. Aquellas gentes austeras, dedicadas y devotas del servicio a Dios a través de la mejora personal suponían un obvio peligro para las estructuras católicas, cuya tesis es que la salvación sólo puede alcanzarse gracias a la intermediación de la Iglesia y sus miembros entre los pecadores y Dios. Ni el Papa, ni ninguno de sus fieles, estaban dispuestos a tolerar semejante ataque y desprecio por su poder. Declararon hejeres a los cátaros e instaron a los reyes de la zona a lanzar una cruzada contra ellos. Era la señal que el rey de Francia esperaba.
La cruzada albiguense dio a Francia dominio sobre los terrenos que codiciaba y terminó con la amenaza que las ideas cátaras suponían para Roma. La paz y la justicia divina dejó Occitania sembrada de cadáveres y regada en sangre, salpicada de fortalezas en ruinas que aún asoman orgullosas en las cimas de los montes escarpados donde los cátaros lucharon por última vez por defender un modo de vida que ponía a su Dios al alcance de todos, nobles y plebeyos, ricos y pobres por igual.
Ya sea caminando sobre sus murallas, perdiéndose por sus callejuelas, subiendo a sus torres, mirando por las rendijas de los matacanes, disfrutando de sus restaurantes o paseando por su basílica, Carcassone nos permite echar un vistazo a algunos de los capítulos más apasionantes de la historia de Europa. En Carcassone aún retumbna los ecos de las vidas de las personas que vivieron y murieron para levantar, defender o asediar sus muros; en Carcassone podemos rastrear los pasos para entender mejor por qué nuestro mundo es como es, cómo llegamos hasta aquí, lo que perdimos y lo que ganamos en el camino.
Imágenes: Puerta de Narbona (Wikipedia) y Expulsión de los cátaros de Carcassone (Wikipedia).
Vanya, a las
10:50
miércoles, 14 de mayo de 2008
Aperitivo
Si no se me estuvisen cerrando los ojillos de sueño y no me tubiese que levantar dentro de seis horas para conducir de Copenhague a Praga (muuuchos kilómetros), os contaría algo de ese lugar en el que estuve la semana pasada. Un lugar donde resuenan ecos de leyendas, cuentos de caballeros y doncellas, historias de cruzadas fraticidas e inquisidores; un lugar capaz de hacerte viajar ocho siglos atrás en el tiempo: Carcassone.
De momento os dejo unas fotos, y cuando vuelva de Praga os contaré una historia. . .
Imágenes: amigotes y wikipedia.org.
Vanya, a las
23:59
lunes, 12 de mayo de 2008
Estambul 2008: Pasito a pasito
Gran carrera, grandes duelos en el asfalto y al final más de lo mismo. En Ferrari están dispuestos y tiene coche para pasearse por cada circuito cosechando victorias. Massa ya se ha quitado de encima las criticas del inicio de temporada y Kimi sigue tranquilo apañando puntos. Nos vamos a quedar con las ganas de saber que hubiera pasado si Heiki no hubiese pinchado en el toque que tubo en la salida con su compatriota; él asegura que hubiera ganado. . . Nunca lo sabremos; pero hubiera sido una alternativa interesante, para bajarle los humos al moreno y meterle miedo a los de Maranello. O al menos una alternativa más interesante que la estrategia a tres paradas de Hamilton. Lo que parecía un derroche de arrojo, un intento ganar por las bravas usando una estrategia agresiva y apretando vuelta a vuelta, al final resultó ser una imposición de los ingenieros de Bridgestone. Después de analizar los neumáticos que el moreno usó en los entrenamientos, decretaron que con sus reglajes y su manera de conducir las gomas no aguantaban, tenía que hacer tres paradas o arriesgarse a pinchar como el año pasado; va a haber que darle la razón cuando dijo que no había aprendido nada de Fernando.
Y hablando del neno, otra carrera para enmarcar. Alonso se quitó en la salida la espina que se le había quedado en la cronometrada del sábado, se aprovechó del toque entre finlandeses y se hizo con la cuarta posición. Hasta que llegó Kimi y nos enseñó porqué el Ferrari gana carreras y el Renault mendiga puntos; diez kilómetros por hora más de velocididad punta son muchos kilómetros en un deporte donde las diferencias se miden en milésimas. Aunque apenas lo vimos, Fernando se pasó las dos primeras partes de la carrera apretando los dientes y esprimiendo el R28; Weber venía por detrás con una estrategia mejor y un ritmo peligroso. Al final el neno puso las cosas en su sitio mejorando sus tiempos vuelta a vuelta. Confirmó que la mejora de Montmeló no fue un espejismo. Renault ha dado el primer paso para diferenciarse de Williams, Toyota y Red Bull y acercarse a los tres grandes; Ferrari parece intocable, pero BWM está sólo a otro pasito y McLaren, según que circuitos, podría llevarse un susto. Y sólo uno, porque para llevarse dos haría falta que Piquet dejase de agonizar en las clasificaciones y empezara a mostrar porqué Briatore confía en él.
Por lo demás, a parte de otra gran actuación de Kubica demostrando que es mejor que su compañero, Heidfeld, y los numerosos duelos y adelantamientos que vimos en pista, de esta carrera me quedo con la igualdad. Lo vimos en Montmeló y se repitió en Turquía: en la sesión de clasificación del sábado la diferencia entre la pole y el décimo fue de menos de un segundo, incluso con las diferentes estrategias. Este año los monoplazas están más igualados que nunca y los errores e incidentes se pagan caros; que se lo digan a Piquet o Kovalaienen, quien se las vio si las deseó para hacer media remontada con un coche puntero sin siquiera acercarse a los puntos. Ahora sólo falta que esa igualdad se traduzca en espectáculo, en alternativas. Estoy deseando que llegue la temporada que viene, el regreso de los slicks y las limitaciones aerodinámicas, que permitirán que los coches rueden juntos sin perder adherencia y que los pilotos, en vez de luchar con sus monoplazas, se peleen estre ellos.
P. S.- Hablando de peleas: Felipe, revísate el video del duelo Alonso-Schumacher en Imola 2005, o del tuyo con Hamilton el año pasado en Sakhir, poniendo especial atención a los conceptos "defender la posición" y "cerrar la puerta".
Imágenes: autosport.com
Y hablando del neno, otra carrera para enmarcar. Alonso se quitó en la salida la espina que se le había quedado en la cronometrada del sábado, se aprovechó del toque entre finlandeses y se hizo con la cuarta posición. Hasta que llegó Kimi y nos enseñó porqué el Ferrari gana carreras y el Renault mendiga puntos; diez kilómetros por hora más de velocididad punta son muchos kilómetros en un deporte donde las diferencias se miden en milésimas. Aunque apenas lo vimos, Fernando se pasó las dos primeras partes de la carrera apretando los dientes y esprimiendo el R28; Weber venía por detrás con una estrategia mejor y un ritmo peligroso. Al final el neno puso las cosas en su sitio mejorando sus tiempos vuelta a vuelta. Confirmó que la mejora de Montmeló no fue un espejismo. Renault ha dado el primer paso para diferenciarse de Williams, Toyota y Red Bull y acercarse a los tres grandes; Ferrari parece intocable, pero BWM está sólo a otro pasito y McLaren, según que circuitos, podría llevarse un susto. Y sólo uno, porque para llevarse dos haría falta que Piquet dejase de agonizar en las clasificaciones y empezara a mostrar porqué Briatore confía en él.
Por lo demás, a parte de otra gran actuación de Kubica demostrando que es mejor que su compañero, Heidfeld, y los numerosos duelos y adelantamientos que vimos en pista, de esta carrera me quedo con la igualdad. Lo vimos en Montmeló y se repitió en Turquía: en la sesión de clasificación del sábado la diferencia entre la pole y el décimo fue de menos de un segundo, incluso con las diferentes estrategias. Este año los monoplazas están más igualados que nunca y los errores e incidentes se pagan caros; que se lo digan a Piquet o Kovalaienen, quien se las vio si las deseó para hacer media remontada con un coche puntero sin siquiera acercarse a los puntos. Ahora sólo falta que esa igualdad se traduzca en espectáculo, en alternativas. Estoy deseando que llegue la temporada que viene, el regreso de los slicks y las limitaciones aerodinámicas, que permitirán que los coches rueden juntos sin perder adherencia y que los pilotos, en vez de luchar con sus monoplazas, se peleen estre ellos.
P. S.- Hablando de peleas: Felipe, revísate el video del duelo Alonso-Schumacher en Imola 2005, o del tuyo con Hamilton el año pasado en Sakhir, poniendo especial atención a los conceptos "defender la posición" y "cerrar la puerta".
Imágenes: autosport.com
Vanya, a las
22:48
viernes, 2 de mayo de 2008
Que todos los males sean estos
Va a ser también culpa de la primavera, que todo lo revuelve y revoluciona, para bien o para mala o todo lo contrario.
Este mes voy a trabajar gratis, al menos los días que voy a trabajar. Ha habido un malentendido con las vacaciones del año pasado (el año administrativo en Dinamarca es de mayo a mayo) y la mitad del grupo nos vamos a quedar sin sueldo este mes. Me explico: tenemos 25 días laborables de vaciones al año, más una semana extra que no sé de donde sale y no viene al caso, pero para que sean vacaciones pagadas uno tiene que haber acumulado días el año anterior a razón de dos días por mes trabajado (doce por dos, veinticuatro y una que me llevo ,veinticinco). Del año pasado, un servidor tenía acumulados sólo cuatro días de vacaciones con sueldo y, como me dijo la secretaria en su momento, sólo estaba obligado por contrato a cogerme esos cuatro días de los veinticinco, porque si no me los tendrian que pagar doble y la universidad no lo permite. Hasta aquí todo claro y razonable y así lo hice, me cogí mis cuatro días más uno sin paga y me fui a Gijón en Julio. Pues no estaba claro, aquella secretaria, que ya no trabaja con nosotros, se equivocó o no nos entendimos o lo que fuese. El caso es que tenemos que cogernos todos, todos, todos los días de vacaciones que tengamos, con o sin sueldo (!!!). Así que, este mes tengo que declarar que también he disfrutado de esos otros veinte días de vacaciones que no me cogí en su día. Quitadle a un sueldo la paga de veinte días y luego el 39,5 de impuestos y me contáis lo que queda. . . Pues eso es lo que cobraré este mes. ¿Que por qué no me cojo al menos las vacaciones? Alguna me cogeré, pero ahora mismo, tal como está el grupo y el proyecto es descabellado largame veinte días sin más; una semana, tal vez; dos, puede; tres, ya me encargaré de ir rateando días a lo largo del año, de ir pegando uno por aquí, otro por allí a los, esta vez sí, 25 días de vacaciones pagadas que tengo este año.
Pero esto no es todo, no. Ayer me mandó un correo el casero. Me contó que tenemos que dejar el piso cuando termine el contrato, el 31 de noviembre. He decidido ir se a vivir a España (esto daneses están locos) y quiere vender el piso para montarse su nueva vida en el sur. Hay que agradecerle que nos haya avisado con tanto tiempo de antelación sin tener ninguna obligación de hacerlo; pero, sea como sea, volvemos a estar en la movida de tener que buscar apartamento en Copenhague: Misión Imposible 2. Aaaaaaaaahhhh. . . Ya me puedo poner las pilas para que no se me junte en otoño el buscar apartamento con el irme a Leeds . Cruzad los dedos.
Y hablando de viajes, el domingo me voy a Carcassone, en el sur de Francia, tierra de castillos y vino. El lugar de donde hemos sacados para las películas nuestras imágenes de lo que debió ser la Edad Media. Me voy a otro congreso de la red europea a la que pertenece mi proyecto, así que espero que entre charlas y eventos sociales tenga tiempo para perdeme por algún castillo :)
Volveré de Francia el viernes 9, y el jueves 15 me voy a Praga. ¡Sí sí sí! Por fin. . . Esa ciudad llevaba años en mi LLVAM (Lista de Lugares que Visitar Antes de Morir). Me voy a reunir allí con Vitor, compañero de aventuras en Japón entre otras cosas. Para hacerlo todo un poco más interesante, esta vez, voy a pasar de aviones; he engañado a dos amigas, nos hemos alquilado un coche y nos vamos a ir cruzando Alemania con calma, tranquilidad, disfrutando el paisaje y parando a comer salchichas donde nos salga de los voluverables. ¡Ja!
Hay algún otro plan en la agenda, pero aún están por confirmar y si os lo cuento todo hoy no me queda para otro día, así que. . . Ya veis que sigo sin aburrime por estas latitudes. Que todos los males sean estos. . .
P.S.- Habréis podido intuir que, con tanto ajetreo, es probable que los próximos días Bitácora se quede un poco abandonada, pero sólo un poco, eh. . .
Imágenes: encabezado, Flemming Bo Jensen.
http://www.pbase.com/flemmingbo/copenhagen; Carcassone, http://dolphyns.free.fr/, Praga, http://www.austriatravel.co.uk/.
Vanya, a las
9:27
Suscribirse a:
Entradas (Atom)